«LAS COSAS HAN CAMBIADO»

Publicado el 04 junio 2019 Por Mariana Martínez @reinaentrecopas

Conversamos con Claudio Cilveti, gerente general de Vinos de Chile, sobre el plan que busca apoyar el desarrollo de productores de uva afectados por los bajos precios, a través del Código de Sustentabilidad y OTIC Chile Vinos.

Lo primero que nos llamó la atención de la presentación de Claudio Cilveti (gerente general de la Asociación gremial Vinos de Chile), el jueves pasado en el Congreso Expo Wine + Beer 2019, fue el haber mencionado los bajos precios de las uvas y vinos que se han pagado este 2019, como consecuencia del gran volumen a nivel mundial de la vendimia 2018 y el estancamiento en consumo; y describir las consecuencias de problema como una grave crisis social. También, nos llamó la atención que el ejecutivo haya mencionado en medio de su presentación la creación de un proyecto para certificar la uva de productores con el fin de incentivar su compra a mejor precio; ello, como parte de una nueva herramienta del Código de Sustentabilidad de Vinos de Chile. Sobre ambos planes de contingencia, ante la grave crisis que efectivamente se vive actualmente, especialmente entre productores del Sur, conversamos con Cilveti, al final de su ponencia. Aquí el detalle de las novedades, que ayer confirmara el Ministro de Agricultura Antonio Walker, según supimos por las RRSS, en un Seminario de la Sociedad Nacional Agrícola.

Claudio Cilveti, gerente general de Vinos de Chile.

«Yo creo que debemos hacer un mea culpa, porque las cosas han cambiado; es como lo que ocurrió con los hijos de Piñera. Antes todos los Presidentes viajaban con sus hijos. Hoy hay que convencer a la gente de que la sustentabilidad viene desde la base», nos dice Cilveti, y agrega: «La semana pasada estuvimos visitando la Viña Trifulca, y nos quedamos en tu hotel preferido, en Villa Tally, en Itata, y en el fondo te das cuenta de que hay productores que han trabajado bien, que han hecho muy buenos vinos, y les está yendo bien, pero son el  0,01 %».

 

Lo propuesta en la que ha estado trabajado, explica Cilveti, busca un  plan en conjunto con cooperativas y productores para que desde el ángulo de Vinos de Chile, puedan ayudarlos en muchas cosas; como todo lo relacionado con capacitaciones a través de la OTIC Chile Vinos.

«Nosotros sumamos en todos estos años 68 mil personas capacitadas, y para estos productores chicos créeme que es fundamental que llegue alguien desde fuera y les diga que podemos ayudarlos en muchas cosas. Aunque, aclara Cilveti, sabemos que todo es muy distinto, porque sus viñedos están en cabeza y realizan otros manejos. Pero les vamos a dar todo un tema de capacitación y certificación. Lo que va a significar que cuando un productor pase a ser certificado, automáticamente la viña va a preferirlos. Para eso, explicó Cilveti a WiP.cl, vamos a hacer un plan de certificación a través de la profundización de nuestro Código de Sustentabilidad. La idea es que podamos poner recomendaciones; porque no podemos obligar. Si la viña no lo quiere hacer, allá la viña. Lo que sí es importante, es tener cuidado de no dejar productores fuera, porque sí certificamos al 1% ¿qué pasa si dejamos al 99% fuera…?»

Recordemos que Chile posee un total de 12.000 productores de uva para vinificación, los que poseen desde una hectárea de viñedos y que el 30% de las 356 bodegas chilenas que existen en la actualidad son Pymes.

«La idea es que sea un proceso, y el Gobierno ya está bastante abierto a apoyarlo a través de INDAP. Ya lo hemos hablado bastante con el Ministro de Agricultura y María Emilia Undurraga».

Además, explicó Cilveti, van a comenzar trabajando con una cooperativa para integrarlos a ferias y actividades. «Pero hay un tema conceptual, aclara, y es que de repente es un error pensar que un productor va a llegar al consumidor directamente. He visto empresas productoras de uva, con gran inversión, que se transformaron en marcas comerciales, y les ha costado un mundo sostenerse como negocio de vino embotellado. Lo que estamos tratando de hacer es integrarlos a la cadena productiva, sin quitar que el que pueda hacerlo fantástico, como es el caso de Viña Trifulca. Pero hay otros que será mejor que se certifiquen, y que les paguen mejor por la uva. Que se especialicen en eso y no pretendan ser una marca. Para los del Sur ir con sus vinos a Santiago es como para nosotros llegar a China. Se trata de un camino delicado, agregó, por eso creemos que hay que ir por darle valor a la uva».

Por otro lado, agregó Cilveti, «las viñas de a poco están empezando a entender que el negocio no está en comprar barato, sino en tener materia prima de largo plazo. Y ahí estamos en una labor interna, y ahora con Aurelio Montes, vamos a ir aterrizando las cosas».

