NACIMIENTO COMO CENTRO

Publicado el 18 febrero 2020

Productores de vino tuvieron su primer concurso, mientras la Travesía por el Río Biobío hasta el villorrio de Millapoa fue todo un éxito. Aquí les contamos de la aventura y los ganadores.

No fue casualidad la fecha, 16 de febrero, para celebrar nuestra primera Travesía WiP del Viñedo a la Copa por el Río Biobío, desde el Nacimiento hasta el villorrio de Millapoa. Al contrario, fue bien premeditada en el café Prahna, un mes antes, donde se gestó toda la idea junto al Club de Kayaks Wampoche. La idea era poder coincidir con la 1era Fiesta del Vino de Nacimiento.

Así fue como el sábado 15 la comuna tuvo lo que llamaron su 1era Fiesta del Vino Ancestral, organizada por la Ilustre Municipalidad de Nacimiento y la Cooperativa Campesina Los Notros Ltda. Y, en este marco, se realizó con apoyo del bar de vinos de Los Ángeles República de la Parra el primer concurso de vino regional. Luego el domingo, desde Nacimiento a las 9:54 de la mañana salimos un total de 25 Kayaks y Stand Up Paddle camino a Millapoa en una travesía de cuatro horas y media por las mansas aguas del río Biobío. Detrás del grupo, viajaría un pequeño bote con cinco personas más. Todo ello, para dar a conocer esta antigua zona vitivinicultora del campo chileno, la cual recién despierta para recibir el enoturismo.

Primero, contarles del concurso, en el que participamos y  aprovechamos para dar algunos datos para el futuro. Como por ejemplo: las botellas deben ser cubiertas e identificadas sólo con un número para no saber cuál vino es cuál y evitar así la pérdida de objetividad. Además, con más de 30ºC en el ambiente, la recomendación es refrescar los vinos al menos en agua heladita antes de servir. Lo que, por cierto, les hace muy bien, especialmente si son ligeros y poco tánicos.

La única información que teníamos es que los vinos a catar eran de los 6 productores y expositores de la feria y sólo de la cepa País; entre socios de la cooperativa, algunos invitados vecinos de la Comuna de Nacimiento y todos de la Región del Biobío.

La elección con tan poco vino no fue difícil, sí lo fue por la temperatura de servicio. La ventaja: los defectos salen a relucir mucho más rápido. La desventaja: las virtudes se pueden ocultar. Así fue como nos quedamos con tres vinos sin defectos para elegir, los que se quedaron con el 1ero, 2do y 3er lugar.

Los defectos (algo normal para nuevos hacedores de vinos embotellados) fueron: dulzor de azúcar residual, muy fáciles éstos de vender pero peligrosos porque pueden refermentar en botella; notas animales producto de brett y/o alta volátil por contaminación de bacterias acéticas.

Recordemos que en la zona, la mayoría de los  pequeños productores de uva (con excepción de algunos aventajados como Roberto Henríquez) recién comienzan con el interés por embotellar sus propios vinos, para darle valor a sus uvas. La mayoría de ellos (apenas 5 entre los 20 que tienen viñedos en la Cooperativa Los Notros) están embotellando sus vinos desde hace un par de años. Ello, cuando el precio de las uvas se fue en picada, y el valor de los vinos de cepa País al alza. Por eso, ellos mismos con mucha humildad pero entusiasmo reconocen que aún les queda mucho por aprender y mejorar. ¡Vamos!

Entre los estilos que probamos sin duda hay diversidad: el 1er lugar fue justamente para el País que logró mayor equilibrio entre los dos extremos, sin demasiado tanino, ni ser demasiado ligero. Es decir: entre la liviandad y taninos suaves del vino que resultó en segundo lugar, y la fuerza y taninos aún secantes del 3 er lugar. ¿Quieren saber nombres y un poco de cada proyecto? Acá van…

GANADORES 1ER CONCURSO FIESTA DEL VINO ANCESTRAL NACIMIENTO

1er lugar.- El Pabellón Vino Tinto (País) 2019, Millapoa ($5.000). 2019 es la primera cosecha embotellada por la familia Ramírez, quienes tienen viejos viñedos en las orillas del río Biobío. Según nos contaron, antes de participar en el concurso (cuando, por cierto, encontramos brett en otra botella del mismo País) son varios primos los que tomaron la iniciativa de recuperar los viñedos de la familia y hacer sus propios vinos. El nombre de la viña y nombre de los dos vinos que hacen, se lo da una loma en la orilla del campo, donde se ubica un viejo árbol, y que llaman El Pabellón. Según supimos, alguien de la familia comentó que el vino ganador tenía algo del Cabernet, el cual debe haber sido plantado, según nos habían contado, en 1998 por su padre. Y es que, el otro vino de la viña El Pabellón es justamente una mezcla de 75% Cabernet Sauvignon y el resto de País, muy oscuro y estructurado, muy limpio y sabroso. Como anécdota, contarles que minutos antes de llegar a Millapoa por el río (el día después de la premiación) conversamos con un grupo de gente bañándose en el río, y resultaron ser los Ramírez. Orgullosos estaban de este premio. Un gran debut sin duda, ¡felicitaciones! contacto@vinaelpabellon.cl

