Los nuevos P.S. García  (antes García+Schwaderer) presentaron las novedades que lanzarán a fines de mayo 2018. No pudimos aguantar contarles quiénes son ellos ahora y elegir nuestro gran favorito.

Primero,  la M,  la letra que no se lee en las nuevas etiquetas. El año 2010 Patricio Mendoza comenzó a injertar las viejas Parras de País que tenía en su campo de Piedra Lisa en el Valle del Itata, y lo hizo con todo el apoyo de la familia, especialmente de Sergio Andrés, el hijo mayor y la Madga  (la primera agrónoma enóloga de los Mendoza). En ese campo con 30 hectáreas de País injertaron entonces Cariñena, Petit Verdot, Garnacha y Mataró o Mourvedre y Petite Sirah o Durif.

Ahora, los García + Schwaderer. El plan original de los Mendoza era plantar con bosques de pino el campo de 440 hectáreas que compraron el año 1994; pero Sergio Andrés movió las piezas para que su padre cambiara de idea. Así fue como llegaron a proponerles el injerto de las cepas tintas francesas sobre la País, Constanza Schwaderer y Felipe García, una pareja de enólogos, quienes piensan que con la cepa País no se pueden hacer grandes vinos de larga guarda.

Todas las cepas francesas injertadas en el campo de  los Mendoza, menos la Durif  ya fueron hechas vinos y salieron al mercado bajo la marca García + Schwaderer; primero fue el Carignan en la mezcla Bravado  con la cosecha 2012. Lo hicieron y mucho antes de lo que puedan imaginar, gracias al injerto, es decir a pegar literalmente una estaca de vid (cualquiera de las francesas que recién mencionamos) sobre una parra de País  cuyas raíces llevan más de 100 años viviendo del suelo y con el suelo.

Con los incendios del año pasado (cosecha 2017) parte del campo Piedra Lisa se quemó; especialmente gran parte del bosque forestal que sí llegaron a plantar los Mendoza y que flanqueaba el  viñedo injertado por dos costados; significó además  importantes mermas en la cosecha. Desde el 2010 a la fecha otras cosas pasaron. La pareja de enólogos, la primera  que se atrevía a hacer sus propios vinos independientes,  y fundadores de MOVI, se separa en 2015 y tomaría rumbos diferentes. Tan diferentes, que Constanza, ahora tiene un par de deliciosos Espumantes Charmat de País, blanco y rosado, bajo la marca Schwaderer, desarrollada junto a su hermana Mariane.

Llegamos así a la  P.S. El enólogo Felipe García, en tanto,  se quedó en sociedad con Los Mendoza y la expandió a todos sus vinos (incluyendo el Sauvignon Blanc Marina, el Pinot Noir Sofía, y las mezclas tintas Facundo y Bravado) y se ajustó el nombre de todo el proyecto a P.S. García. Si vienen leyendo con detalle lo que les he contado, la P es por Patricio y la S por Sergio Andrés. Nicolás, el segundo hijo de Patricio, ya es parte del proyecto, pero prefirieron dejar el nombre tal cual, después de que tanto les habían costado llegar a el;  y porque además seguro en algún momento, por más lejano que sea, se sumará la Magda, quien ahora forma parte del equipo enológico de Terranoble. Además, cuenta García, las siglas P.S. son  un juego con la expresión anglosajona Post Script (Post Data) con la que buscan darle un sentido de origen al proyecto. Para celebrar esta nueva unión, entre amigos, y familia, todos los nuevos integrantes de P.S. García  mostraron la semana pasada sus vinos, junto a la cocina chilena; cocina con productos del Valle del Itata. Y como dictan sus vinos blancos y tintos desde el campo hasta el mar.

Así fue como probamos sus nuevos espumantes, con una presentación de lujo, los que venían gestándose hace cinco años en botella. Ambos método champenoise son elaborados con Pinot Noir de Casablanca: uno es Nature, más filoso y profundo, el otro y un más suave Extra Brut (con 20% de guarda en madera). Ambos saldrán a fines de mayo a $18.900. Lo que les vendrá muy bien, porque a pesar su tiempo sobre las lías, son espumantes que de seguro mejorarán con los años; sí, al menos me gustaría probarlos en año más: hay acidez y sabor de fruta de sobra.

En mayo también saldrán al mercado todos los tintos monovarietales 2016  de Piedra Lisa ($18.900), incluyendo el debut del Petite Sirah o Durif. Todos ellos, con sus fabulosas etiquetas, imposible de dejar pasar en una góndola,  con  toda la fuerza que se siente a partir de sus uvas,  de gran concentración y con un color impresionante. Entre todos, elegimos a la Garnacha, por estar  un  paso adelante, al menos  hoy.

Solo recuerdo haber probado antes una Garnacha chilena tan sabrosa, cremosa, seductora (la de Maturana Wines, que ganas de tenerlas ciegas una al lado de la otra para poder definir). García dice que su Garnacha 2016 es la mejor que han hecho hasta ahora;  que del 2017 hicieron muy poco, pero asegura que la 2018 será insuperable. No sé ustedes, dos años más yo no puedo esperar, pero un mes sí.  Así es que atentos, porque  estará a la venta en casa de sus distribuidores Santiago Wine Club donde en estos días  P.S. García es la Viña del mes, y también en wwww.movilatienda.cl, sigan el link directo a sus  precios de promoción.