Uno de los temas que se produce con las cooperativas, explica Cilveti, y que ellos mismos reconocen, es que les va bien cuando venden el Pipeño con 8 grados de alcohol (el mínimo por ley es 11,5 ºA) y con azúcar residual. Son vinos como un late harvest, de Moscatel. Poder hacerlos para ellos es clave, porque tienen cinco mil hectáreas para vender como vinos secos y eso les cuesta mucho. Pero hoy no lo pueden hacer porque las regulaciones lo impiden, y el consumidor queda en un segundo plano. Y, al final, es el consumidor el que manda. Podríamos no llamarlo vino, explica Cilveti, y buscarle una Denominación de Origen como Pipeño. Que sea un producto que guste, como el Mistral Ice, que es Pisco con apenas 7 grados de alcohol. Eso en la legislación del vino es impensable».

Ante esta idea, surge por supuesto otro peligro, el cual pensamos como WiP.cl en voz alta: «Que pasaría si  les gusta la idea del nuevo producto abocado a las viñas más grandes, y les terminan quitando competitividad con sus precios más bajos».

La idea es poder hacerlo sólo por zonas, replica Cilveti, pero efectivamente, reconoce que si no existiera ese problema, ya se hubiera legislado. «Ahora, dice, curiosamente, las cooperativas que lo quieren hacer, ya lo hacen. Pero están ilegales y lo hacen en cantidades limitadas. No lo hacen agregando agua, sino que paran la fermentación, y el vino queda dulce. Siempre tenemos esas dos aristas y siempre cuesta», agrega.

«Por otro lado nos explica Cilveti, alguien podría hacer un Pipeño de 8 grados de alcohol, con azúcar residual, para exportarlo a un país cualquiera, sólo necesita pedir la autorización al SAG. Nuestra ley lo permite, si es que es para exportación».

Seguimos pensando en voz alta: En la nueva autorización del uso del agua, para bajar brix en el vino, también hay dos aristas: quienes están a favor, porque lo ven como una necesidad del clima cálido, y quienes están en contra, porque lo ven como fraude. Le preguntamos entonces a Cilveti, ¿cómo se va a enfrentar estas críticas una vez que se aplique la modificación al Decreto 78?

El tema es muy complejo, reconoce Cilveti y agrega: «Ahora Uruguay se puso alerta con el tema del agua, pero fíjate que la cerveza es 50% agua adicionada, pero con el vino nos ponemos más Papistas que el Papa. Ahora va a saltar Uruguay, y saltan los que producen vinos en climas más fríos, también como Brasil, porque la uva no les madura lo suficiente. La legislación europea dice que se puede permitir el agua en el vino “hasta cuando técnicamente sea necesario”. Es decir que lo deja todo en una nebulosa. En Estados Unidos, en tanto, la ley dice que se puede bajar sólo hasta 22° brix, que son como 13ºA más o menos. Lo que quiere decir es que no hay acuerdo común internacional, porque depende de los lugares, de los climas…»

El cuanto a la mirada del Ministro de Agricultura Antonio Walker frente a estos temas, Cilveti reconoce que él está complicado con las posiciones más extremas, como las lideradas por Yenny Llanos. «Entiende que están frustrados, dice Cilveti, pero la violencia o descalificación del vino chileno, no es el camino. Yo me junto la próxima semana (es decir ésta) con el Ministerio para ver plan de productores. La idea es que haya  fondos para trabajar con las cooperativas y productores chicos, y vamos a ir agarrando un modelo de negocios que después se pueda replicar a más gente».

¿Y qué dicen las viñas grandes ante las posiciones extremas? preguntamos una vez más en voz alta:

Ellos dicen que no les conviene que se produzca esta revuelta social, es como el problema de las paltas, a quién le puede convenir que Chile salga en el mundo… Hay que reconocer sí, que hay un problema de evangelización interna, donde el gerente general debe validar lo que al comprador de las uvas le exigen, porque él puede tener la intención, pero si al final le exigen apretar de arriba, y la orden viene muy de arriba… En eso es en lo que estamos trabajando en el directorio. Pero hay otra realidad, y es que las viñas están muy complicadas comercialmente, la presión interna es gigantesca. Y lo que nos han pedido es que de alguna manera les expliquemos a los productores que la lucha no es interna, sino que es externa desde punto de vista del mercado; ahora llevamos ya 6 meses abajo.

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3 comentarios

  1. […] par de medidas  en las cuales  ya trabajan  para palear la crisis de bajos precios de las uvas (ver detalles del tema aquí).  “Debemos hacer un mea culpa, dijo Cilveti, porque las cosas han […]

  2. […] es solo para las cepas País y Cinsault. Pereira, nos confirma además, algo que nos había dicho Claudio Cilveti, sobre vinos con bajo grado días atrás, y es que no tendrá ningún problema en exportarlo, si lo […]

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