 

Tierra Firme País 2019, San Rosendo

2do lugar.- Tierra Firme Tinto 2019, San Rosendo ($5.000). El hacedor de este vino es Héctor Espinoza, un viejo conocido nuestro de San Rosendo, pues fue uno de los primeros en embotellar por separado las uvas de sus viejos viñedos de Malbec. Su País (más allá de su gran Malbec 2018), destacó por su liviandad y perfil amable, dentro del carácter siempre algo rústico del País. En particular, brilló por lo limpio y correcto que está el vino y listo para beber hoy a pesar de su juventud. Contacto: tierrafirme@vallebiobio.cl

 

Viña Doña Luisa Ladrón de Uvas 2019, Millapoa

3er lugar. Doña Luisa Ladrón de Uvas 2019, Millapoa ($5.000). Este es el vino de nuestro anfitrión en Millpoa, Patricio Cea y su hijo Bastián. Fue el vino más intenso en color y taninos, también con más fuerza y cuerpo. Luego supimos que el vino aún no termina su segunda fermentación maloláctica, de allí sus notas de levadura y algo carbónico en boca, lo que le da hoy esa sensación secante en el final de boca; también, vimos que tiene diferentes etiquetas, según el mercado de destino. Ya en la viña probamos una parte del mismo vino, que descansa aún en barricas viejas de roble. Impresiona como este «gran reserva» se ha ido suavizando en la madera, donde no tiene las notas de levadura, y sí fruta roja, además de fuerza para rato. Lo malo, es que hay poco. Estupendo, saber que con la cosecha 2020, ya con título profesional técnico en mano, Bastián Cea empezará a vinificar por separado sectores del viñedo para aprender a diferenciar sus vinos por suelos y exposiciones. @cepapais en instagram y twitter.

 

 

 

 

SOBRE LA TRAVESÍA DESDE NACIMIENTO HASTA CASA DEL LADRÓN DE UVAS

Las cuatro horas y media de camino, dieron mucho para mirar y pesar, sobre todo por el agua mansa, gracias a la poca corriente que tiene el Río Biobío a esta altura de su trayecto hasta el mar. Lo que sin duda facilitó la travesía desde Nacimiento hasta el villorrio de Millapoa. Primero, para pensar en lo bajo que está el caudal del río: por culpa de los embalses río arriba, de la sequía, de los bosques monocultivos, de la papelera… Como sea, la sequía sin duda es un tema en el Biobío, y es claro que sus habitantes no quieren que les quiten agua para una Carretera Hídrica y conducirla hacia el Norte del país. Segundo: teníamos el reto de dejar el recorrido más limpio de lo que lo encontramos, pero hay que decir que disfrutamos de una ribera muy limpia, sin embargo donde había habitantes o lugares para acampar estaba la basura. ¿Descuido o costumbre? Diría que lo segundo. Mala costumbre la de no preocuparse por quién viene detrás, desde arriba hacia abajo.

Por otro lado, impresiona la cantidad de viñedos salvajes que hay en el camino, sobre todo en la orilla del río, entremezclados entre moras y membrillos. Sobre todo en la orilla derecha en dirección a la costa; donde hoy sólo hay bosques de pino y vegas con ganado. Lo que llama la atención porque es en la ribera izquierda, donde se ve la mayor cantidad de viñedos, cuidados en cabeza sobre las laderas. No hay duda que distinguirlos a ambos lados del río es parte del atractivo que puede tener esta ruta en bote o a remo en el futuro.

Y es que ya hay interesados en llevar turistas hasta Millapoa por el río y por tierra. Esperamos que La Santa Tienda de Concepción lo concrete y así como los expedicionarios que nos acompañaron en bote durante el recorrido. Por ahora, podemos decirles que el camino por tierra de Nacimiento a Millapoa no está asfaltado y recorre la ribera del río por unos 15 kilométros. Más fácil y divertido, es llegar desde el pueblo de Laja, donde desde agosto 2019 hay un servicio de balsa para autos por $4.000, desde 8:00 am a 8:00 pm.

Finalmente, por supuesto, contarles que Viña Doña Luisa (compañera en esta aventura) está abierta todo el año; con su modesto hostal con vista al río, piscina entre frutales, quincho para asados, bodega de vinos y licores, viñedos ancestrales y la deliciosa gastronomía de Doña Luisa, la dueña de casa. Una combinación perfecta para aterrizarnos en la sencillez, historia y vida de esfuerzo del campo chileno.

 


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