Publicación: 05 enero 2018

GRANT PHELPS: “ENÓLOGO DE CORAZÓN, HOTELERO POR NECESIDAD” 

Conversamos con el enólogo neozelandés detrás del proyecto de turismo enológico más ambicioso del Puerto de Valparaíso, y también, tal vez, con los vinos  que prometen tener la menor huella de carbono.

Grant Phelps lleva 17 año en Chile, la mayoría de tiempo haciendo vinos, y vinos de los buenos. Primero llegó como flying wine maker, luego se quedó a vivir en Colchagua como enólogo en jefe de Viña Viu Manent. Más tarde, se mudó al Puerto de Valparaíso por su cargo como enólogo en jefe de la bodega Casas del Bosque en el valle de Casablanca, ubicada ésta a menos de media hora de su nueva casa. Quien conoce a Grant, sabe que le gusta pinchar discos, que dice más garabatos que un chileno promedio y que estos tres últimos años ha estado trabajando duro en sacar adelante una gran locura: el primer hotel dedicado al vino en Valparaíso, construido con contenedores dados de baja tras 15 años de viajes por los océanos. Su compañera en esa aventura,  es su pareja y arquitecta, Camilla Ollua. Vino, claro que sigue haciendo, las mezclas tintas Beso Negro, junto a sus grandes y viejos amigos de Colchagua: la Princesa de Malasia, Tunku Soraya Dakhlah y su marido Sharif Majid. También por supuesto, ya hace vinos en el sótano de WineBox. Conversamos con Grant para saber más de este proyecto que ha tenido dulce y agraz y que al fin este verano comienza a abrir sus puertas al turismo enológico, con varios premios de Casasblanca-Valparíso Wine Capital ya a cuestas  (ver precios y detalles de contacto al final de la entrevista).

Grant ¿por qué un hotel?

Ya habrás escuchado la historia de los contenedores en los medios…  Mi primer contacto con la idea fue en febrero del 2013, dos años después del terremoto que dejó la cagada en mi ciudad Christchurchm el  2011. Muchos edificios públicos perdieron sus espacios y  la muni local reaccionó trayendo contenedores nuevos desde China, para que pudieran seguir existiendo.  El 70% de la cuidad fue echada abajo, lo que demoraría entre 25 y 30 años en reconstruir. La muni se preguntó cómo lograr hacerlo antes. La solución eran los containers, y trajeron 60 para hacer el primer mall construido con ellos.  En cinco meses ya tenían los negocios instalados. Algo impactante  después de trabajar con la muni en Valpo. Eso inspiró el  Wine Box. Lo encontré innovador, y decidí comprar un libro de arquitectura con containers.

 

Hemos escuchado la historia, efectivamente ha tenido una cobertura  impactante, ¿pero por qué un hotel?

La idea de hacer un hotel la tenía de antes, aunque  originalmente pensé en hacer departamentos para estudiantes extranjeros que no tienen dónde vivir en Valpo, a menos que sean en casas de familia, sin privacidad. Entonces, por lo general se van a vivir a Viña. Pensaba en cuatro y ocho habitaciones. Busqué un terreno para ello, intenté comprar un par de cosas y luego me topé  con el  terreno de Wine Box, que era en mi vecindario, en un peladero, y centro de todo tipo de cosas: peligroso. No sabía su estado legal para comprar, luego supe que estaba en manos de inmobiliaria  y que  tenía permisos para hacer una torre gigante. Entonces intenté comprarlo y cambiar el  futuro del proyecto. Como tenía permisos de construcción costó mucho más de lo pensado, y ya no era factible hacer algo con 4 deptos. Tuve que aumentar la escala del proyecto y pedir prestamos para hacer algo más grade. Ahí entra el dicho de los arquitectos, que dice que los proyectos te piden cosas. Este pidió cosas desde el primer día. Junto cuando compré fue el momento en que Valpo se sumó a Casablanca como Capital del Vino, y yo estuve ahí porque era enólogo de una viña del valle. Mientras decían los discursos  de que Valpo se iba  a transformar en un destino obligado de turistas por el vino, yo me  decía: cómo es posible que si quiero tomar un buen vino en Valpo no tengo dónde, me tengo  que ir a Viña. No hay nada de vinos en la ciudad, no hay ni tiendas, ni Wine Bars; sí  algunos restaurantes con cartas de vinos interesantes. Entonces Wine Box empezó a tomar forma en mi cabeza de lo que es hoy:  un hotel 100% enfocado al vino.

¿Cómo vas a lograr eso?

Primero quería que fuera un destino para enoturistas, que pudieran aprender sobre el vino chileno. Iba a ser una base para que ellos exploraran zonas vecinas, como Casablanca  y Aconcagaua. Porque es más lógico quedarte a dormir en Valpo conociendo estas tres zonas. Así puedes regresar a la hora que quieras sin los tacos de entrada o salida de Santiago. Y lo otro es que estas acá, en el Puerto, con una oferta gastronómica entretenida, para  conocer,  caminar, con un clima rico en verano, sin calor. Casablanca queda a 25 minutos, Leyda está a 40, Aconcagua a una hora  y 10 minutos. Entonces Wine Box es el lugar donde el que viene a Chile a conocer de vinos tiene que venir, por tres días. La idea es crear un destino, no solo un lugar donde alojarse. Por eso vamos a armar nuestro propio Operador Turístico. No hubo nadie que quisiera estar acá con oficina para dar el servicio. Todos los especializados en vino están en Santiago, y no podríamos hacerlo con ellos a la distancia. La ventaja es que soy un enólogo con 17 años en Chile. Mi idea es llevarlos a panoramas únicos, a conocer viñas  en la noche,  con un asado al palo, algo más relajado que recorrer una bodega y catar solo cuatro vinos apurados al final. Para estos meses de verano también ya estamos trabajando  con cocineros invitados y viñas para hacer  eventos los sábados de noche. Se trata de cenas exclusivas, junto al chef y el enólogo de la viña; para 20 personas.

