VIÑADORES DE LAS ALTURAS DEL DESIERTO SE UNIERON COMO COOPERATIVA LICKANANTAY

Publicado el 27 noviembre 2018 Por Mariana Martínez @reinaentrecopas

La iniciativa que comenzó diez años  atrás reuniendo a los vinos de diferentes productores del Desierto de Atacama,  presentó este fin de semana en Toconao una nueva etapa, ahora como Cooperativa Viñateros de Altura Lickan Antay. WiP.cl estuvo allí.

Las cosas han cambiado para bien desde que fuimos por primera vez,  a fines del año 2016, A conocer el proyecto de vinos del Desierto de Atacama auspiciado por SQM.  Entre el pueblo de  San Pedro y Socaire (entre los 2.400 y 3.400 msnm), eran cerca de 20 los productores que incursionaban gracias a un proyecto de asesoría técnica, en la producción de vinos finos con variedades francesas. Entonces, no todos ellos tenían ya sus propios vinos, sólo los más avanzados,  y lo hacían bajo la marca Ayllu (palabra que significa comunidad en la lengua  local kunza).  Así  fue como conocimos sus primeros vinos, identificados con el nombre de su productor y su variedad en la contraetiqueta.

En la imagen viñedos de la familia Puca en el Valle de Puques, cerca de la localidad de Toconao. Aquí comenzaron con un desayuno las actividades del día sábado.

El problema entonces, era que las calidades entre ellos eran muy disímiles, y dependían de sus propias decisiones en viñedos y bodega, así como de sus diferentes  niveles de compromiso para con sus vinos. Lo que se vislumbraba como un problema,  y tal vez a futuro la razón por la cual algunos de ellos – los más avanzados- podrían tomar rumbos a parte de la marca común Ayllu. Sin embargo, este punto débil fue justamente  el motivo para iniciar  los cambios que ya han implementado este grupo humano formado por inquietos agricultores indígenas;  quienes  han visto en la vitivinicultura una nueva forma de desarrollo económico.

La solución que encontraron para unificar calidad y seguir adelante sin perder  todo lo avanzado, fue hacer un solo vino Ayllu con cada variedad, mezclando las uvas de sus diferentes socios, hoy agrupados bajo la recién creada Cooperativa Viñateros de Altura Lickan Antay (el nombre de la cultura ancestral de la cual son parte). Este hecho, que significa que unos deben retroceder, para que todos puedan  avanzar,  es el espíritu detrás del éxito de ésta y cualquier cooperativa, y la razón para festejarlo este fin de semana en Toconao (la localidad donde se encuentra la bodega de vinificación que les construyó SQM y, también  donde se encuentran la mayoría de los viñedos que forman parte del proyecto).

Fue así como todos y cada uno de los productores de vino de altura, y de la comunidad Lickan Antay de la cual forman parte, se hicieron partícipes y fueron anfitriones del encuentro que reunió a autoridades regionales, de la Secretaría de Economía, de ProChile, y  prensa especializada. Un encuentro  nos llevó a recorrer  fabulosos atractivos turísticos de Toconao, como la Laguna de Chaxa, con sus flamencos andinos;  el oasis que es el Valle de Jere. Así como algunos de sus insólitos viñedos viejos (ancestrales) y nuevos con variedades francesas, plantados sobre los 2.400 msnm en suelos de arena,  en mitad del desierto.

Dentro del grupo, siempre liderando con su rol de presidente de la  Cooperativa Viñateros de Altura Lickan Antay, nos encontramos a Wilfredo Cruz, exitoso empresario de la zona, y ex líder  sindical, quien sin duda tuvo mucho que ver con que SQM, minera donde trabajó por  años, se involucrara con este proyecto de vitivinicultura al incorporarlo el año 2008 a su plan de Responsabilidad Social Empresarial llamado Atacama Tierra Fértil.

Ya en nuestra visita anterior Wilfredo Cruz era parte claramente del grupo de avanzada de productores, y había creado incluso un tour de vinos a la bodega y sus viñedos; también  nos había contado  que su hijo mayor estaba estudiando vitivinicultura en Santa Cruz Colchagua. Por eso la sorpresa fue grande cuando supimos   que Wilfredo Cruz Junior, mejor conocido com Wilo, está ahora a cargo 100% de la bodega y viñedos del proyecto Ayllu. Y decimos 100% porque hasta su llegada, ya como técnico vitivinícola con una pasantía por España, no había un profesional a cargo de la bodega de Toconao en el día a día. Las visitas de asesores eran esporádicas, una vez al mes. Y Héctor Cifuentes, a cargo de todos los proyectos agrícolas de Atacama Tierra Fértil (los cuales incluyen invernaderos hidropónicos y alfalfa, entre otros), daba una mano  cuando era necesario. Por eso ahora, Wilo es sin duda un aporte fundamental para el proyecto, y además representa la primera sangre joven y profesional de la comunidad.

