EN EL MUNDO DEL VINO ¿TALIBANES O MERCENARIOS?

Sergio Hormazábal, Viñatero de Raíz, reflexiona sobre las opiniones extremas en un mundo cada vez más polarizado, también en el vino.
La música de fondo de estos días sigue siendo el lamento fantasmal del bajo consumo de vino, la letanía de la crisis y el negro futuro. En el variopinto crisol de opiniones y posturas he identificado dos claros bandos sobre el origen de los males y la salida a ver la luz.
Por un lado están los que plantean que el vino debe salir de la caja, abrirse a los nuevos consumidores, adaptarse a los tiempos, cambiarse ropa, (¿travestirse?) y ser parte de una gama infinita de opciones de cocteles con sabores, aditivos y jugos para competir con los soft drinks, terremotos y otras yerbas. Según se comenta esto debiera dar frutos y abrir el consumo a otros nichos de publico. Suena razonable. Desde la vereda del frente les gritan ¡mercenarios!, vendidos y vapuleando el vino al mejor postor, todo por aumentar las ventas al corto plazo con un resultado dudoso y sin datos duros que aun avalen la estrategia con certeza.
Por el otro lado están los que postulan que la tabla de salvación del vino esta en sus propias raíces, el origen de las uvas, el rescate de la historia y las personas verdaderas detrás de cada botella. Como lo que se valora hoy es lo verdadero y lo auténtico, el vino tendría en sus mismos terruños y personas que lo han forjado, la materia prima para seducir al mundo en un largo plazo, sin ser una veleta que gira sin sentido buscando el consumo, en una búsqueda del arcoíris que nunca termina. Suena muy razonable también. Desde la vereda del frente les gritan ¡talibanes!, ciegos a las tendencias del mercado y anquilosados en formulas que ya no dan resultado en el publico millennial, que los conducirán a la irremediable extinción.
Esta película tiene un olor muy familiar. ¿Cómo que se parece un poco a nuestra actualidad política, no? O eres de los que quieren salvar el país o eres un enemigo de la patria, no hay intermedios. Debes elegir bando: Talibán o Mercenario.
Personalmente creo, como siempre, que las cosas no son binarias y hay un continuo de matices. Sin duda que es preferible para los que amamos este rubro, que las personas consuman un coctel de vino en vez de una bebida gaseosa o un soft drink con alcohol de procedencia desconocida. Pero por otra parte, si nos volcamos a la frenética carrera de hacer brebajes sin historia ni arraigo, persiguiendo las sombras que vemos pasar, nunca podremos poner valor agregado a nuestro vino ni diferenciarnos, solo eventualmente, vender mas litros.
¿No podremos encontrar una estrategia inteligente y de largo plazo, que gestione ambas tendencias, cada una en su nicho correcto y de forma adecuada, para potenciar nuestro vino? ¿Es tan difícil caminar y mascar chicle a la vez?
Al menos yo, me niego a que me hagan elegir entre ser mercenario o talibán, ni en el rubro del vino ni en ningún otro ámbito. ¿Ustedes que opinan?
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