Desde el minuto en que el presidente argentino Mauricio Macri hizo el anuncio de la intención de aplicar  impuesto interno al vino Argentino, los empresarios Vitivinícolas argentinos están en pie de guerra.  

En un comienzo el proyecto original estimaba un alza del 25% de impuestos, el cual según el gobierno provincial argentino, debido a las presiones de los bodegueros y el sector se logró revertir a un 10%.

Según  La Nación, la meta ahora es volver al “impuesto cero” para la industria vitivinícola, lo que se pretende lograr con las futuras reformas que se debatirán en el Congreso.

A partir de ahí los empresarios referentes del sector vitivinícola junto al Ministro de Economía, se reunieron de urgencia para buscar una postura en conjunto contra los intentos de dificultar el mercado de vinos y espumantes. Entre ellos estaba el reconocido empresario Zuccardi, quien afirmó que “Gravar al vino con un impuesto es una aberración”.

Por otro lado, Gabriela Lizana, de la Asociación de Productores del Este, expresó a Mendoza Post su malestar asegurando que “el sector siempre termina siendo el más afectado” e indicando que lo que más les molesta fue que se “considere nociva a la bebida, eso nos da la pauta de ver en qué lugar va a estar nuestro producto para ellos”.  Lizana hizo un llamado a los funcionarios que quieran ir a la fiesta de Vendimia, “van a tener que retractarse si quieren venir, porque es grande el daño que le han hecho a la cultura de un pueblo”

Hay que tomar en cuenta que a diferencia con Chile, el vino en Argentina hasta ahora es considerado un alimento, que trae beneficios a la salud y no se asocia a excesos o alcohol. Concepto que nace gracias a una designación por ley, donde el vino es considerado Bebida Nacional.