Geraldo Jusakos, Wilfredo Cruz y Carlos Rivas (Director de Prochile Antofagasta). En mano lucen el folleto informativo del colectivo, financiado por ProChile, con contenidos de la sommelier profesional Macarena LLadser.

Pues, al igual que en la gran mayoría de nuestros campos a lo largo de todo Chile, los jóvenes no quieren seguir el camino de sus padres y abuelos, que  significa cultivar la tierra de sol a sol, uno que aquí, en el Desierto del Salar de Atacama, es especialmente inclemente. Ello, sumado a  las condiciones extremas de sus suelos áridos, ricos en boro y sal. Prefieren los jóvenes nativos, aquí, irremediablemente, trabajar en la minería, como lo hicieron muchos de sus padres, antes de volver, por cierto,  a trabajar los campos de sus antepasados.

Además, como asesor enológico ya estable del Proyecto Ayllu, desde hace un año y medio,  nos encontramos esta vez con Roberto Carrancá, enólogo y  viñatero de su propio  proyecto personal Tinta Tinto de Casablanca. Un personaje clave en esta nueva etapa de Ayllu, no solo por su perfil académico, sino por su capacidad de acercarse a los productores y respetar sus tradiciones y espacios.

PRIMORES DEL DESIERTO

La actividad de este fin de semana del 23 y 24 de noviembre,  la cual  marcó el inicio de las actividades de la Cooperativa Viñateros de Altura Lickan Antay como ente independiente de SQM, concluyó con una cena degustación para mostrar los vinos de la cosecha 2018. Evento  que llamaron Primeros del Desierto, y que  condujo de principio a fin, con gran desplante, Wilo Cruz. Antes, el mismo día sábado, durante el almuerzo en el Valle de Jere en Toconao, se habían presentado los pocos vinos que van quedando de la cosecha 2017. Pues si bien la producción del proyecto en sí ya es poca (en 2018 fueron 10.000 botellas a partir de la uva de 13 productores), todos los vinos  se venden directo a turistas que llegan a la zona y/ o recorren sus viñedos,  como parte de la oferta turística de San Pedro y Toconao.

Durante  el  almuerzo, el Secretario del Ministerio de Economía para la región de Antofagasta, Geraldo Jusakos,  destacó  la importancia de estas iniciativas que agrupan a pequeños productores empresarios, pues para el Gobierno dijo, es imposible llegar a cada uno de ellos por separado. Jusakos destacó a a su vez que si bien antes su cartera, la del Ministerio de Economía, delegaba el apoyo a las iniciativas campesinas al INDAP, las cosas cambiaron después de que el Presidente Sebastián Piñera les pidiera activar el país, lo cual será solo posible, dijo,  si se activa la pequeña y mediana empresa. «Cómo no valorizar, dijo,  a quien quiere emprender, y trabaja las 24 horas para sacar sus proyectos adelante, a quien da trabajo…    y  además, agregó, hay que reconocer y agradecer,  a quienes emprenden en estos territorios porque que vivir aquí, no es fácil…»

«Mi compromiso con este emprendimiento, dijo Geraldo Jusakos,  es conversar con otros colegas de la Seremi de Antofagasta, de obras públicas, educación, e inversión, porque de verdad tenemos que dar las condiciones para que este tipo desarrollo se produzca en condiciones favorables…  Mi visión personal,  es la de apoyar, no regalar,  con créditos que puedan devolverse cuando el negocio ya esté dando sus frutos, no antes; lo hicimos en algún momento, y hoy debemos recuperar esa fórmula para que el empresariado sea el motor que el país necesita».

Probamos durante este almuerzo junto a autoridades y productores,  los primeros vinos que ya se habían hecho como Cooperativa Viñateros de Altura Lickan Antay de la cosecha 2017. Fueron un Syrah y un Malbec 2017. El Syrah de seguro el gran favorito del grupo, de cuerpo medio, con una rica acidez, de tanino muy suave, con el marcado carácter cárnico de la cepa. El Malbec más tenso, y con más volumen, también más cálido y potente. Ambos vinos ideales para acompañar el delicioso cordero que se sirvió junto a la degustación.

