MÁS ALLÁ DEL CASO CABERNET. 3er INFORME DE COSECHA 2019-2020

Publicado el 27 febrero 2020 Por Mariana Martínez @reinaentrecopas

¿Qué va pasando en los viñedos de Chile con las otras variedades que aportan diversidad y sus precios? Aquí les contamos más.

Sabemos Chile vitivinícola es extenso y diverso en climas y suelos no sólo de Norte a Sur, sino de Mar a Cordillera. Así es que aquí está un nuevo informe de cómo va la cosecha para fines de febrero, marcada en la gran zona Central por un invierno 2019 seco, heladas en primavera y altas temperaturas en verano. 

Ricardo Baettig, enólogo de Viña Morandé, con viñedos desde Casablanca al Maule, ya compara las fechas de cosecha 2020 hasta ahora con las de 2017, cuando también comenzó la cosecha en febrero. Aunque este año, dice, empezó 4 días antes. En cuanto a la sequía en Casablanca que reporteamos hace un par de semanas, confirma que depende mucho del dónde y el quién. «En nuestros viñedos tenemos agua, dice, pero también compramos uva cerca, en Las Dichas, y ahí no tienen. Nuestro pozo de agua en Casablanca ha bajado, pero es suficiente, pero si tuviéramos cultivos más demandantes, como maíz, no daría. Tanta gente advirtió que no plantaran maíz», comenta.

La sequía, dice Baettig, también es relativa en Maule. En el secano tenemos 40% menos de agua de lo que deberíamos. «En cuanto al Maipo, agrega, no es que no haya agua; hay, pero menos. El problema es que combinado con las ondas de calor, no va a tener la capacidad de aportar el agua que necesita la planta». Baettig explica que si antes les llegaba el agua para riego por el canal cuatro veces a la semana, ahora llega una. «Tenemos un 40% menos de lo que necesitamos. Además, dice, afecta especialmente a viñedos más viejos, más débiles, con naturalmente menos canopia».

Lo que estamos viendo en general, explica Baettig, es que tenemos entre un 15 y 20% menos de uva en los viñedos. «Estamos recién empezando, pero a toda máquina… La uva está rica, pero que el gran problema de este año será atinar en la fecha de cosecha y comparte la opinión reflejada en nuestra nota anterior, de que en las bodegas habrá que hacer extracciones en los vinos más masivos y más suaves, para que los taninos no estén tan chúcaros; porque la madurez fenólica no está lista».

Todo esto es fisiología de la vid, dice el enólogo de Morandé. Baettig explica que mientras más kilos tenga la planta, más se retrasará la madurez, pero que cuando ya está estresada la planta, como este año por falta de agua, se estropea la calidad de la uva, y la planta ya no es capaz de madurar… Tienes que tener capacidad de riego para que la planta siga trabajando, porque mientras respire funciona». Por lo mismo, no cree que en general será una gran vendimia, sí en los viñedos bien manejados, no tan estresados, con agua razonablemente bien. La Carmenère entre siete y ocho mil kilos por hectárea, dice, está de manual». Y nos mandó de ella esta foto que compartimos a continuación. Pero advierte Baettig: «Ponle 20 toneladas en una ladera con suelo pobre de granito…»

Uvas de Carmenère «de manual», listas para cosechar en febrero.

El enólogo nos recuerda que en los años 90′ estaba la fiebre de plantar en laderas, se pagaba alto por el precio: pero hoy con los precios malos los productores buscan subir las toneladas. «El problema es que con estas condiciones de clima y sequía no puedes hacerlo bien».

Baettig tiene claro que a la agricultura le pesa el tema de la sequía, pero lo importante, dice, es que no nos falte agua para el consumo, pero hay que entender que la cosa viene así y hay que hacer inversiones al respecto. «Agua siempre va a haber, agrega Baettig, el tema es el costo de esa agua… el costo se va a ir a las nubes. Chile tiene de dónde echar mano para sacar agua, pero hay que invertir».

En cuanto a precios de la cosecha 2020, Baettig agrega: «Hay un repunte, pero el precio final se va a manifestar con la vendimia adentro. Debiera ser poco, hay menos uvas y menos vino. Pero va a depender del stock de vinos de los años anteriores: si había súper habit, esta baja no va a afectar el precio. Aunque creo que va a subir igual. Esperamos que para el próximo año no se repita la cosa… Si antes había cuatro años frescos, ahora van a ser seis cálidos y uno fresco. Por eso 2018 fue un alivio; si hubiera sido igual al 2019 los precios se hubieran disparado hacia arriba. Esperemos que el 2021, no sea así. Hoy todos pedimos que aflojen las altas temperaturas», concluye.

