“de José” es el nombre del vino que Martín Guilisasti hizo con el equipo de viña Emiliana  para recordar a su padre, una de las personas más queridas y ecológicas de la industria del vino en Chile. 

Cuando José Guilisasti, gerente general de la viña con mayor cantidad de viñedos orgánicos del mundo, falleció inesperadamente en noviembre del 2014 fuimos muchos los que nos quedamos huérfanos; fuimos muchos los que perdimos nuestra persona favorita del mundo del vino. José tenía una energía especial, ponía cariño en todo lo que tocaba y con ese mismo cariño concretaba todas las locuras que se le ocurrían. José dejó un gran huella a su paso; una huella profunda que quiso honrar con un vino especial Martín, uno de sus cinco hijos,  y agrónomo como él.

Para hacerlo, Martín contaba con las uvas del campo que tenía a su cargo, el campo de Manque en Los Morros, ribera sur del río Maipo. También tenía un huevo de cemento para vivificarlo, que en realidad era de su padre y estaba dando vueltas por ahí.  Alvaro Espinoza, muy querido amigo de José y enólogo asesor de sus proyectos, le dijo a Martín que lo ayudaría a hacer el vino.  Aunque en realidad, quien estaría a cargo del vino guardado 100% por 10 meses  en el huevo de cemento,  sería la enóloga de Emiliana, Noelia Orts.

Martín quería hacer el vino con las uvas de Manque, porque ese campo que daba rendimientos demasiado bajos, era su reto personal;  su padre se lo había dejado a su cuidado antes de fallecer. También ese campo era un reto personal de José. Allí había plantado en 2009 una selección de Cabernet Sauvignon de los más diversos orígenes; había plantado selecciones masales de Don Melchor y de Almaviva, también material traído de Sudáfrica y Australia. Todo ese material se había plantado a pie franco y también sobre porta injertos, jugando para tener innumerables variables bajo las más diversas exposiciones a pie del cerro.

Viña Emiliana le prestó un segundo huevo de cemento  a Martín de, pero no se lo llenaron  con Cabernet, como al primero, sino con Carmenère y Syrah del mismo campo, plantado mucho antes, 30 años atrás. Este dato es importante porque ambas variedades están presentes en la mezcla del vino “de José” en un 10% y 5% respectivamente y marcan su esencia.

Noelia nos explica, durante el lanzamiento del vino “de José” en el restaurante Baco este lunes,  que viendo que el Cabernet  2015 de Los Morros, de parras tan jóvenes, era aún muy frágil en cuerpo y estructura, quisieron darle fuerza con los viñedos más viejos de  Carmenère y Syrah. Cepas que irán perdiendo  presencia a medida que pasen los años y los Cabernet vayan ganando  más fuerza, lo que ya pasó con las cosechas 2016 y 2017.

Llama la atención de este vino “de José” 2015 que el alcohol es de apenas 13 grados, y que su tanino sea tan pero tan suave, y  tan pero tan fácil de beber. Llama además la atención, que si bien dicen, que el vino tiene una alta acidez natural, ésta no sienta y lo que predomina en el vino, a pesar de no tener más que unos 3 meses de guarda en barricas muy viejas (tiempo durante le cual tuvo su fermentación maloláctica)  es el carácter del Carmenère suave y especiado. Un vino de cuerpo medio, para beber y beber, sin complicaciones junto con la compañía de un rico picoteo junto a la chimenea prendida.

El vino “de José” luce en su etiqueta una ilustración del campo Manque, a los pies de la Cordillera, en forma de herradura, también allí está el chagual, planta comestible propia de la costa y que aquí habita, según cuenta Martín, por montón. También en la gráfica sobrevuela el campo un cóndor, el Manque protector y que sólo por razones de registro de marca no pude ser el nombre del vino. Para bien, porque nos encanta que se llame “de José”.

Puede que nadie entienda por qué estamos haciendo vinos independientes, dijo Rafael Guilisasti (hermano mayor de José) durante la presentación del vino. Lo dijo por su propio proyecto familiar dedicado 100% a los  espumantes Azur, y que es independiente de Concha y Toro y Emiliana, bodegas  de las cuales los Guilisasti son socios junto con los Larraín. También lo dijo por este nuevo emprendimiento de Martín, y que cuenta además con la ayuda de uno de los tantos sobrinos de José, el Nano.

Si le preguntaban, sí, por ahora Baco tendrá la exclusividad en restaurantes del vino “de José”, y lo ofrecerá a $6.000 la copa, $24.000 la botella.