En la noche, en la junta de vecinos de Toconao,  entre los Primores del Desierto,  destacaría una vez más el Syrah,  esta vez cosecha 2018, menos ácido y más voluptuoso,  con el mismo carácter cárnico de su antecesor 2017. Un paso más adelante sin duda en calidad que sus antecesores, los cuales eran más salinos y sobremaduros. Al Syrah 2018  presentó Romualda Miranda, madre de Wilo, quien también tiene su viñedo, a parte de su esposo Wilfredo. Romualda tiene un viñedo de Syrah de 12 años, además de 550 plantas de Chardonnay. Con el sangrado de este Syrah también se hizo el vino rosado dulce que cerraría la degustación.

Otro vino estrella de la noche sería el Ayllu Malbec 2018. Siguiendo la versión 2017, es potente, de gran fuerza tánica, también muestra la madurez extrema de sus uvas; un conjunto que nos recuerda inevitablemente a sus vecinos de Salta, del otro lado justamente de la frontera en Argentina; conocidos mundialmente ya por ser vinos de  gran altura. Nos explicarían durante la visita que las hojas de la variedad Malbec en este  desierto  se van poniendo más gruesas a medida que van envejeciendo sus  viñedos y también, a la par se van poniendo más gruesas las pieles de sus uvas. De ahí, la fuerza en particular de los taninos de sus vinos.

Importante destacar que ninguno de los vinos de Ayllu (blancos o tintos) tienen guarda en madera, a excepción del potente Petit Verdot 2018 (aún en guarda),  debido,  a una razón muy práctica, que nos explicara Wilo al visitar la bodega de Toconao: si normalmente una barrica requiere de unos 10 litros  extra al año para reponer el vino que de ella se evapora, en esta zona desértica de altura, son necesarios 50 litros, y el único productor que tiene tal cantidad de vino para sacrificar en la guarda es su padre, Wilfredo Cruz, dueño de todas las uvas de Petit Verdot.

Wilfredo (Wilo) Cruz, hijo del presidente de la Cooperativa Viñadores de Altura Lickan Antai, hoy a cargo de la bodega y viñedos de la marca Ayllu.

Durante los Primores del Desierto también probamos el  País Ayllu 2018, elaborado  principalmente con las uvas del productor  Juan Espíndola, de 87 años. Fue su hija, Verónica quien destacó la llegada de esta cepa al pueblo de Toconao de la mano de sus antepasados, para quedarse,  y  así entregarles una identidad particular a sus vinos de altura. Verónica se refería a los vinos que localmente llaman criollos, y que son vinos dulces hechos tradicionalmente en la zona con las cepas Moscatel y País.  El País Ayllu 2018 que probamos esa noche, en cambio, es seco; la primera vez que lo hicieron de esta manera cuenta Verónica  fue el 2011. De este Ayllu 2018  llama la atención su color, rubí intenso, de capa media. Sin embargo,  Ángel Puca, sentado a nuestro lado, quien también aportó uvas de País para hacerlo, nos comentó que su color este año es mucho menor que de costumbre. También nos contó  que curiosamente en los viñedos con riego por goteo sus uvas no tienen mucho color, mientras que en los viñedos regados por tendido, que son los más antiguos, el color del País sí es mucho más intenso.  El aroma de este País nos recuerda al hierba local rica rica, tiene notas de hierbas frescas y notas a guinda seca, en boca es voluptuoso y nos vuelve a recordar a un licor de guinda; con un final levemente salado. Nos llama la atención que su tanino no es secante,  sino por el contrario, junto con su cuerpo medio, nos deja una sensación táctil más bien suave; aunque muy cálida.

También probamos dos Ayllu Moscatel de Alejandría, uno seco para iniciar la degustación y uno dulce para cerrarla. Luisa Tococo, quien tiene la mayor producción de Moscatel (600 plantas, sumadas a otras copas variedades) presentó  la versión seca. Ella entró al proyecto, contó,  hace seis años, unos años después de que falleciera su padre. Destacó el uso de levaduras nativas en su vinificación.   En la bodega, Wilo explicaría  que todos los blancos de Ayllu se hacen en cubas de acero siempre llenas (con tapas ajustables para que no entre oxígeno); y que los controles de temperatura lo dan las gruesas paredes de piedra liparita, y cuando es necesario más frío, colocan en los tanques botellas de agua congeladas. En caso extremos, colocan serpentines congelados. Además, no agregan más que sulfuroso en todo el proceso de vinificación.