Eduardo Jordán, enólogo de Miguel Torres Chile, coincide en que las fechas de cosecha en general están más adelantadas. «He hablado con varios enólogos amigos y el adelanto va entre 10 a 15 días… Ahora, nos detalla, importante: si comparas con el año anterior hay que tomar en cuenta las producciones o rendimientos. Este año, nos recuerda, heló en 3 momentos de la primavera y eso obviamente afectó los rendimientos. Por ello, hay plantas con menos kilos, las que en general maduran más rápido. Si a eso sumas altas temperaturas de noviembre a enero, explican qué es lo que  está pasando. Nosotros, por ejemplo, agrega, tuvimos hasta un 50% menos en el Pinot que fue afectado por las heladas y obviamente esto influyó en la rapidez de la madurez».

Víctor Vargas, enólogo de Viña El Escorial en lo alto del Valle de Aconcagua, cuenta que empezaron la semana antepasada con Chenin Blanc, adelantada unos 15 días con respecto al año pasado. Aunque, aclara, quisimos tener un racimo más expuesto por lo que los deshojes adelantaron también la madurez. En las filas sin exponer, agrega, van a estar ocho días adelantado con relación al año pasado.

«En general, explica Vargas, los manejos que se hicieron pensando que habría poca agua. La prioridad fue sectorizar y ver vástagos/brotes más largos, que protegieran más del sol, e hicimos raleos de brotes para economizar agua». Todo lo que va adelantado en Aconcagua, especifica, son las tintas de pieles delgadas como Zinfandel o Syrah, las que vienen dos semanas adelantadas.

Sebastián Labbé, enólogo de Viña Santa Rita, nos dice -si de comparaciones se trata- que para su gusto es un año más temprano y mejor que 2017, porque es más balanceado y menos heterogéneo. Desde la semana pasada tiene dentro todo el Chardonnay de Limarí, y un Semillón para el D.O. Quijada de Viña Carmen. Además, ya están cortando también Carignan en Maule.

No es histórico, pero además, ya cortó Labbé el Carmenère para la línea Floresta de Santa Rita la semana pasada. El problema este año, dice Labbé, es la helada de la primavera y una pinta muy larga con un verano en diciembre y enero extremadamente caluroso. Lo que ha provocado mucha heterogeneidad en las plantas. Pero ver Carmenère viejo de secano el 21 de febrero deshidratado, como en esta foto que nos mandó y compartimos acá, dice, es preocupante.

Uvas deshidratadas de Carmenère de viñedos en Apalta, durante febrero.

En cuanto a la sequía, entre todos sus campos, de Huasco a Itata, dice Sergio Hormazábal, viticultor jefe de Viña Ventisquero, que en general ven uno solo con problemas de agua. En los demás, incluso en el Norte no hay problemas. «En Maipo sí estamos haciendo gestión para hacer más eficiente el uso del agua… Las temperaturas altas, como 2017, se parecen mucho en grados días y acumulación, dice Hormazábal. Pero es una de las temporadas con un invierno previo de los más secos que haya registro, por eso se han apurado los procesos… Igual que en 2017, ahora comenzamos cosechando los primeros días de febrero con un Chardonnay del Norte, luego mitad de febrero con cosas del Norte y Casablanca, pero nada record. Para mí, la gran masa de cosecha viene dos semanas antes», concluye Hormazábal.

Huasco está impecable, dice Hormazábal. «Hay agua en los embalses, paradójicamente, es lo menos complicado. Es una zona fría, algo más fría que Casablanca y las máximas no son muy altas. Aquí, explica, nosotros tenemos dos zonas: una más agrícola y otra parecida a Marte, con sal, y ahí estamos haciendo cosas para aumentar la densidad con otros patrones y tratando de entender cómo manejar el riego porque esta zona no tiene mucho que ver con la demanda de agua de la planta, sino con lavar sales del suelo. Por eso, decimos que es una agricultura de otro planeta».

Viñedos de Viña Ventisquero en Leyda esta temporada 2020.
Viñedos avanzando perfecto hacia madurez este 2020, en viñedos de Viña Ventisquero en Leyda.

