LOS VINOS TRANQUILOS DE AQUITANIA

Publicado el 18 julio 2019

En esta casa, se prueban los vinos tintos antes que los blancos, una vieja costumbre de Borgoña que me encanta. Sobre todo, sabiendo que el broche de la cata será el Sol de Sol Chardonnay, un clásico.

Durante nuestra última visita a Viña Aquitania, en las afueras de la ciudad de Santiago, probamos toda su familia de vinos tranquilos. Partimos  por el Aquitania Pinot Noir Sol de Sol 2012, Malleco ($17.900); éste es el segundo vino que nació de Malleco y que en su primera cosecha tuvo un hermano menor, un Reserva, que ya no existe. Sus pequeños racimos, llegan perfectos a Peñalolén, después de haber sido cosechados a mano y transportadas por 800 km en gamelas de 24 kilos, al igual que el resto de las uvas que llega cada año desde Malleco. El viaje en camión hasta la ciudad, dice Felipe, no les hace ningún daño. Además viajan de noche, pasando frío en la carretera. Cuando la uva viene con algo de botrytis, dice el enólogo, se seleccionan a mano; el problema mayor puede ser cuando tienen oídio.

Ya el hijo de Felipe, Eduardo, nos había contado que su padre estaba fascinado con la elegancia de esta cepa (ver nota Día del Padre 2019 acá). Y este Pinot 2012 tiene esa delicadeza que fascina e intriga. Es liviano, con sabor y aromas a frutas rojas frescas, y una rica acidez final. Su guarda fue en barricas usadas, y algo de nuevas,  por un año. Sabemos que 2012 es un año cálido en el Sur pero el vino no lo delata, por el contrario, con siete años a cuestas sigue siendo un delicado jugo de guindas ácidas, y el color sigue vivaz. Sus aromas recuerdan a un bosque húmedo del Sur y a grafito; en boca es liviano pero con fuerza. Un 2012 que ha resistido impecable el paso del tiempo. Es el que está hoy en el mercado.

Seguimos con Aquitania Reserva Cabernet Sauvignon 2016, Maipo ($10.900). De delicado color rubí; aunque más intenso que el del Pinot; me llama la atención su palidez. De Solminihac me explica que los vinos tintos no tienen tanto color aquí, debido a la intensidad de la radiación del sol. Golpe a la cátedra; yo siempre había escuchado la teoría opuesta, pero debido a la gran amplitud térmica.«No podemos tener color intenso a 750 m.s.n.m. por la alta radiación solar, porque taiman el color de la pieles». Luego, nos llamará la atención las notas del vino a guayaba fresca, y lo suave de los taninos en la boca; también su ligereza. Es un Cabernet que no lo parece, y la culpa no es del Syrah, que forma parte de su mezcla en un 15%. Toda un sorpresa, una buena sorpresa para quienes no gustan de Cabernet corpulentos y tánicos. Un 59% de guarda en barricas usadas y el resto en acero respeta la frescura de su fruta. Pensado en su compañía al descorcharlo buscaría un buen amigo/amiga, con el que quiera conversar a solas por largo rato; ahora, si prefiero no hablar, buscaría para su compañía una chimenea encendida.

El Aquitania Reserva Carmenère 2018, Maipo ($10.900), pareciera tener más cuerpo y tanino más firme que el Cabernet, es más joven, claro, aunque  suele ser al revés. Ello no le resta, sino que suma. En conjunto es un vino especiado, con las notas herbales del Carmenère bien marcadas, y en boca con rica acidez final, con fruta negra muy sabrosa. Otro elegido para seguir la conversa junto a la chimenea.

Seguimos con Lazuli ($42.500). Un ícono de Maipo Andes, a mitad del precio que sus pares más afamados (como Don Melchor, Domus, o Chadwick) se adelanta a decir Felipe. Como ya lo comentamos, sus uvas vienen del viñedo en la parte baja del campo, con más arcilla, de allí, la razón de que tenga más cuerpo y estructura, si lo comparamos con el Cab Reserva 2016. El vino también tuvo más madera en su guarda: un tercio en barricas nuevas de 400 litros, otro tercio en barricas de un año, y otro tercio en barricas de dos años de uso. Para quienes estén buscando aquí a Paul Bruno, el primer gran tinto de Aquitania, debo decirle que ya no existe. De él, nacieron el Reserva Cabernet y Lázuli.

