LA INSPIRACIÓN DEL JUICIO DE PARÍS

Publicado el 26 diciembre 2016 Por Maximiliano Mills

Nuestro cronista de cine, Maximiliano Mills, regresa antes de terminar el año con “Bottle  Shock”, un homenaje a quienes que se atreven a lograr lo que nadie antes.

Nos encontramos viviendo la que quizás sea la época más estimulante y creativa en los casi cinco siglos de historia del vino en Chile; con viñas de autor, viñas experimentales y viñas icónicas a nivel mundial, aprovechando todos los recursos de clima y suelo que este lugar del planeta nos brinda. Y si hay un punto de inflexión en este derrotero ocurrió en la Cata de Berlín de 2004. Aquí se degustó por primera vez a ciegas los mejores vinos de viña Errázuriz enfrentados a grandes titanes de la enología europea.

La iniciativa fue de Eduardo Chadwick, cansado del estigma que pesaba sobre el vino chileno (“es simple y barato”). Esta cata tuvo la presencia de los mejores vinos europeos, compitiendo los Châteaux de Burdeos, como Margaux, Latour y Lafite y fantásticos vinos italianos como Sassicaia y Solaia. Viña Errázuriz presentó tres de los suyos: Seña, Don Maximiano y Viñedos Chadwick, todos chilenos y europeos de las cosechas 2000 y 2001. La esperanza de Eduardo Chadwick era que al menos uno de sus vinos quedara entre los cinco primeros. Ocurrió que los mismos expertos que antes se negaban a admitir nuestro buen trabajo cuando puntuaban estos vinos con las etiquetas a la vista, ahora eligieron a Chadwick como el mejor de la degustación, ganando así con un Cabernet Sauvignon de Maipo Andes a los hasta entonces imbatibles vinos franceses e italianos.

La idea la tomó Chadwick del legendario “Juicio de París” acaecido en 1976. La legendaria y recordada degustación a ciegas con vinos de Francia enfrentados a los vinos de California. Organizada por el inglés Steven Spurrier sólo incluyó a expertos franceses, quienes terminaron eligiendo al Chardonnay del Château Montelena del valle de Napa como ganador. Este evento destronó a Francia como productor indiscutible de los mejores vinos del mundo. Bottle Shock (2008) es una película que narra El Juicio de París. Está protagonizada por Alan Rickman (Steven Spurrier), Bill Pullman (Jim Barrett) y Chris Pine (Bo Barrett) y dirigida por Randall Miller (quién también escribió el guión).

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La historia se centra en Steven Spurrier, dueño de una pequeña tienda de vinos en París llamada “Las Cavas de Madeleine” y cómo reunió al grupo de vinos de California que llevó a competir en París. Es una entretenida historia de maceración, trabajo, poesía, ciencia y victoria… o acerca de lo que ocurre cuando uno compra un gran vino: este es mucho más que uva fermentada. Las palabras Bottle Shock se refieren al fenómeno que describen los enólogos cuando el vino se agita durante esas largas semanas en que viaja como carga en un barco y debe enfrentar un temporal: sus sabores y aromas se remecen. A veces el vino cambia bastante y arriba a puerto disminuido y con menos sabor.

La película nos sitúa en 1976 en el Valle de Napa, California, y Jim Barrett es el dueño del Château Montelena. Está con deudas y enfrentando la quiebra. Mientras en París, Steven Spurrier posee una pequeña tienda de vinos. Un amigo le aconseja la inaudita idea de que para promocionar los vinos que vende en su local debe organizar un concurso de cata a ciegas enfrentando los vinos franceses con los vinos de California.

Bottle Shock es una gema cinematográfica con varias entretenidas sub-historias que desarrolla en paralelo. Pero además es una estimulante enseñanza sobre cómo no debechateau_montelenamos decaer en la vida y, más importante aún, muestra lo fundamental que resulta creer en lo que hacemos y dónde ponemos la pasión y el corazón. Con una banda sonora setentera incluyendo algunas clásicas canciones de “The Doobie Brothers”, es una gran pérdida que por falta de presupuesto para promocionarla Bottle Shock haya pasado desapercibida dentro de las grandes cadenas de cine (recaudó casi lo mismo que costó filmarla).

Esta película me inspiró a catar el triunfador Chadwick y también el Carmenère Kai, ganador en Nueva York de una de las tantas secuelas de la Cata de Berlín, que se realizaron después del 2004 por todo el mundo. La historia detrás de la Cata de Berlín –dirigida por el mismísimo Steven Spurrier– me hace ser un eterno agradecido del tesón que tuvo Eduardo Chadwick para lanzar los vinos de Chile directo hacia el Panteón donde habitan los más grandiosos vinos del universo. Lo que más estimula es a pensar que la mejor cosecha de ambos vinos, Cabernet y Carmenére, aún pueden estar por venir ¿Será la cosecha 2017 superior a las 2014, ganadora este año del los primeros 100 puntos de Chile? Mientras la esperamos… ¡Salud por quienes esta mañana caminan entre las parras de la futura vendimia 2017!

Maximiliano Mills es uno de los fundadores de las revistas Surfeando y Nauta. Ha desarrollado su carrera como cronista de viajes/fotógrafo y explorador de personalidades. Ha sido asistente de producción en las películas Natural Born Skiers, Searching for Tom Curren, Rapa-Nui, Blue Horizon y Step Into Liquid y ya está trabajando en la filmación de su cortometraje. Espera llevar al cine alguno de sus cuentos cortos. Desde 2012 escribe la columna “Cine Paralelo” en la revista Tell. Ha publicado 5 libros, incluyendo Arqueolocine, los que pueden bajar desde www.maxmills.com

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