Si hablamos de zonas de clima frío para 2020 hasta la fecha, Sergio Hormazábal, nos dice: «Leyda, que es una zona límite en frío y grados días, está espectacular; está en su salsa. Todo lo que estaba restrictivo ya no lo es. La madurez está impecable y hay menos botritys que nunca. Ese es el coletazo positivo. Se están corriendo los límites. Entre tanto, Casablanca, que era valle frío, revisando tuvimos como 10 días por sobre los 33 grados. Lo que no es normal, se desordena todo el sistema».

Viviana Navarrete, enológa de Viña Leyda en el mismo valle frío, lo ve de la siguiente manera: «La temporada viene adelantada en Leyda unos 12 días sobre los históricos. En grados días, agrega, viene incluso sobre el cálido 2017 y uno podría pensar que es parecida. Pero a mi 2017 me cargó, porque era cálida, de bayas grandes. Probaba la uva y estaba de mal genio. Decía: ojalá que pase rápido y todos se olviden, porque no tenía acidez en general. Pero eso no ocurre este año, a pesar de tener más grados días».

Navarrete explica que los peaks de altas temperaturas estuvieron más altos sobre todo en diciembre 2019, pero lo que se han dado cuenta es que puede haber habido temperaturas más altas sobre diciembre e inicios de enero, pero no se mantuvieron tanto tiempo como en 2017. En general, detalla, la acidez viene alta, con muy ricos pH. «La uva está vibrante y fresca hasta el momento. Pero sí tuvimos que partir antes la cosecha. He visto que las pieles vienen más gruesas, lo que asocio a temporadas más cálidas. Pero hasta el momento también están crujientes, lo que nos da Pinot Noir jugosos y llamativos».

En resumen nos dice Navarrete: «Estoy contenta con la vendimia, pero sí va a ser compacta, y habrá que reaccionar muy rápido. Antiguamente la curva era de blancos primero y luego venían con calma los tintos. Ahora no; se están traslapando las curvas, y va a ser mucha pega en las bodegas y no va a ver descanso. Habrá que reaccionar rápido. Será una cosecha de muchos desafíos. Más aún, por este escenario de estrés debido a la poca lluvia en el invierno».

Tibisay Baesler, enóloga de blancos y rosados de VEO en Colchagua nos dice que los Sauvignones están llegando con muy buena acidez natural y que las zonas más costeras de Colchagua están madurando muy lento. La razón, aunque parezca contradictorio al escenario del resto de Chile, explica: «Ha habido mucho viento, por lo que hay temperaturas más bajas». Baesler, tiene razón. Para quienes hacemos deporte de viento en el mar, este ha sido un verano en el que se ha navegado más que nunca. Los últimos días, sin embargo, la vaguada costera se ha ido apoderando de la costa, lo que significará a la vez más frío pero también más humedad y peligro en la sanidad.

Juan Muñoz, enólogo de Viña La Ronciere, con viñedos en Cachapoal y Curicó Costa, ve también la cosecha adelantada (incluso que 2019) y estima que será una buena vendimia siempre que haya con qué regar. La asemeja igualmente a 2017. «Hay buena cantidad de racimos, dice, pero se ven más livianos y sueltos, por lo que debería ser una temporada de menos kilos». Por ahora, Muñoz ve las uvas blancas adelantadas 10 días, una tendencia que se podría repetir en las tintas, dice. En Licantén, la zona más fría de Curicó, en tanto explica, ya partieron con el Pinot Noir la semana pasada; eso es unos diez días antes de esperado.

En cuanto al Maule costero, Andrés Sánchez, enólogo de Gillmore en el secano de Maule, ya nos contaba ayer, que hasta la fecha no ha cosechado nada, aunque ve la cosecha adelantada en unos diez días para otras variedades, y su sensación es que hay una condición más extrema debido a la sequía. Y como va a haber menos carga, dice, se va a adelantar un poco. Sánchez detalla que en invierno 2019 apenas les  llovieron 400 mm, lo que es muy poco comparado con los 700 mm del promedio. «Por eso -destaca al igual que sus pares- el tema de la sequía es más importante que las alturas temperaturas. Lo que pasa es que pasó colado por el tema político… Además, dice, hay que sumarle a la escasa cosecha 2020 las heladas de primavera que afectaron muchas zonas».

Vale destacar que Sánchez nos recuerda que las  fechas de cosechas hoy dependen del estilo de vinos que cada quien está haciendo: «10 años atrás, se esperaba más la madurez, mientras hoy se está pasando para el otro lado la brújula». De seguro, explica, una agricultura más acostumbrada al riego este año va a sufrir más. No por ello, dice, el viñedo de secano no está estresado, lo ha pasado mal, estamos en una condición bien dura. Pero afirma, aún es muy temprano para decir qué pasará con 2020″.

