CURICÓ VOLVIÓ A PRESENTAR SUS SAUVIGNON BLANC DEL AÑO

El recorrido fue de cordillera a mar, para mostrar vinos y la fresca añada 2024. La estrella llega de un viñedo a solo 500 metros del Pacífico.
El bar La Vinocracia, muy cerquita de Plaza Ñuñoa, fue el lugar elegido por la Ruta del Vino Valles de Curicó – RVC – para hacer lo que solía ser antes de pandemia, la emblemática presentación de los nuevos “Sauvignon Blanc Valles de Curicó”.
El evento que mostró solo vinos cosecha 2024 junto a los enólogos de cada viña, y a sommeliers, prensa especializada y amigos de la Ruta, tuvo la particularidad de poder degustar en un recorrido de mar a cordillera, nueve exponentes del valle.
En este camino, Benoit Fitte, enólogo de Viña Requingua repasó el porqué la cosecha 2024 fue sumamente atípica. Recordó las abundantes lluvias en agosto del 2023, las que trajeron de nuevo la humedad a los campos después de 15 años de sequía. La primavera fría atrasó madurez, explicó, y permitió cosechar con grados de alcohol potencial más bajos de lo normal. Tuvimos acidez natural y a la vez, también positivo, pocas veces tuvimos tantos tioles (precursores aromáticos que recuerdan a maracuyá y hoja de tomate). Además, destacó con su Sauvignon Blanc mezcla de dos viñedos (Maule y Curicó Andes) aun en estaque, que fue un gran año también en tintos, los que probaremos en 2025”.
“Curicó es el principal productor de la variedad Sauvignon Blanc en Chile y este regreso, después de 3 años, buscó sorprender con un viaje de mar a cordillera. Fueron 9 vinos presentados respectivamente por sus propios enólogos, donde primó la consistencia y la innovación. Además, para mostrar a Curicó como una zona que destaca por su diversidad y calidad, dada por cada sub valle vitivinícola”, comentó en el evento Alejandra Inda, gerente de la Ruta del Vino Valles de Curicó.
Para finalizar, la gastronomía armonizó una selección de tintos del valle de Curicó. En tanto, la música estuvo a cargo del destacado acordeonista chileno Joaquín Muñoz Donoso, junto al impecable servicio dispuesto por los alumnos de la Escuela de Sommeliers de Chile.
A continuación compartimos nuestros vinos favoritos de la presentación, los cuales verán, siguen siendo de muy buena relación precio / calidad, el gran fuerte de Curicó con esta variedad; más no ya como antes, cuando podíamos verlos en el mercado por apenas $3.500.
Selección de Sauvignon Blanc de Curicó 2024
Korta Wines Tre Sauvignon 2024, Valle de Curicó ($6.200) Muy frutal en nariz, con notas a maracuyá y pera, también hierbas secas como manzanilla. En boca algo amargo y liviano. De acidez justa, aunque muy sabroso en su final, con un dejo refrescante a manzana verde. Ideal será para abrir el aperitivo solito o junto a bocados frescos y simples: ¿bastones de apio y/o zanahorias con yogur y ciboulette?
Pajo Wine Sauvignon Blanc 2023, Valle de Curicó ($7.000). Fermentado y guardado en barricas, la excepción en el grupo, ofrece una nariz austera muy consecuente con su elaboración y guarda, además de una boca voluptuosa, algo dulzona pero muy sabrosa en su final. Excelente relación precio/calidad por demás. Ideal para platos de carnes blancas, incluso pescados, con más grasita y servidos calientes.
Miguel Torres Ándica Sauvignon Blanc 2024, Valle de Curicó ($8.900). Intenso en aromas y sensaciones en boca, con notas alimonadas y peras maduras. Muy seco y cálido final, será ideal para servir bien fresco junto a platos livianos, como ensaladas verdes con su toque de maldad.
Aresti Trisquel Terraza Marina Sauvignon Blanc 2024, Valle de Curicó ($12.900). El más radical de todos, y bueno, hay que decirlo, fue el viñedo que hasta ahora es el más cercano – que sepamos- de la costa del Océano Pacífico en Chile Continental. 500 metros para ser más precisos en la costa de Curicó, cerquita de Iloca. A pesar de su precio, mantiene una excelente relación precio/calidad, con una producción de apenas 2.000 botellas. Todo un logro, ya que de su primera cosecha 2022, apenas se lograron hacer 200 botellas. Mientras en 2024, la cosecha se perdió completa. Radical con sus notas que evocan a la neblina marina y un dejo de sal, yodo y espárragos. Su fuerte es la boca, intensa, de acidez filosa, seco seco. Una ola del Pacífico en pleno verano, para acompañar ostras, piures, erizos, y todo marisco crudo que pueda llegar a la mesa bien fresco. El campo de hectáreas y media es de la familia Correa Inda, y es una de sus hijas, María Elena, agrónoma, quien está a cargo y nos invita a conocer el lugar este verano. Más información para visitas y degustaciones con previa coordinación a través de la cuenta IG @terrazamarinaloscuervos.