UN GENIAL PLAN B

Publicado el 19 mayo 2017 Por Mariana Martínez @mymentrecopas

En feria de Vinos Alta Gama de Mendoza descubrimos BO, el proyecto país que busca promover la Bonarda Argentina. Aquí su historia y todo lo que querías saber sobre esta cepa. 

La semana pasada durante la feria de vinos AltaGama del hotel Sheraton Mendoza, un stand llamó particularmente mi atención; justo a la entrada del evento uno podía divisar más de 20 etiquetas única y exclusivamente de Bonarda, la otra cepa tinta emblema de Argentina.

img_1796Supimos allí, que bajo el título BO y detrás de la Fundación Bonarda Argentina, esta iniciativa que recorre eventos educando y difundiendo, tuvo sus primeros pasos de la mano de la Municipalidad de San Martín, el año 2011, porque es en este municipio mendocino donde se encuentra la mayor cantidad de hectáreas plantadas de la cepa.

De las cosas que aprendimos en este genial recorrido por los más variados vinos de Bonarda, es que de las 19.000 hectáreas plantadas que hay de ella en toda Argentina, la gran región de Mendoza posee el 80% del total (unas 16.000 ha); y entre todas sus diferentes zonas, es la región Este, al Este de la ciudad de Mendoza, la que posee cerca de 9.000 ha; de esas 9.000 ha casi más de la mitad están en San Martín .

Para el 2011 ya la duda sobre el origen de la Bonarda Argentina, estaba resuelta y por eso mismo siempre lleva ahora su nombre y apellido. Según estudio de ADN realizado el año 2009 por la Universidad Nacional de Cuyo junto con el INTA y el INV determinaron que no era la misma cepa Bonarda o Barbera de Italia, y que correspondía más bien a la Charbonneau de Francia o Charbono de Napa.

img_1792El hombre detrás de esta iniciativa, estaba donde cualquiera lo necesitara en el stand del Sheraton. Se llama Bartolomé Robles y el presidente del Concejo Deliberante del Departamento de San Martín (en corto, es el segundo intendente). Bartolomé como buen mendocino ama el vino, es su pasión, pero además tiene una tradición familiar, la de inmigrantes españoles viticultores. Para él tenía sentido que la Bonarda permitiera a Argentina diversificarse más allá del Malbec, como el resto del mundo se los pedía.

Empezaron entonces trabajando desde la Municipalidad de San Martín en el llamado Plan B (Bo) con Bodegas de Argentina, el Centro de Viñateros y Bodegueros del Este y la asociación de enólogos Codevin. Después de lograda la primera etapa, que incluyó su difusión, la promoción del enoturismo y la construcción de un edificio-museo El Templo de la Bonarda en la ciudad de San Martín (por supuesto abierto a visitas) se dio la libertad para realizar acciones de promoción involucrando actores más allá del Municipio. Así fue, nos explica Bartolomé, como el año pasado se creó la Fundación Bonarda Argentina, con el fin de promocionar los vinos de esta cepa que se produzcan en todo el país. Por eso, en el stand había Bonardas de Mendoza, por supuesto, pero también de la Rioja y de San Rafael, todas completamente diferentes, lo que revela una de las principales características de la cepa, y es su capacidad para reflejar el origen de sus uvas en los vinos. Por supuesto también probamos Bonardas de San Martín, en la zona Este, o de la zona Oeste, y del más cool Valle de Uco. Sin embargo esta clasificación dentro de Mendoza, aun no es posible de identificar en las etiquetas frontales, a excepción de una que otra, como la del proyecto de Lucas Niven, Pala Corazón, quien produce dos diferentes: una de San Martín y otra de Uco. También marca la diferencia Zuccardi con su icono Emma de Uco y San Martín, y más recientemente la bodega Catena Zapata, que acaba de lanzar un vino super premium  de Bonarda, en honor a su fundador Nicolás Catena, pues esta fue la primera cepa que plantó esta familia de inmigrantes italianos en Mendoza.

Abogado de profesión, magister en derecho empresario, y con una especialización en agro-negocios Bartolomé cuenta que el Plan B incluye charlas, capacitaciones y participación en eventos como ferias, por ejemplo, la semana que viene (del 25-28 de mayo) estarán en Córdoba con un stand en la Expo Delicatesen. Lo bueno, comenta, es que el plan le permite a muchas bodegas más chicas estar en estos eventos a los que por recursos no pueden ir solas, porque cuenta con dos enólogos contratados, Federico Perez Lawe y David Palma (quien además trabaja en el Templo de la Bonarda, donde hay sala de cata para 200 personas completamente equipada).

Además cuenta Bartolomé, existe el Festival musical de la Bonarda, ya en su sexta versión, un evento gratuito de 3 o 4 noches durante marzo con un artista internacional invitado; en San Martín, por supuesto, al lado del Templo donde hay un teatro griego.

Para el futuro más próximo el Plan B implica trabajar en profundidad con los descriptores de la variedad, y fomentar a través de protocolo modelo de vinificación bajar el uso de la madera, ya que como explica Bartolomé -y fue otra de las  grandes lección después de probar más de 20 Bonarda- sus vinos acusan la presencia de la madera, porque -podríamos decir- no le cae bien. Lograrlo, dice, es todo un desafío.

¿Qué más aprendimos de la Bonarda y sus vinos? Lo que nos confirma Bartolomé: es un vino fácil de tomar, de un precioso color violeta, de taninos suaves, muy  frutado y muy agradable a la boca. Claro que es todo ello, cuando no aparece la madera mal puesta y termina aportando un amargor final que le resta gracia. Lo bueno agrega es que marida con muchos tipos de comida, “desde una picada, que suele ser para comenzar un asado con quesos o fiambres,  hasta acompañar el mismo asado; también nos gusta con comidas sencillas, pizza, empanadas, dice”. Otra cosa que aprendimos, que en Chile es lo más parecido en boca a nuestra recién descubierta Cinsault, y con el mismo potencial –por qué no- para que tenga su propio Plan C.

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Selección de Bonardas favoritas Feria AltaGama Sheraton Mendoza.

El factor común: narices con notas violetas y frutas negras, bocas livianas y muy jugosas, de pocos taninos, ligeramente rústicos, lo que como conjunto da su gracia y no empalagan. Todos de excelente precio/calidad, bajo los $400 p/argentinos.

Pala Corazón Bonarda 2016, Zona Este

Giménez Rilli Bonarda 2016, San Martín

Bocabella Alto las Hormigas Espumante Rosé Brut Bonarda

La Madrid Single Vineyard Reserva 2014, Agrelo

Febrero Riojano 2016, La Rioja

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