Sobre el sur… Víctor Vargas, con dos asesorías en Itata, en sectores diferentes nos dice: «En Quillón, en los viñedos de la Cooperativa vitivinícola Cerro Negro, sobre un suelo trumado, arcilloso, con producciones más altas, ya cosechó la Chasselas la semana pasada. Lo mismo hizo Roberto Henríquez con su Chasselas del Biobío. En suelos más pobres, de cuarzo y graníticos del Itata, dice Vargas, estamos más adelantados, porque se han resentido más con la sequía porque no acumulan tanta agua; pero la sanidad se ven bien.

Sergio Hormazábal, de Ventisquero, nos dice sobre los campos que ven en Guariligüe, Itata: «Por allá está tranquilo, han tenido en el invierno más lluvia que lo normal. No están tan adelantados; es otra realidad. Estamos con fechas normales». Concluye: del Itata al Sur cambia la situación, las fechas hasta ahora son más normales».

Fabián Mora, en tanto, dueño de Viña Mora Reyes en Guariligüe, nos dice: «No ha llovido nada desde hace dos a tres meses y la planta muy estresada; con muy poca capacidad de fotosíntesis para la fabricación de azúcares. Por lo tanto, la madurez no viene tan adelantada como podría ocurrir con una viña de riego».

En cuanto a precios, la preocupación especial en esta zona dice Mora, donde hay miles de pequeños productores de uvas nos dice: «No hay nada claro, pero se habla de precios más altos; un poco mayores que la temporada anterior».

Víctor Vargas, asesor de la Cooperativa Cerro Negro nos dice al respecto de los precios de las uvas en el Sur: «En general la discusión sobre publicación de precios al inicio de cosecha siempre se ha acotado a los precios de uva genérica o de varietales de alta carga por hectárea. La uva Varietal plus o reserva se transa en dólares y mantiene precios establecidos con contratos de mínimos más variables en relación a cada año. El análisis es, creo, sobre los genéricos, donde se acostumbra a esperar a fin de temporada para dar precios a los productores. Y en este sentido, siempre será positivo saber cómo vienen los precios previos a vendimia. Pero económicamente un precio se genera con oferentes, y si antes de la vendimia no aparecen, no habrá precios muy ajustados, sino sólo un mínimo probable. Este año, al menos por la escasez de uva y por la organización mayor de algunas cooperativas, sí se está pudiendo negociar desde antes los precios», explica.

«Este año por efectos de sequía y heladas donde se vieron afectados blancos, detalla Víctor Vargas (ex profesional asesor del CEV SUR) ya se están cerrando precios por sobre los $20 por kilo, con relación al año pasado en calidad genérica blanca del Sur. Los Centros de Acopio de INDAP están siendo una buena herramienta al respecto, pues en verdad los poderes compradores se están reuniendo con los Centros de Acopio o Cooperativas, como es el caso de Cerro Negro, que han funcionado bien. Aquí, donde yo trabajo, es un hecho que los productores y su directiva, mediante el apoyo de INDAP para contratar profesionales, se han podido organizar bien. Tenemos presupuestos, estimaciones de precios, márgenes operacionales y visión de 3 años en lo que se está haciendo. Es decir, se profesionalizó su gestión al margen del tema enológico».

Marcelo Retamal, enólogo de Viña De Martino y de Viñedos de Alcohuaz en Elqui, complementa lo que nos decía sobre precios ayer: «Para mi es un año complicado para los productores de uva porque van a producir poco y a bajo precio. También es importante para los enólogos, advierte, que saquen esas uvas en el tiempo correcto, no perdiendo kilos y además pagando poco». Retamal, agrega que los precios dependen de la realidad de cada empresa y sus estrategias de precios por botella, y del contexto mundial. «El año pasado el Brexit complicó la cosa, y Estados Unidos no está muy bien. Por eso todos pusieron el foco en China, pero China se fue a la cresta a fin de octubre. Todo se fue complicando…»

Retamal se adelanta a concluir sobre cosecha 2020: «Este año, capaz que me equivoque, pero los vinos van a estar buenos. Lo que ya está en los estanques en Alcohuaz es de un súper año, como 2018. Antes se decía que los años pares son malos, e impares los buenos. Ahora como que se invirtió la tendencia».


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