LA MUJER MÁS VALIENTE DEL VINO CHILENO

Publicado el 08 junio 2018 Por Mariana Martinez @mymetrecopas

Mariluz Marín, dueña de Viña Casa Marín, fue distinguida ayer como Mujer Empresaria, y hace poco, después de 20 años de lucha,  logró la D.O. Lo Abarca. Aquí nos cuenta de su extraordinario camino entre uno que otro machista, graneles y vinos de origen.

 

Mariluz Marín, la admirada viñatera chilena, está celebrando por estos días sendos reconocimientos. El que más le llena de alegría, como ella misma lo reconoce, lo recibió hace un par de semanas atrás, cuando el pueblito que alberga a su viña, Casa Marín, se convirtió por modificación al Decreto 464 en nueva Denominación de Origen de Chile.

El otro reconocimiento (Premio Empresaria 2018), el más fresco, lo recibió ayer mismo, de la mano de Mujeres Empresarias y BBVA, por su trabajo y trascendencia al mando de  Casa Marín, la viña que ella comenzó a fundar el año 1998. Lo curioso del mismo premio, es que ya lo había recibido 20 años atrás, pero por otro emprendimiento.

Mariluz estudió Agronomía y la especialidad de Enología en la Universidad de Chile. De su generación 1975, nos  cuenta, hubo solo dos enólogos, ella y Pablo Morandé. La otra única mujer de su generación, se fue a vivir España y no ejerció la carrera.

Su carrera comenzó en Viña San Pedro, pero “la sacaron” cuando la empresa fue comprada por la compañía española Rumasa. “Los españoles -cuenta a WiP.cl Mariluz- eran muy machistas, y como tenían que dejar solo 600 personas de un total de 2.000, las mujeres fuimos las primeras en salir, solo dejaron las secretarias”. También, Mariluz trabajó en Viña Santa Helena y Licores Despouy. Cuando el período del vino estuvo muy malo, se cambió a la exportación de fruta, rubro que recién comenzaba en Chile. Nos cuenta  que entonces iba a buscar fruta a productores para una empresa holandesa, “chica pero buena”. Luego volvió al vino y trabajó en las Viña Bisquertt y Domaine Oriental (hoy Casa Donoso). De allí comenzó su trabajo con unos ingleses y con la  venta de vinos de pequeños productores, como asesora para sus exportaciones. Ahí, explica, fue cuando tomó el lado de las exportaciones, salió a conocer los mercados y formó Expovin, la cual hoy es parte agrícola de Casa Marín.

Conversamos con Mariluz para saber qué ha aprendido en más de 40 años al mando de grandes retos, pero muy especialmente como la mujer chilena con viñedos  y bodega propia, que más reconocimiento ha alcanzado, justo cuando el sexo  femenino está llevando, una vez más, sus derechos un pasó más allá.

Mariluz Marín en sus viñedos de Lo Abarca, Valle de San Antonio.

Mariluz nos pidió que la llamáramos a las 3pm, luego entendimos que debía ser después de sus sagrada siesta. Al preguntarle si está lista para descansar en serio post vendimia 2018,  nos respondió que ahora mismo está con la cabeza llena de nuevos proyectos, arrancando viñedos viejos y replantando, viendo ampliaciones de la bodega, cambiando equipos de fríos, y planificando movimientos de tierra para la pronta construcción del hotel que han proyectado en los alto de sus viñedos a 5 km de la costa.

Luego, al felicitarla por sus dos recientes premios nos dijo: “Haber obtenido la D.O. LO Abarca es lo que más me llena de felicidad en estos días. La venía trabajando desde hace tiempo. Pero debo decir que estoy feliz por un lado, pero si no se hacen varios cambios, tampoco va a servir de mucho. Ahora hay que cambiar el mapa vitivinícola de Chile, porque nuestros vinos aparecen como San Antonio Costa. Esta nuevas D.O. tienen que hacerse conocidas, porque si hoy yo decidiera usar la D.O. Lo Abarca en mis etiquetas nos van a decir ¿Lo Abarca? ¿qué es esto? Por eso, ahora viene una nueva etapa, la de promocionar la D.O.”

¿Cuál crees entonces ahora es el siguiente paso?

