Visitamos la antigua bodega de vinos del Templo San Alfonso, en el pueblo de Cauquenes, un rincón del Maule lleno de historia para conocer y beber.

En lo alto del pueblo de Cauquenes (calle Manuel Montt Sin Número, a 600 metros de la plaza de Armas) se encuentra el Templo San Alfonso de la  Congregación Redentorista. Según cuenta la historia en el portal Maule Sur , fue el presbítero Bartolomé Villalobos el precursor de la instalación de los Redentoristas en Cauquenes. Él  era dueño de una casa de ejercicios o retiros, y  el 6 de Mayo de 1861 donó los terrenos para dar vida al antiguo convento, el que inicia su labor en comunidad el 30 de Mayo de 1892.

Con el  terremoto del año 2010,  el Templo de San Alfonso y sus instalaciones tuvieron daños severos,  y se cayeron algunas de sus edificaciones. Eso sí, la antigua bodega de vinos, subterránea, no sufrió daños mayores, aunque se le derrumbó el piso de arriba. Allí,  se sigue haciendo vino como antes, y para hacerlo se cosechan las uvas de sus antiguos parrones, incluyendo la cepa San Francisco, y de un pequeño viñedo dentro de la propiedad que fue replantado con 1.000 estacas de Cabernet Sauvignon,  en espalderas y con riego por goteo,  algunos años atrás. De seguro ello, cuando aún las viejas parras de País no eran aún consideradas un valioso patrimonio del Secano del Maule. Pues efectivamente, antes había viejas parras de País, que ya producían muy poco vino, originalmente en una superficie mucho más extensa.

Durante nuestro viaje a Cauquenes, fuimos a conocer la bodega del Templo San Alfonso junto a Jaime Cortés y Sergio Amigo, y para saber más de su proceso de elaboración conversamos con Silvio Salazar, quien está cargo hace 8 años de la vinificación y guarda. Aquí, según nos cuenta, hacen vino dulce de misa (calentando el mosto por 6 horas en un tambor de cobre), mano de obra que sube su precio considerablemente ($2.000 el litro);  y un vino seco que llaman Pipeño ($600 pesos es el litro); además de hacer con sus orujos su propio aguardiente ($6.000 el litro). Si ustedes gustan comprar, pueden preguntar por los vinos al finalizar las misas del templo. Ojo, deben llevar su recipiente para guardarlos.

En el video verán a Don Silvio,  quien nos cuenta cómo se hacen sus vinos y más sobre la bodega, su estructura, y su saber hacer.