SEMINARIO PATRIMONIO VITIVINÍCOLA / PARTE II

Publicado el 30 junio 2017 Por Mariana Martínez @mymentrecopas

Con una ecléctiva degustación culminó el encuentro organizado por  La Asociación de Agrónomos Enólogos de Chile en viña Santa Rita. Partiendo por el Semillón de un pequeño productor de Apalta para cerrar con un gran clásico de Puente Alto, y un vino de  la DO más antigua de América.

Después de varios vinos traídos por asistentes para compartir con un cóctel de medio tiempo, elaborados a partir de País (entre ellos el vino que acaba de exportar VidSeca, Huingan y Hecho Mano de Zúñiga) en el Seminario sobre Patrimonio Vitivnícola organizado ayer en Alto Jahuel, se degustaron  siete vinos invitados a participar por la Asociación de Agrónomos Enólogos de Chile por su valor patrimonial. Acá cada uno de ellos y su aporte a la conversación:

img_34731.- Carmen D.O. Semillón Quijada Cuartel #1 de Colchagua (Apalta). El vino fue presentado por Teresita Ovalle, joven miembro del equipo de la viña, quien contó que el vino proviene de un cuartel del señor Quijada, quien les comentó que este paño era diferente. Porque la idea del proyecto DO explicó, es hacer vinos de pequeños productores con uvas excepcionales y darle valor a su trabajo. Por su uva, explicó se le pagó  más al productor y también se siguieron todas sus  indicaciones. Pablo Morandé, quien presentaría su vino Renace después,  sugirió que deberían compartir rentabilidad por la venta del vino con el productor, no por la uva. Más detalles este delicioso Semillón acá.

Alejandro Peralta, equipo ventas de viña Pérez Cruz, comentó la importancia de ver esa conexión entre las nuevas generaciones de enólogos con la sabiduría de los pequeños productores, y de la importancia de seguir haciendo estos vinos para los cuales, dijo,  sí hay un mercado con sed de cosas nuevas.

2.- Santa Cruz de Coya País 2016, Nacimiento. El vino lo presentó el sommelier Juan Ignacio Pavon, quien hizo un recuento de la larga historia detrás del campo de donde viene la uva, y habló del compromiso de su enólogo Roberto Henríquez por hacer vinos con identidad del lugar. De allí este País tinto ligero, en color y cuerpo, de rica acidez y tanino rústico, fiel a la cepa despalillada en zarandas y vinificada en lagares abiertos. Simple y sabroso para beber junto a cazuelas y arrollados. Por cierto, dijo Pavon,  Henríquez comparte ganancias con los productores.img_3468

3.- De Martino Viejas Tinajas Cinsault 2014 de Guariligue,  fue presentado por Eduardo Jordán, enólogo a cargo del proyecto, quien describió como fue que en busca de un País dieron con el Cinsault, entre otros datos sabrosos. Todo lo que les contaremos con más detalles acá, porque Viejas Tinajas Cinsault 2014, el mejor de esta zaga es nuestro vino de la semana. Varias críticas aprovechó a hacer jordán al sistema, a modo personal . Por un lado: que el INDAP tenga como prioridad en vitivinicultura campesina enseñar a podar, con agrónomos recién graduados, a los viejos de más de 80 años. Por otro lado: que no todos los pequeños productores tienen palabra, pues en años buenos a pesar de tener una relación de largo plazo, se dejan comprar por 10 0 20 pesos más.

4.- Casa Silva Carmenère Micro Terroir  2011, Colchagua. No es secreto que éste es el vino estrella de la viña colchagüina. Ni que nació de una selección de viñedos entre sus  diferentes campos del valle. Interesante escuchar que su uva se cosecha en dos momentos diferentes, en busca de frescura y madurez. Impacta la nota a pimiento y también el café tostado, siendo el primer vino tinto con madera del grupo; impacta la suavidad de sus taninos y su frescura.

img_34665.- Bodegas RE Carignan Renace 2013, Cauquenes. Pablo Morandé presentó este vino del que hay solo 2.000 botellas. Un vino hecho, explicó, como antes, sin querer que sea lo que no es, en lagares abiertos, luego guardado en barricas viejas. Por eso, nos dice, no le importa si tiene o no notas de oxidación en nariz; es lo que es. Aunque  por ello mismo llama la atención, que se cuidó para que no hiciera la fermentación maloláctica;  para que no perdiera su frescura. Algo relevante cuando el vino tiene un alto grado, porque como dijo Morandé, porque es mucho más rico cuando la uva está bien madura. Y sí, rico es, mucho, más allá de las notas de evolución  precoz -oxidadas- que se sienten en nariz, tiene una boca con un volumen impresionante, cremoso, envolvente, y aún nervioso.

6.- Concha y Toro Don Melchor 2014, Puente Alto. Enrique Tirado, como contamos antes presentó su gran Cabernet Sauvignon, generalmente desde 1999 con un poco de Franc. Notable momento,  frente a Pablo Morandé, también enólogo de Don Melchor en épocas pasadas. Notable que fue como si no hubiera sido así. No hubo interacción entre el podio y la mesa de panelista donde se sentó Morandé para presentar su vino. Enrique habló de pie, de cómo que se hace hoy este vino que nació con la cosecha 1987; de cómo suman 142  cuarteles en un total de 127 hectáreas, y de lo importante de renovar viñedos, de que prefiere  la selección masal, porque sí, los viñedos envejecen; habló de cómo los viñedos jóvenes son más exuberantes, pero también con más fruta fresca. Sensible su visión de por qué este es un vino de Cordillera:  por qué no sólo formó su suelo  aluvional, dijo, sino que es responsable de su clima más frío en las noches, de contenerlo por la espalda ante climas extremos, y del agua que lo riega. De por qué es un vino de taninos híper elegantes y a la vez de una gran fuerza en boca.img_3467

7.- Armidita Pajarete 2010, Huasco. El último vino, un dulce generoso del Huasco, fue presentado por Lady Ramírez, una de las tres hermanas que están hoy a cargo de este proyecto familiar. Lady destacó que este no es el clásico Pajarete que venden en restaurantes  y tiendas, y que entra en la categoría de Late Harvest , sino su versión oculta, la que nadie quiso cuando comenzaron a comercializarlo, porque era demasiado diferente, incluso defectuoso. Porque lucía un color café aún a un pesar de ser elaborado con uvas blancas de Moscatel de Austria. Dulce  naturalmente, con más de 14°A, como dice su D.O. , porque sólo en un lugar como el Huasco, dijo Lady la uva concentra esa cantidad de azúcar sin perder turgencia y frescura. Una delicia, untuosa en boca, que huele y sabe a uvas pasas y dátiles junto con una rica acidez. Lástima, que sólo lo venden en la viña, a 1.200 m.s.n.m. Por suerte hay muchas razones ligadas al patrimonio cultural del vino chileno como para ir hasta allá.

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