Que Vinos de Chile trabaje en la promoción, que mande la noticia a los otros países para dar a conocer la modificación, y que éstas se coloquen en el mapa. Los Lingües y Apalta, son como nosotros, caen dentro de un valle más grande, como Colchagua; nosotros estamos dentro de San Antonio. La cosa es aparecer como Apalta, porque te da más identidad, porque dentro de Colchagua hay varias D.O. que pueden destacarse más. Ahora tienen que salir con su identidad propia a darse a conocer.

Siempre te hemos visto tan solita en Lo Abarca, con quién te vas a agrupar tú.

Ese es el problema, y por eso necesito que Vinos de Chile me ayude.

Recuerdo que en algún momento dejaste Vinos de Chile, ¿es por ésto que volviste?

Me fui de Vinos de Chile porque no era rentable, pero luego me di cuenta que hicieron modificaciones, entre ellas que los chicos pagáramos menos.  Sino lo hacía me tenía que meter en MOVI, porque sino me iba a quedar sola, y promocionar el vino así es más difícil todavía. En realidad fue bueno volver para estar todos en el mismo barco.

Lo que pasa es que Lo Abarca es tu historia, de nadie más.

Y es difícil remar sola. Claro que tiene sus ventajas; si eres único y esa diferenciación te da un plus, porque tienes identidad única. Pero la unión hace la fuerza, y va a ser más poderosa. Hoy no podemos unirnos con el Valle de Leyda, lamentablemente, porque ellos están remando por ellos mismos. Ni siquiera se quieren asociar tampoco a San Antonio, que es bonito y ya sacamos la D.O.  adelante. Además, en Leyda todas son viñas que tienen viñedos en otros valles; Leyda es solo para sus vinos de clima frío. La otra alternativa hubiera sido Viña Matetic, pero también rema ahora por Casablanca. Lo otro, como estamos solos,  no tenemos ruta ni siquiera como San Antonio. De Casablanca te saltas hasta Los Andes. ¿Cuánto se podría aprovechar? Lo Abarca está cerca de Santiago, y ha demostrado ser como San Antonio, que es clima frío, más frío que Casablanca. Ayer fui a un Seminario de Enoturismo en Casablanca, y en el seminario no había nadie de Leyda; sí de Aconcagua, estaba Mauro Von Siebenthal. La gente de Casablanca está muy afiatada y no nos dejan, como Valle de San Antonio, ser parte. Nos dicen que debemos luchar por San Antonio. Pero imagínate, como hago si ahora además Lo Abarca pertenece a la comuna de Cartagena.

Conociéndote, no creo te vayas a rendir.

Voy a seguir luchando, la próxima semana parto reuniones en Vinos de Chile, voy a pelear por cómo aprovechar la instancia de estas nuevas D.O. de locaciones, porque entiendo que vienen más,  para ver qué pueden hacer ellos. Llegó el momento como país de aprovechar la diversidad que tenemos. Ahora Montes, supe, está plantando en Chiloé, tenemos que tener más localidades extremas con D.O. , y elevar el nivel de precios; no solo somos Cabernet. Hay tanto en lo cual podemos sostenernos. Yo le doy vuelta y vuelta a cómo aprovecharlo. Pero lo estoy pensando no como una D.O. sola, sino como todas las que vienen. Además, dentro de las comunas, que son tan grandes, también deberían ir naciendo sus propias D.O. En Casablanca, por ejemplo, debería haberlas. Igual que como pasó en Colchagua, con Apalta y Los Lingües.

¿Pero cómo delimitarlas ? Por ejemplo cómo separar ahora el lado bueno y el lado malo de Apalta.

Eso va a venir a la larga, aquí en Lo Abarca dentro de nuestros viñedos pasa; mirando hacia el mar, de la carretera 78 hacia la izquierda, el terroir es mejor que el de la derecha,  pero hay que partir por algo. Hay que empezar a hacer estudios dentro de estas mismas D.O. y en paralelo trabajar más en conjunto con Vinos de Chile. Hay que crear la imagen de estas nuevas D.O. primero e invitar a  la gente que venga a conocerlas. y vea como Chile está cambiando. Hay que hacer más bulla. Porque en general ni siquiera hoy la gente entiende qué es una D.O. y sí hay que transmitirlo. A me preguntan por qué son tan únicos mis vinos. Yo les digo: nuestros vinos son diferentes, no los puedo hacer en otra parte, por las condiciones especiales que tenemos. A la gente le encanta que uno les explique estas cosas, se entusiasma. Michel Cox (director de Wines of Chile UK) siempre me decía: tranquila, va a llegar un día en que Lo Abarca tenga su D.O., lo importante es que puedas dar a conocer por tus vinos”. Y yo le decía sí, pero lo que yo quiero es demostrar lo que hacemos por el lugar, no por mi nombre o de la bodega.

