LA EVOLUCIÓN DE CASA REAL, ÍCONO DE SANTA RITA

Publicado el 28 octubre 2025 Por Mariana Martínez @reinaentrecopas

Este gran Cabernet Sauvignon 100% define de la ribera sur del Maipo Andes. Esta es su historia y una mirada a su futuro.

Viña Santa Rita tiene su vino ícono y se llama Casa Real. Nacido en 1989 con una misión precisa de quien comprara la viña en 1980, Ricardo Claro: demostrar que Alto Jahuel, en la ribera sur del Maipo, puede jugar en la liga de los grandes Cabernet del mundo. Treinta y seis años después, el proyecto sigue firme, hoy bajo la mirada de Sebastián Labbé, quien refuerza una idea simple, pero determinante: en los vinos de alta gama, todo comienza en el viñedo.

Patrimonio y continuidad

Desde su primera añada en 1989, solo se ha embotellado cuando la calidad lo justifica. No existen por ello las añadas 1991, 1993 ni 1995. Hoy a cargo del vino está Sebastián Labbé, quien llegó oficialmente a la viña en 2017. Lo hizo tomando una posta histórica que incluyó a enólogos legendario como Ignacio Recabarren y Cecilia Torres. Su tarea, según él mismo confiesa para Casa Real, es no romper lo que funciona, sino afinarlo con mayor comprensión del lugar.

Un Maipo distinto: la ribera sur

Santa Rita insiste en un mensaje que a veces se pasa por alto: Casa Real es un ícono pero de la ribera sur del Maipo. Aquí, la presencia de arcillas es mayor que en Puente Alto, la ribera norte. Según explica Labbé los taninos maduran diferente. La fruta llega con un ataque dulce y amable, pero sostiene una estructura firme y de largo aliento gracias a ese mayor porcentaje de arcilla en los suelos en lo plano del valle, y que tradicionalmente han dado origen a este gran Cabernet Sauvignon 100%.

Ese mismo campo o origen  ha evolucionado de 1989. De 620 hectáreas hace algunas décadas, hoy el foco se reduce y concentra. Atrás quedó el Semillón, que dominaba, para abrir espacio a un  80%  Cabernet Sauvignon. Además, las plantaciones, antes exclusivamente en las partes más planas, subieron a los cerros en los años 90, buscando suelos pedregosos de coluviones y un carácter más fresco. Siguiendo la tendencia, y la regla que Labbé se ha impuesto, la cosecha aquí inicia temprano, para evitar sobremaduración y pérdida de definición del vino.

El viñedo manda

Labbé afirma que su gran aporte estos años ha sido alinear el trabajo de la bodega con el de los viñedos. Cada jueves se define estrategia con el equipo agrícola para tomar decisiones precisas por sector, porque Casa Real no se hace en grandes bloques, sino en parcelas individuales con seguimiento permanente.

En paralelo, se eliminó el uso de herbicidas hace cuatro años, y se producen estacas propias para material vegetal, controlando a fondo la sanidad vegetal. Hay también, ya en la bodega,  un fuerte  trabajo de prensas, una obsesión que Labbé heredó a Cecilia Torres, y que hoy nos cuenta la ha llevado al extremo de separar, al igual que en el arte de la destilación a separar su corazón, cabeza y cola. Siempre cuidando, de no extraer, los peligros del terroir, que son sus excesos.

Carneros: la cuna de Casa Real

Carneros es un nombre que en Santa Rita provoca respeto. Viñas viejas plantadas en los 70 y 80 con selección masal dan la base histórica del Casa Real. Hoy representan hasta 95% del ensamblaje. Para su elaboración meticulosa se subdividen 20 hectáreas en 24 sectores, para capturar diferencias mínimas del suelo. Allí en Carneros está “todo el filete”, dice Labbé.

El objetivo hoy, aunque ya hay plantaciones en laderas que buscan sumarse a Casa Real, cuando tenga más edad, es que las plantas de Carneros  lleguen a los 100 años. Los problemas de margarodes y hongos hicieron replantar algunas zonas, pero el corazón se mantiene intacto: Cabernet puro, con algo de Franc y Cot mezclado naturalmente en el campo, como era la manera antigua de plantar.

Sebastián Labbé, enólogo responsable del ícono  Casa Real de Santa Rita desde 2017.

La filosofía continúa  invariable: 100% Cabernet, menos barrica nueva (hoy 80-82%), más trabajo con prensa y decisiones cada vez más finas en viñedo. Labbé explica que al menos tienen cuatro Cabernet Sauvignon diferentes dentro de Carneros, cada uno con su carácter especial, los que sumados aportar la complejidad, que de no tenerla, deberían buscar en la mezcla con otra variedad.

El nuevo viñedo: un futuro que se explora

Desde 2015 se trabaja una nueva plantación también en Carneros, el vino, lo probamos, ya se muestra más juvenil, con taninos vibrantes y mayor expresión de fruta. Labbé lo describe como un futuro potencial para Casa Real. Se está probando cuánto y cómo debe aportar, sin traicionar la identidad del vino histórico.

Dos años opuestos en la copa

Durante la visita a Viña Santa Rita, degustamos dos añadas seguidas, interesante, por lo opuestas:

Casa Real 2020, nacido de año extremo en calidez, muy seco, y que obligó a una cosecha temprana. El vino tiene en consecuencia más potencia, estructura y fruta negra, taninos amplios y gran tensión final Un gran vino que hoy invita a guardar para apreciar al máximo la elegancia que puede dar.

En contraste Casa Real 2021, nacido de un año con sorpresivas lluvias  en enero, lo que cambió el ritmo de una madurez que venía acelerada, a modo paciencia. El resultado es un vino más fresco,  jugoso, lleno de una ruta más roja que negra. Ya muy elegante, aun así con mucho para crecer en botella.  Es el vino que elegiríamos, su tuviéramos, que tomar ahora.

Lo que viene

La cosecha 2020 está actualmente en el mercado, y 2021 se debería lanzar por estos días. Su lanzamiento oficial fue en la Place de Burdeos durante septiembre. Aunque sin apuro, Labbé confiesa que el mercado de los vinos íconos y de muy alta gama está estancado en el mundo. “Los restaurantes ya no compran como antes”. Sobre la 2022 sabemos que llegará al mercado más fresca aún.

Las 3.100 a 3.200 cajas al año que se producen de Casa Real además de sus versiones magnums y doble magnums reservados para verticales y mercados específicos, explica Labbé, se piensan en décadas, no en cosechas. Como una posta que pasa de manos, pero siempre con el mismo rumbo: expresar Alto Jahuel con precisión. “El estilo de Casa Real, finalmente, concluye,  es más importante que lo que a mí me gustaría hacer. Es el vino el que te enseña por qué las cosas se hacen así.”

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