«Sombra» significa en euskera el nombre de este País elaborado por David Marcel. El mismo hacedor de grandes éxitos como Aupa y Weón.

Llama la atención los apenas 11,9 grados de alcohol que luce en su etiqueta Itzal. Sabemos por su contra-etiqueta que además es 100% cepa País y que su nombre significa «sombra». La relación de la sombra y esos 11,9 grados de alcohol no es casual. Y es que el pequeño viñedo de parras viejas en el secano, de donde proviene, tiene la particularidad de que recibe sombra desde las seis de la tarde, durante el verano. Ello, gracias a que el gran Cerro de Name, el más alto de la cordillera de la costa del Maule, se le atraviesa al sol desde esa hora cada día. Es esta condición la que permite más frescura en las uvas del País, y lo que llevó a Marcel el pensar en hacer un vino de País pensando en diferentes terruños, o climats, al estilo Borgoña. Es decir: liviano y fresco, con poca extracción de color y polifenoles de sus pieles.

Su intención podemos decir que se logró, al expresar el lado más fresco y delicado de los terruños burguiñones. Itzal 2016, el que encontramos hoy en el mercado, es un tinto ligero lleno de frutas rojas y de acidez justa. Es País, recuerden, así es que sería injusto comparar sus taninos rústicos con los de un sedoso tinto de Borgoña. Pero los guiños al Pinot Noir de todas maneras están. Es ligero, sí, pero además tiene ese color rojo, de intensidad baja que nos recuerda el color de un jugo de frutillas en almíbar. La diferencia es que de dulzor del almíbar, aquí no hay nada. Y esa es la gracia de este vino, su sensación seca, de austeridad que me encantó, tanto en nariz, como en boca y en su final. Definitivamente, todo en Itzal está en su justa medida.

No es el primer acercamiento de Marcel a la variedad ni al Secano Interior, claro que no. Ya está acostumbrado este productor a sacar lo mejor de ella junto al Carignan, sin embargo hasta ahora no había hecho que yo sepa un País 100%, tampoco un vino ni tan fácil de beber, ni tan limpio, ni tan austero. Todo eso, incluso sumando ya 4 años en botella. Y si se lo pregunta, aún se puede guardar más por al menos 3 años.

Lindo País, definitivamente, para mostrar a quien no tiene aun fe en esta cepa re-valorada por qué nos atrevemos a decir, después de tanto olvido, que ya sabemos qué hacer con ella. Lindo País para atreverse a probar ese nuevo Chile que nace del pasado.

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