Pero… efectivamente ya te has hecho un nombre en el vino.

No es tan así. Yo algún día no voy a estar. Detrás de todo, soy apasionada por el vino y me gustaría que Chile fuera avanzando más; que trabajáramos más en conjunto para tener niveles más altos de precios y estar en mejores puestos cuando nos comparemos con los grandes vinos del mundo, con los grandes terroir, y la única forma es hacerlo con localidades como Lo Abarca, como Apalta…

Vas a necesitar tener vecinos entonces…

Me gustaría, pero el problema de agua es serio, y en la medida que va creciendo el pueblo y se va haciendo más conocido, se va poblando y va dejando menos margen para tierras agrícolas. Sé que por ahí hay un conflicto, pero sí hay propiedades chicas, y sería genial que se sumaran.

¿Cuáles han sido las mayores lecciones de estos 20 años de recorrido como dueña de una viña que busca producir vinos de calidad?

Ante la gran cantidad de obstáculos que he tenido, me he caído, me he parado y seguido adelante buscando nuevos caminos, la ruta; no me he quedado quejándome. He aprendido la persistencia, las ganas, el empuje; decir no, yo puedo, vamos a salir adelante. Cada vez que tengo problemas me acuerdo, y digo me han pasado otras cosas peores por qué no voy a salir de ésta. No va a ser el último problema. Antes me bajoneaba, se me venía el mundo encima,  pero ahora como que mi cuerpo dice: es otro problema más. No me he puesto más dura, sí tal vez más reflexiva. Esas lecciones solo se aprenden con los golpes y las caídas. Pero 20 años son 20 años, aunque a los europeos les parezca poco. Miro para atrás y digo qué rico lo que se ha construido, y de repente veo que después de la tormenta viene la calma.

Las lecciones que les doy a mis hijos hoy las he aprendido a porrazos. Las cosas no se han hecho de la noche a la mañana, han sido 24/7.

Y después de 20 años ya puedes descansar?

Hoy todos los días duermo un poco de siesta y me levanto un poco más tarde. Ahora trabajo a cualquier hora, uno se hace el tiempo. Y si no quiero trabajar un día, lo hago. Yo no creo que vaya a dejarlo nunca. Me gusta lo que hago, y seguiré mientras la chispa esté prendida, y el cuerpo me dé. El hecho que hoy trabaje con mis cabros me lo permite; siempre estamos conectados, y yo los veo a ellos enchufados full.

Para mi ya no es una forma de vida, sino de familia. Ya hiciste un mundito, y eso te genera a su vez un estado de estar siempre conectado.

 

¿Te imaginaste alguna vez que así sería?

Una vez estuve muy enferma, tuve septicemia, una infección en la sangre, en la clínica me daban muchas drogas, estuve como un mes allí, y cuando caída inconsciente pasaban y pasaban estas imágenes de que llegaba mucha gente extranjera a conocer la viña y de que era tan bonita. En esa época, yo me preguntaba por qué habré soñado tanto esto. Pero nunca me imaginaba que iba a llegar a esto. Los sueños sí se hacen realidad.

Nos cuesta encontrar otras mujeres chilenas, dueñas de una viña, por qué crees que nos hay más.

Yo creo que no han encontrado el momento de hacerlo, encontrar la oportunidad y las ganas. Puede que no haya ganas. Pienso que a las enólogas de hoy les gusta lo que están haciendo, están haciendo vinos, tienen tiendas de vinos. Y claro que está el tema de los hijos; la familia demanda cualquier cantidad, uno se puede preguntar: para qué sacrificar tanto.

Al final del día Mariluz nos dejó un mensaje en el teléfono con una nueva respuesta para esta misma pregunta:

“Me quedé pensando, dijo, para plantar viñas, tener una bodega y ser una empresaria del vino, te lo resumo en cuatro palabras: hay que tener, primero que nada, lucas, y muchas, luego la determinación, la visión de lo que quieres y el coraje».

