¡COPA LLENA O EL REGRESO DE LAS TIENDIMIAS!

Publicado el 18 abril 2019 Por Mariana Martinez @reinaentrecopas

Si entendiste perfecto nuestro título de hoy, hay que decírtelo: se te cayó el carnet. Sino, te lo explicamos con todo tipo de señales, porque las fiestas del vino de la mano de barrios comerciales podrían estar de vuelta. Vendimia Fest este finde en barrio Italia, sembró la semilla.

 

Corrían finales de  los años 90 y yo recién de vuelta en Chile, después de casi 15 años en el Caribe, moría por ir a una fiesta de la vendimia. Mi primer amigo chileno, tan querido como hoy, prometió llevarme a una. Como poco  reconocía del Santiago que había dejado atrás a inicios de los 80′, no tenía idea de a dónde íbamos. Al llegar,  recuerdo una calle larga, amplia, con muchas casas convertidas en tiendas de lujo. La tónica de esta fiesta a lo largo de la Av. Alonso de Córdova era ir de casa en casa, o tienda en tienda, donde una viña era la anfitriona. ¿Cómo ha cambiado el barrio eh!? La verdad, esta fiesta de vendimia de los 90, de vendimia en sí, no tenía nada. No había fardos de paja, ni campesinos, ni uvas, ni carretas con disfraces… Todo lo que yo recordaba debería haber sido en mi infancia en el campo del Uruguay; donde también se hace vino cada año. En Chile, durante mi infancia como extranjera, sólo tengo un recuerdo sobre vinos y bodegas: la visita a Viña Concha y Toro y su Casillero, un día de lluvia.

La cosa es que aquella primera fiesta en Alonso de Córdova fue evolucionando, por varios años se fue mejorando tomándose poco a poco todo el espacio urbano. La última, la que convocó más gente, tenía efectivamente fardos de paja en mitad de la calle, uvas, malabaristas y jazz en las esquinas. Recuerdo haber terminado la noche con varios amigos nuevos, cantando en un banco, bajo la ventana de algún vecino.  Haya sido o no nuestra voz desafinada, lo cierto es que los vecinos se quejaron, y la fiesta que ya todos llamábamos «tiendimia», se acabó para mi tristeza, y tal vez la de muchos otros.

La esperanza de volver a tener en la ciudad algo semejante, con el vino como protagonista de la calle ha vuelto. Nos la dio la esperada Vendimia Fest, organizada por Vinos de Chile este sábado y domingo (13 y 14 de abril) en el Barrio Italia. Para ello, la calle se cerró desde Santa Isabel, por varias cuadras para dar espacio, por un lado, sin mezclarse, a stands de más de treinta artesanos, y por otro, a los stands -bajo una gran carpa negra- a más de 30 viñas asociadas a Vinos de Chile. Entre ellas, además como  invitados especiales, los vinos de MOVI, servidos por sommeliers.

Lo más interesante tal vez de la fiesta fue que reunió -según cifras de Vinos de Chile- unos  50 mil asistentes que no tuvieron que pagar entrada, sino que se pasearon por el espacio público libremente. Y como suele ser la tónica de los eventos que organiza la comunidad de locatarios del Barrio Italia, no había food trucks llegados de otros lados, porque la idea era disfrutar y potenciar las propuestas gastronómicas que ellos ofrecen todo el año, y que ya genialmente, son muchas; entre cafeterías, chocolaterías, restaurantes, soperías, heladerías y pizzerías.

Por otro lado, lo que más festejo yo, especialmente después de que hace una semana en WiP hiciera mis descargos contra la copa plástica (exigida por el Estado para celebrar el gran festival de gastronomía Ñam en el Cerro Santa Lucía), es que las cerca de 300 etiquetas de vinos diferentes, que se dieron a degustar este finde en Vendimia Fest, se sirvieron en un total de 10.000 copas de vidrio, y de buen tamaño.

