NOVEDADES VARIAS

Publicado el 18 mayo 2017 Por Mariana Martínez @mymentrecopas

Entre 40 y 50 por ciento debajo de un año normal terminó  la cosecha 2017 según explicó Rodrigo Soto, enólogo en jefe de viña Veramonte, durante vista de la Asociación Nacional de Sommeliers de Chile a la bodega de Casablanca esta semana.

Como ocurre cada dos veces al año, los sommeliers profesionales miembros de la Asociación Nacional de Sommeliers de Chile, visitamos una bodega para realizar nuestras asambleas. Ya sea para organizar actividades, entre ellas concursos (por cierto el Mejor Sommlier de Chile 2017 será el 11 de octubre, tomen nota) o idear planes de acción, entre ellos los de Ricardo Grellet (actual presidente nacional, además de presidente de APAS, asociación panamericana de Somme) para poder ganarnos la voz y el respeto en el mundo mundial del vino.

Esta semana estuvimos en Viña Veramonte en el valle de Casablanca, donde antes de la asamblea, conversamos y degustamos novedades junto a Rodrigo Soto, el enólogo de la bodega. Su  revelación más importantes fue asegurar que tuvieron entre un 40 y 50 por ciento de rendimientos por debajo de un año normal con la recién finalizada cosecha 2017. Todos quedamos plop!

Rodrigo Soto explicó que la caída en rendimientos de las plantas, especialmente en las cepas más tardías como Carmenère y Cabernet Sauvignon en el valle de Colchagua, se debió este año a múltiples episodios (28 en 3 semanas) de altas y bajas temperaturas muy extremas registradas antes y durante la floración y cuaja. Las heladas, agregó, con episodios normales, no fueron la razón. Los repetidos puntos extremos altos y bajos  entre día y noches habría afectado especialmente además de a las cepas Carmenère y Cabernet Sauvignon, a las plantas de selección masal. No así, comentó, sufrieron bajas tan importantes las plantas de origen clonal, más sanas y consistentes en su producción.

La caída en los rendimientos explicó Soto, en el caso particular de Veramonte, no afectó realmente la calidad de las uvas, más que aportando concentración y madurez óptima, sin alcoholes altos, gracias a un seguimiento controlado y estricto de los puntos de madurez de las uvas. Todo ello, en una cosecha 2017 extremadamente cálida y seca. Sí por supuesto, la baja de rendimientos,  afectará a la baja el volumen y a la alza del costo de producción. Igual: ¿precios más altos?

Soto destacó a su vez que el trabajo que han estado haciendo para manejar el viñedo orgánicamente, permitió a las plantas tener un comportamiento menos reactivo al calor y la sequía.

Conversaciones posteriores esta semana con otros profesionales de la industria, confirmaron esta misma percepción que habla de rendimientos más bajos del 40%, y no sólo del 20% como se ha comunicado hasta ahora.

La gran pregunta que surge, es cómo la industria no pudo determinar esta baja antes, ya entrada al menos la época de pinta. Claramente, explican los enólogos, los racimos venían con mucho menos uvas y más pequeñas. Condiciones que confirman que será una cosecha de vinos tintos concentrados y potentes, y -aunque sectorizados- con notas de humo debido a los incendios de inicio del año.

 MÁS ATRÁS DE LA COSECHA 2017

ritualchardonnay_sblockDurante la visita,  Rodrigo Soto conversó además sobre la importancia de no repetir modelos copiados, para hacer vinos en diferentes zonas, debido a que cada uva tiene un comportamiento completamente diferente también en la bodega. De allí por ejemplo, destacó, el cómo hay cepas que funcionan muy bien en los huevos de cemento, y como otras no. Es por ello destacó, que si bien tienen ya 11 huevos de cemento en la bodega, sólo las cepas blancas Sauvignon blanc y Chardonnay se guardan en ellos, aunque tampoco contienen sus uvas preferidas destinadas a los Single Vineyard de la línea Ritual.

El fabuloso Ritual Chardonnay SuperTuga Block 2015, Casablanca ($29.900), por ejemplo se fermentó y guardó en barricas de 400 litros usadas. Lo de fabuloso no es exageración, la verdad es que es de los Chardonnay que nos gusta beber; aunque su fortaleza no está en la nariz, llena de notas a presunta madera  y trabajo con las lías; sino en su boca, jugosa y filosa a la vez, de una acidez exquisita, muy largo, con notas a frutas a piña fresca. Para no parar de beber.

El mismo camino en grandes barricas tuvo el Ritual Pinot Noir Monster Block 2014, Casablanca ($29.900), donde ser fermenta y luego guarda. Es de una suave nariz muy floral, con notas a violetas frescas y frutos negros, y en boca de cuerpo medio a ligero, muy jugoso y sensación de fruta dulce en su final. Su particularidad es la edad avanzada del viñedo, unos 20 años, según Soto debe ser uno de los Pinot más viejos del valle, a partir de plantas francesas pero limpiadas en Estados Unidos (clones 9 y 16).

ritalpinotmonster_El nuevo integrante de esta familia de Single Blocks es el  Ritual Merlot Arroyo 2015, Casablanca, el ya está embotellado pero aún no sale al mercado. Merlot, sí Merlot-Merlot, y además muy sabroso. Con una nariz llena de frutas negras frescas, y un cuerpo medio de rica acidez que le da nervio a pesar de un tanino muy suave. Sin duda, un Merlot de los que vale la pena beber.

 

¿Y EL SAUVIGNON BLANC?

Conversamos con Soto sobre el Sauvignon blanc. Recordamos siempre como el primer enólogo de Veramonte, Rafael Tirado, buscaba un salto más arriba en calidad para un vino de esta cepa. Soto reconoce que el salto lo dieron con el Ritual, pero que para llegar a la línea Single Vineyard necesita algo realmente especial, como los tres vinos anteriores. También recordamos a aquel gran Sauvignon blanc Reserva Veramonte que lideró el mercado por varios años. 5 años corrió solo, dice Soto, pero su volumen de producción subió demasiado hasta que se quedó atrás. De las 80 mil cajas que se llegaron a hacer, hoy bajaron y se quedaron en las 50 mil y ahí esperan quedarse. Por su precio y volumen simplemente no se puede más, dice Soto tan convencido como lo está de que el foco de la empresa, ahora liderada por la empresa familiar española González Byass para subir en calidad y precio, está en los tintos, apuesta a la que se suman las uvas de Neyén en Apalta y Marchigüe, Valle de Colchagua. Por cierto, Neyén 2013, la última añada en el mercado, es una delicia, suave, equilibrado, lleno de frutas negras. No lo dejen  pasar si ven una de sus pocas botellas en algún lado.

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