¿Qué opinas de las mujeres empoderadas de hoy en las universidades?

Súper bien, pero de repente, tal vez habría que hacerlo de otra manera. Creo que hay extremos innecesarios, como lo del piropo; que puedes demandar al que lo dice. Porque si es un lindo piropo, no es  acoso. Creo que también nos gusta que nos piropeen, no lo veo un acto machista. Porque también a un hombre yo le digo que está buen mozo; siempre los adulo cuando puedo. Creo que tenemos que mantener nuestro lugar de ser femeninas; mantener nuestra postura y seguir luchando; aunque ya hemos demostrado que somos capaces en todas las áreas. No debemos chacrearnos y mantener la dignidad femenina que le da su toque. Como en todo hay que tener equilibrio y siempre hay sectores o grupos que se van a los límites. Pero me gusta lo que está pasando; iba a llegar,  y al mundo le hace bien eliminar las diferencias tan grandes. Lo que me preocupa  es que se haga bien.

Tu también hiciste cosas al límite, si no sales del estándar,  no logras cambios…

En el caso mío quería demostrar, no a los hombres, que se podía plantar tan cerca del mar.  Lo podría haber hecho un hombre, pero a mí hoy me da vergüenza o rabia, ciertas cosas que están haciendo algunas mujeres, que podríamos demostrarlo de otra manera, no arriesgándonos… Curiosamente gané el Premio Mujer Empresaria primera vez el año 98. La primera vez que se hacía este concurso, y resulta que yo tenía entonces Expovin, una empresa de graneles con la que hice carrera;  con apenas cuatro o cinco años, llegué a ser la tercera más grande de Chile: entonces estaban  Concha y Toro, RR, y luego venía yo, trabajando desde  mi casa. Y gracias a eso me otorgaron este premio: hace 20 años se trataba de una mujer trabajando en vino, exportando tanto. 20 años después me dieron el premio de nuevo, ni sabía que seguía el concurso, y me dijeron fuiste la primera y serás la última porque el BBVA fue comprado por Scotiabank. Yo tomé la decisión: o me quedaba con el commodity o hacia vinos finos, no podía estar con los dos, y me viré. La gente me decía: pero cómo te vas a mover si te va también, trabajamos con fax, lo que había ganado tenía que invertirlo en comprar tierras, plantas…. Hoy todo lo ganado está invertido.

Alguna vez te arrepentiste de cambiar de negocio.

Varias veces,  elegí el camino más difícil, pero es lo que me ha dado estabilidad, felicidad, y lo he disfrutado; lo han disfrutado mis hijos y lo van a hacer las generaciones futuras, y la gente del pueblo. Hacerle bien a todo el sector también delicaído, y para mi poder cambiar a ese sector. Hoy voy  y digo que lindo y pensar que he contribuido a ello. Ver los cerritos plantados, eso es maravilloso. Fue una cosa por otra.  No te voy a negar que me pregunté muchas veces por qué  «quién me mandó».  Pero era muy claro el aviso que me venía de adentro. Si miro para atrás pienso por qué sigo este camino tortuoso, lo que he hecho pucha que me ha  costado, pero al final lo he ido logrando y estoy en el camino que quería estar. Al final estoy contenta, porque tengo un grupo de gente que ha colaborado, los hijos, mi marido. Se ha hecho camino al andar.

Viña Casa Marín, dentro del pueblito de Lo Abarca.

 

 

 

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4 comentarios

  1. Julio Manuel Costa Alliende dijo:

    Mariluz con mucho respeto y habiendo degustado sus exquisitos vinos, sólo puedo manifestarle mi más sincera admiración y cariño, no perdiendo la esperanza de conocerla personalmente cuando conozca su hermoso hotel, sólo puedo decirle que usted es realmente «UNA MUJER FANTÁSTICA»…
    Atentos saludos,
    JULIO COSTA ALLIENDE

  2. De mucha inspiración su historia! Personas que siguen sus sueños sin importar el que dirán y sin importar si pierden en el camino son las que hacen falta para construir un país. Felicidades por sus premios y que sigan los éxitos.

  3. […] en vinos: María Luz (Marilú) Marín, dueña y CEO de Viña Casa […]

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