Ya está en Bogotá promocionando sus vinos, el primer grupo de productores de cepas patrimoniales del Secano Interior de Chile. Un segundo grupo vieja en noviembre a Holanda, Francia y Bélgica.

Ayer de noche viajaron todos menos unos; quiere decir que ya todos menos uno están en Bogotá, Colombia, para realizar diferentes actividades de promoción. Se trata de los dueños de las viñas  Reserva de Caliboro, Maturana, Gillmore, San Clemente, Mora Reyes, Zaranda, Bowies, Cavas de Portezuelo, Bandido Neira  y Männle (el último que  llegar hoy), quienes apoyados por ProChile tendrán una semana intensa de actividades con compradores, restauradores y prensa especializada, con el fin de dar a conocer y vender vinos chilenos que hablan de patrimonio cultural.

Y es que el factor común entre todos ellos es justamente ese, que producen vinos a partir de cepas patrimoniales de viejos viñedos del Secano Interior,  zona que comprende por Decreto 464 los viñedos del Maule, Itata y Biobío (incluyendo las comunas de Rauco, Romeral, Molina, Sagrada Familia, Talca, Pencahue, San Clemente, San Rafael, San Javier, VillaAlegre, Parral, Linares, Cauquenes, Chillán, Quillón, Portezuelo, Coelemu,Yumbel, Bulnes, Curepto, Florida, Ninhue, Ñiquén, Quirihue, Ranquil, San Nicolás, San Carlos o Treguaco).

Hablamos de las cepas patrimoniales que consideró el proyecto, como las blancas Moscatel y Semillón, más las tintas País, Cinsault y  Carignan.

Ya lo había anunciado María José Alvarez, Coordinadora Nacional de Vinos de Prochile,  durante el seminario organizado por Santa Carolina en Cauquenes, a raíz de la visita de Jean Michel Bousiquot. Los pequeños productores, dentro de este nuevo programa de cepas patrimoniales de ProCile, tendrían el apoyo para promover la venta de sus vinos en Chile y el extranjero.

La idea del programa, explica ahora Alvarez a WiP desde Bogotá, es llevar un pedacito del patrimonio que tiene que ver con elementos tangibles e intangibles; que contribuyen a formar una identidad local. “Se trata de una forma de hacer vino, de sus paisajes, diferentes terroirs; el hecho que sea un saber hacer que pasa de generación en generación, que hay una historia,” explica Alvarez.

¿Por qué Colombia primero? Alvarez explica que éste es mercado abierto a probar cosas nuevas,  y que en los últimos diez años, ha subido un punto el consumo de vinos per capita, aunque en suma no es una cantidad importante. Además, dice la periodista, es un mercado que se lleva bien con Chile. Y si bien hay barreras de entrada, las que se tratarán de explicar durante los seminarios a los que asistirán los pequeños viñateros esta semana en Bogotá, sí  es un mercado donde los vinos de nichos, como los de cepas patrimoniales producidos en pequeña escala, pueden caber muy bien.

La selección de los beneficiarios se realizó por primera vez mediante un panel de expertos, compuesto por destacados enólogos, sommeliers profesionales y periodistas especializados, quienes se reunieron a inicios de abril de este año a degustar los vinos de quienes estaban interesados en ser parte del programa. La comisión eligió el mejor vino de cada pequeño productor que represente el sentido de programa.

La iniciativa implica que ProChile auspicia el viaje de promoción con pasajes y envío de muestras.  El resto del os gastos corre por parte de los beneficiarios.

Una segunda misión del Programa cepas Patrimoniales, partirá a  Holanda con el mismo fin la semana del 20 de noviembre (post elecciones presidenciales), donde los pequeños productores realizarán ruedas de negocios, encuentros con la prensa y visita a restaurantes.  Y tiendas de vinos. Aprovechando la cruzada del charco, visitarán luego Bélgica y parís, donde solo tendrán encuentros con la prensa. Al viaje además se sumará Alejandro Buvinic, director de Prochile, quien viajará a Amsterdam para recibir el premio “Voice of Wine” entregado a ProChile por la feria Wolrd Bulk Wine.

Productores participantes del Programa Cepas Patrimoniales Colombia.