De Lázuli probamos cosechas 2016 y 2006, el segundo impacta su fuerza mayor, y las notas en nariz de frutas negras, como cassis y arándanos, junto con notas herbales, a mentol, alcanfor y pimienta negra, las que siempre se han asociado con Maipo Andes. Felipe precisa que el descriptor en su conjunto se conoce como  vitispirano. ¡Siempre se aprende algo nuevo! Se trata de un descriptor aromático característico de los Cabernet de zonas frías, agrega.

El enólogo también destaca además que sus Cabernet de esta zona, suelen ganar fuerza con los años, otra curiosidad sin duda, pues suele ser al revés. Aunque tiene lógica: la de la polimerización en sus primeros años. «Los taninos se van uniendo, polimerizando, dice Felipe, hasta que ya no ganan más, y el vino se vuelve decrépito». Con 13 años éste, de decrépito, nada. Todo lo contrario, larga vida.

VAMOS POR LOS BLANCOS

El Aquitania Reserva Chardonnay 2016 de Malleco ($10.000), es tal vez el tesoro mejor guardado de esta viña. Probamos la cosecha 2016, como siempre, fermentado y guardado 100% en acero inoxidable. Esta es la primera gran diferencia si lo comparamos con Sol de Sol Chardonnay, 100% con paso por madera. La otra, es que sus uvas vienen de los viñedos más jóvenes de Malleco (plantados el año 1998, en el viñedo Esperanza). Sin madera y por su clima frío, el vino tiene un color amarillo muy pálido y sus aromas recuerdan a duraznos blanquillos. En boca es jugoso, como ese mismo durazno bien maduro y tierno, cuyo jugo se chorrea por la mano al darle un bocado.

El Chardonnay Sol de Sol 2016 (de los primeros viñedos plantados en 1993, en Malalco) es otro mundo. Uno opuesto. Fue guardado 15% en madera nueva de 600 litros, el resto de varios usos (hasta 5 años) y posee sólo 10% de maloláctica. Felipe recuerda que el primero de todos, cosecha 2000, tenía 50% de maloláctica. Además, me comenta que no llovió para la cosecha 2016 en el Sur, pero que sí fue un año frío, aunque nunca tanto como el 2011. Compararlo con el Reserva Chardonnay es inevitable, Sol de Sol es más todo: en aromas más maduros, es más cuerpo, más largo en su paso por la boca y más dulzón. Todo sus «más» de complejidad y juventud, nos piden más guarda, y mientras lo esperamos descorchar hoy el Reserva Chardonnay junto al marisco que se les ocurra, y cómo se les ocurra, en su preparación.

Seguimos con el Chardonnay Sol de Sol 2011, el año más frío en la historia de Malleco. Su color amarillo dorado intenso delata su edad, 8 años, su nariz tiene notas a puerro y espárragos, y luego, la boca… qué boca, qué filo, qué ganas de beber y beber… Otra joyita, tal vez la más excéntrica de todo este tesorito del Maipo.

El siguiente vino, que se hace desde la cosecha 2010, es el Aquitania Sol de Sol Sauvignon Blanc 2015 de Malleco ($17.000). De un año frío en el Sur es un Sauvignon con cuatro años a cuestas que saca aplausos. Va en la misma línea que Aquitania Chardonnay pero con más filo y acidez en boca, y más austero incluso en la nariz, con notas a ají verde, hojas de tomate y daphne. Su elaboración es mitad en acero y mitad en barricas de madera.

Antes de despedirnos probamos los vinos bases de lo que será el Brut Nature 2019  y como no, volvimos a la copa del Brut Nature 2014, y allí estaba, más vivo que nunca, con su burbuja seductora, y sus notas bizcocho y miel…  para celebrar que estas joyitas siguen vivas y que en cualquier momento podemos ir a visitarlos. Incluso, sólo para ir a comprar a precios de bodega. ¿Por cuánto tiempo más no lo sabemos? Felipe confiesa que pronto deberán conversar entre sus socios para tal vez desprenderse de la parte superior del viñedo, pero por ahora es solo una conversación pendiente.

Viña Aquitania se encuentra en Av. El Consistorial 5090. Peñalolén. Stgo.

Teléfono: (56) 22 791 4500

Contacto e-mail: info@aquitania.cl

Sitio Web: https://aquitania.cl/

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