El Ayllu Moscatel de Alejandría 2018 seco nos recuerda en nariz y boca a un Pisco chileno de Moscatel sin guarda en madera. En nariz  hay notas de papaya confitada; en boca es voluptuoso y cálido a la vez; y en su  final nos deja, una vez más,  un sabor salino. Lejos está definitivamente de ser un vino blanco refrescante. Igual perfil muestra el Moscatel dulce, sin embargo en boca es eso, dulce, y extrañamos la acidez para darle algo de  vivacidad.

Durante la cena de Primores del Desierto, donde cada vino estuvo acompañado de su maridaje preciso (uno con más éxito que otro), conversamos con Alejandro Bucher, gerente de Medio Ambiente y Comunidades Salar de SQM, quien destacó la iniciativa de los productores de organizarse  y lograr unirse como Cooperativa. Lo que si bien marca una nueva etapa para ellos, no implica, dijo, que ahora los dejaremos solos. «La idea es que sean independientes, y sustentables, para eso queremos seguir apoyándolos en la comercialización, porque si bien los vinos se venden solos en la zona, no es esa la idea. El éxito depende de su comercialización en su conjunto». Bucher explicó  a WiP que el  proyecto Ayllu, nacido el año 2008, ha sido en un 90- 95% % financiado por SQM, a través del aporte de plantas en estacas, asesorías, plaguicidas y fertilizantes, principalmente.

Alejandro Bucher, gerente de Medio Ambiente y Comunidades Salar de SQM

Bucher destacó que para que vengan más turistas a Toconao, donde está  la bodega y la mayoría de los cooperados,  es importante desarrollar su  propio turismo, hoy concentrado en el vecino pueblo de San Pedro. Es para ello que SQM entregó este año su campamento ubicado en las alturas de  Toconao a la comunidad Lickan Antai, con el fin de que lo conviertan en un hotel, y que ellos mismos  lo administren. «Nuestros objetivos,  dijo, son a largo plazo y con beneficios para toda la comunidad… Trabajamos por ejemplo, hace ocho años en un proyecto de educación en matemáticas, porque era la materia más débil en la escuela; el resultado de ese trabajo lo vamos ver ahora en los puntajes de la PSU… Queremos que en el 2030, cuando que se vence el contrato de uso de tierras que posee la minera SQM sobre el Salar de Atacama (vigente desde  1993), el Gobierno, la comunidad, vuelvan a darnos la concesión a nosotros, concluyó Bucher».

El gran ausente de este viaje al Desierto de Atacama fue un vino que hemos perseguido desde que fuéramos la primera vez. El Pinot Noir de Socaire, plantado a 3.400 msnm. Es decir, que sería, según nuestros registros, el Pinot Noir más alto del mundo. Pero no estuvo en la degustación, tampoco está en solitario en la bodega. Roberto Carrancá nos explicó que de su primera cosecha, la 2017, se hizo muy poco, unos 40 litros, y  todo se bebió durante una minga que hizo  dueña para limpiar los canales. ¡Para ponerse a llorar! De la cosecha 2018 hubo muy poco, pues tuvieron heladas, y lo poco que se hizo de vino se fue a una mezcla que aún no se embotella.  2019 en tanto, nos cuenta, viene bien; su cosecha se espera para abril.  Así es que a cruzar los dedos para probarlo en una próxima visita a San Pedro de Atacama, pues ya saben,  todos pueden  ir a visitarlos. Aquí les contamos más detalles.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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4 comentarios

  1. […] es tan claro. Pero sí  hay un hilo conductor entre todos los 13 agricultores que hoy conforman la Cooperativa Viñadores de Vinos de Altura de Lickan Antai, y que vinifican sus uvas bajo la marca colectiva Ayllu en la bodega que les construyera SQM para […]

  2. Que buen articulo. Y que bueno siga avanzando este lindo proyecto que es Ayllu

  3. […] máximas de 44.9 grados en Quillón (poblado entre Chillán y Concepción), en  los viñedos de la Cooperativa Lickan Antai de Toconao, Región de Antofagasta,  el 31 de enero cayeron 26 mm de lluvia en […]

  4. […] San Pedro de Atacama (en la Región de Antofagasta) en tanto las cifras permanecen exactas con relación al año 2016,  […]

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