Con casi 100 años de tradición, Pisco Bauzá inicia una nueva etapa en su historia al renovar su presentación. Marcando así un proceso de modernización.

La historia de Bauzá comienza en el Valle de Limarí, cuando a sus 18 años, el mallorquín Lorenzo Bauzá, llegó a estas tierras y se enamoró de su nueva patria. Sin saberlo, cuenta la historia de la bodega que sigue en manos de la misma familia, sus primeros amigos en Chile abrieron una botella de pisco para celebrar su compañía.

La nueva presentación de Pisco Bauzá busca precisamente rescatar la tradición familiar que  está detrás de su desarrollo y que hoy lidera Rodrigo Bauzá Fernadez. Es por ello que la etiqueta mantiene los mismo colores que caracterizan a cada una de los cinco piscos que conforman su portafolio ( 35º, 40 º, Bauzá Ice, Blanco y Aniversario),  pero presentados de manera más elegante, mientras que la botella incorpora una marca impresa en el vidrio.

“Estamos en un momento clave en la vida de la marca, que representa la oportunidad de alinearnos para honrar los 90 años que llevamos a cuestas y sembrar los 90 años que nos quedan por delante con el entusiasmo y la pasión que nos caracterizan como empresa, honrando el legado que recibimos, y enriqueciéndolo para las futuras generaciones”, señala Rodrigo Bauzá, gerente general de pisco Bauzá.

Bauzá Blanco 40 grados (cuya imagen renovada  ilustra esta nota)  es un pisco  con 24 meses de reposo en acero inoxidable. Lo que quiere decir no tiene guarda en madera, con el objetivo de destacar los atributos frutales, herbáceos y cítricos de sus uvas  cosechas en altura. Bauzá Blanco, de floral  aroma y suave sensación en boca, nace como parte del pensamiento innovador de la empresa, cumpliendo con los requerimientos del mercado norteamericano, quienes gustan del pisco blanco, con toques frutales.