¿Cuándo partió el proyecto?

Estuvimos un año y medio para conseguir el permiso de  edificación, y con ese permiso partimos las excavaciones. Como tuvimos problemas con la primera constructora, terminamos formando nuestra propia constructora. Pero el problema en  Chile es que todos los procesos son innecesariamente lentos, todo se demora un montón. Debería ser instantáneo, en línea. En a misma muni te dicen: si lo saco rápido me van a retar. Esa cultura de hacer las cosas lentas, en lugar de tener la actitud de sacar tu proyecto adelante, aquí es al revés… En marzo 2015 partimos  las excavaciones. Sacamos  1.200 cubos de tierra, 170 camiones. De ahí fue armar los muros de contención, algunos de 8 metros de altura. Luego partió el  montaje de los contenedores, que se hizo solo en dos noches.  Por eso el 75 % de la estructura  son 25 contenedores, es 75% de material reciclado, el resto es un subterráneo. Es el mayor porcentaje de construcción con materiales reciclados del  país por lejos. Y te diría que de Sudamérica, probablemente del continente. Hay otro hotel hecho en Costa Rica, pero son contenedores nuevos y en Sao Paulo hay un hostal..  Hablamos con varias empresas para hacerlo, nadie quería hacerlo con contenedores usados. Pero por filosofía con la Camila  queríamos hacerlo con contenedores dados de baja. Los compramos en buen estado. Como no se dan de baja antes de 15 años, y viajan más de 30 mil kilómetros en todo ese tiempo, nos gusta decir que recorrieron entre todos 161 millones de kilómetros antes de formar parte del hotel.

¿En qué etapa está el hotel  ahora?

Estamos abriendo las puertas con marcha blanca; nos aburrimos de esperar  a  la muni. Son 19 habitaciones de un solo contenedor y y dos habitaciones a partir de  dos contenedores. Son nuestras suites. Desde el segundo piso hacia arriba, cada una cuenta con su terraza privada, y todas tienen  vista al mar, además de estacionamiento seguro. Además vamos a tener un Wine Bar,  por lo que esperamos tener pronto la patente de alcoholes nueva. La idea es ofrecer catas para turistas guiadas. En la recepción vamos a tener dos mesas para catas simultáneas, para poder  tener cuatro catas disponibles todos los día;  serán  temáticas sobre todo Chile; conmigo o con otro guía.  También queremos ofrecer la oportunidad de hacer vinos en nuestra bodega en el subterráneo.

Vinos que ya hicieron la cosecha pasada…

Sí. La meta es hacer doce vinos distintos. Tenemos cuatro lagares y queremos darle tres rotaciones por cosecha. Y así vamos a tener una oferta más diversa, con diferentes tipos de barricas. Queremos tener cosas entretenidas pero educativas, que enseñen con ejemplos el uso de la madera. Además en el Wine Bar vamos a  tener una carta de 320 vinos, más 80 vinos de pequeños productores para los  fines de semana. Eso quiere decir que durante un fin  de semana vas a poder probar 400 vinos diferentes, incluyendo los nuestros…  Con la cosecha 2017 hicimos un Syrah de Leyda y un Cabernet Sauvignon del Maipo.  Los vamos a lanzar en marzo, a un precio por definir. La meta es  ser el primer vino con huella carbono negativa, porque no se va a exportar.   La huela más pesada es por transporte, así es que queremos que su huella sea prácticamente nula. Por eso el 70% de toda la producción que se hace en Wine Box  se va a vender  directo de la barrica a la copa. Tenemos planificado embotellar solo un 30% para que los turistas puedan llevárselo, pero para vender el resto vamos a trabajar con 30 restaurantes en la V Región y Santiago con sistema shop.  Vendido así logramos huella de carbono negativa. A a la vez trabajamos  con Tonelería Nacional que  trae la madera en vigas, no en barricas, y tiene su nueva planta muy cerca, en Curacaví.  Asi eliminamos además uso de cápsulas, etiquetas, botellas, botellas… Al tomar una copa de nuestro vino  estarás ayudando al planeta. Todo el  concepto de Wine Box es reciclaje, ayudar al planeta. Más allá de los contenedores…  Hemos sacado solo dos camiones de basura, hemos reciclado más de 2.000 botellas, y más de 3.000 palets  de las viñas de Casablanca, que antes se quemaban en el vertedero de Casablanca.

¿Enólogo u hotelero?

Buena pregunta- Enólogo de corazón, hotelero por necesidad.

 

Wine Box /

Dirección:  763 Avenida Baquedano, Valparaíso

Contacto: wineboxvalparaiso@gmail.com

Teléfono: +5699 9424 5331

Precios: Piezas con cama doble: $60.000 la noche.

Suite (con dos contenedores y terraza privada) $ 100.000 la noche.

Más infomración en https://www.facebook.com/wineboxvalparaiso/

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