El precio además, aunque hubo al parecer algunas confusiones (no estaba claro si era la  copa + 3 tickets por $3.000 o por $5.000, lo que atrasaba la venta; y $8.000 por copa + 5 tickets), era conveniente para atreverse a probar y descubrir nuevas cepas y viñas desconocidas.

Como haya sido, la suma total dio 45.000 degustaciones vendidas; eso es más de 4 degustaciones por persona con copa en mano. ¡Felicitaciones Vinos de Chile!

La fiesta, además, logró lo que no hizo aquella primera tiendimia de Alonso de Córdova, de la mano de la productora BlowUP: ofreció competencias entretenidas, pisadas de uva protagonizadas por los mismos asistentes, también hubo largas filas para personalizar las copas, charlas educativas, la actividad haz tu propio vino, una barra de vinos premium y una batalla de parrillas que yo no vi, ni olí.

Está claro que Vinos de Chile jamás soñó con el  éxito que tendría la fiesta, y por eso se les fue en algunos momentos de las manos. Como el sábado al final de la tarde, cuando se les acabó literalmente el vino y debieron cerrar dos horas antes de lo previsto.

Algunos criticaron en twitter la falta de lugares para descansar, o que no hubiera mejores ofertas para llevarse los vinos a la casa con packs atractivos. Otros, criticaron la delimitada zona premium, donde por ejemplo estaban los vinos Montes Alpha, pero no los Montes M, o Purple Angel, pero sí se podía encontrar otros en los stand de cada viña. Esto en particular se cambió el día domingo, cuando quieren se paseaban con sus pulseras ViP pudieron rellenar sus copas en cualquier stand.

Otros criticaron que no hubiera comida en el sector vinos. No es la idea del barrio. Sí, podría haber habido en los mismos restaurantes ofertas más económicas para comer al andar y podrían haber prestado sus baños sin mala gana. Por último, cobrando por usarlos.

Las cifras entregadas a WiP por Vinos de Chile, nos dan cuenta de dos cosas re-importantes:

  • Primero, que sí hay interés por el vino chileno en Chile (aunque Santiago no es Chile), y
  • Segundo, que los espacios públicos piden a gritos que nos los tomemos, por supuesto, con copa de vidrio en mano. ¡No de plástico!

La gran pregunta ahora, cuando supimos que Vinos de Chile ya está soñando con más fiestas como estas, con  tiendimias multitudinarias que superan los 40 mil asistentes, es si será necesario el lobby para poder seguir sirviendo la bebida nacional en copa de vidrio. Está claro que Vinos de Chile sí tiene cómo hacer ese lobby, así es que contamos con ellos de ser necesario, y esperamos que defiendan la copa de vidrio con garras y colmillos; como han defendido tantas otras cosas. No me hagan mencionarlas ahora, estamos celebrando.

Lo que no sabemos es si es que en algún minuto podemos ver a todo el vino de Chile (con viñateros grandes, medianos, pequeños y diminutos) siendo parte de una misma gran fiesta. Se entiende, que en la Fiesta de la Vendimia de Colchagua, organizada por las Viñas de Colchagua, veamos solo sus viñas en la plaza; aunque no es necesario. Igual como vemos a las viñas de Curicó en la Vendimia de Curicó, y así… en cada fiesta que organiza una asociación de un valle determinado. La cosa es que, esta gran asociación, la más grande del país, se llama Vinos de Chile o Wines of Chile cuando sale al extranjero, lo que en su trasfondo significa exactamente lo mismo.

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2 comentarios

  1. Luis Rafael Jofré dijo:

    Magnífica crónica, Mariana. Felicitaciones a los anfitriones. Ojalá quienes prestaron de mala gana sus baños —como todos los productores de vino lo saben— entiendan que para cosechar primero hay que sembrar con encanto y distinción, Luis Rafael Jofré

  2. Luis Eduardo Solar dijo:

    Coincido, muy buen articulo. La verdad, se me había olvidado la fiesta en Alonso de Cordoba…

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