QUE NOS DEJÓ… VINOS CON ALMA 2018

Publicado el 11 septiembre 2018 Por Mariana Martínez @mymentrecopas

La Cava del Pescador lo volvió a hacer, reunió a más de 1.000 personas en Concepción en torno al vino. Esta vez, eso sí,  reinaron las etiqueta de locales, demostrando sus grandes avances en calidad con cada nueva añada.

Este viernes 7 de septiembre estaba agendado el encuentro en el centro de Eventos Suractivo de Concepción.  Cerca de 40 viñas respondieron al llamado de Augusto Pescador, el dueño de las tiendas La Cava del Pescador  (ex distribuidora, porque la bicicleta de los restaurantes no da para más). Unas viñas más conocidas que otras, unas más chicas que otras otras, pero todas en la misma parada: darse a conocer entre los fanáticos de una cuidad que no para de crecer, rodeada de bosques de pinos y viñedos. WiP.cl estuvo allí, en busca de novedades, y las encontramos.  No pudimos probarlo (Roberto Henríquez, Huaso de Sauzal, Maturana…), era simplemente imposible. Aquí están nuestros hallazgos y destacados, que demuestran avanzar a pasos agigantados con cada nueva cosecha. Pongan ojo, porque recién está por comenzar la fiesta.

CUCHA CUCHA. Siempre matea Ana María Cumsille presente, mostrando los vinos de este  controvertido  proyecto de Arauco en la zona. Estaba entrando a mano izquierda. Por allí partimos. Entre las novedades Muscat, País ($7.500) y Mixtura 2017 ($9.900).  Los dos primeros muy frescos, livianos y sabrosos, fáciles, imperdibles para comenzar un asado; el último más complejo, dando un salto en cuerpo y fuerza comparado con su antecesor 2016;  una  buena sorpresa que asoma una punta animal que hoy le aporta carácter.

SANTA BERTA. De seguro es de las bodegas más grandes de Chillán y sus alrededores, y la que más vinos produce si hablamos de etiquetas. Entre ellas, destacamos un Moscatel Gran Reserva 2017 ($12.000) guardado en barricas de madera. Sí, con mucha barrica en nariz y boca, pero también con mucha fruta para aguantarla  y acompañarla. Para descorchar junto a  arrollados huasos, prietas y longanizas; no dude, haga la prueba. También nos gustó el Rosé de Cinsault  2017 ($6.000), de color muy claro, y cuerpo liviano, muy sabroso y fresco. Algo de humo en su final advierte que fue mejor que no siguiera el camino para ser un  tinto.

MORA REYES. Fuimos en busca de su Chasselas pero no estaba,  a cambio un Carignan 2016 de la línea Secano, lleno de fruta negra, rica acidez, muy sabroso. También un tinto llamado Arrebato, mezcla de Cinsault y Cabernet Sauvignon 2016, de extraña nariz, herbal, podría ser escobajo verde, en boca algo secante, pero con  mucha fruta negra. Para carnes rojas a la parrilla, con buenas vetas de grasa.

ALTOS DEL ITATA 1556. No son nuevos, pero los miramos con nuevos ojos. Hablamos de dos blancos de la viña Altos del Itata, la que -según cuenta su historia- sus primeros viñedos dieron  frutos en la cosecha ¡1556! De ahí el nombre de su línea de vinos. Probamos primero un Moscatel de Alejandría 2017, fermentado con sus pieles. De un color amarillo dorado intenso, brillante, y muy floral en nariz; seco, filoso, muy sabroso. Luego el Chardonnay 2016, fermentado sin pieles en recipientes de plástico. Este otro blanco seco, seco, aunque su nariz diga lo contrario, con una boca licorosa, y muy rica acidez, largo, muy sabroso. Su enólogo, y a la vez socio, es William Anderson, un Santiaguino que está a  cargo de las 8 hectáreas de viñedos de la familia de suizos Grüebler.

TRIFULCATeresa Vidal y Cristián Lagos son la pareja detrás de una gran pareja de cepas del Itata. Moscatel y Cinsault, blanca y tinta. Probamos el Cinsault 2016 ($9.700), cada vez mejor, más suave, pero sin perder  la frescura en su fruta. También el Moscatel 2017 ($5.000), una delicia de blanco, lleno de fruta. Al fin descorcharon el único espumante que llevaron,  me lo perdí. Cosas pasan. A ver si lo pillan ustedes.

VINOS DE PATIO. Este es un proyecto ejemplar del Itata. Detrás hay cuatro jóvenes, nuevas generaciones de productores de  uva que unidos bajo la tutela del agrónomo-enólogo Demy Olmos, están por primera vez haciendo vino embotellado  bajo sus propias marcas; con etiquetas muy bien hechas, súper atractivas. El año pasado debutaron con sus primeros vinos, para mi al debe con sus etiquetas. Esta vez no es el caso. Probamos todas sus nuevas añadas y han dado un salto en calidad emocionante. El Moscatel Quelhué 2017 es mucho más fresco, y tanto más sabroso en su equilibrio final; Protegido Cinsault 2017 también,  con fruta mucho  más fresca,  igual que Nügün 2017, el  Cinsault con guarda en madera. La estrella del grupo por Luis Lagos, Elier Ortiz, Ronald Vera y  Hernán Díaz Muñoz es el nuevo Bagual País 2017,  un tinto hecho con grano entero (100% maceración carbónica) nacido de un viñedo que fue rescatado bajo un bosque de pinos; otro tinto desnudo, austero en su fruta, liviano, fresco.

LOS CONFINES. Aquí se nos cruzan las historias, pues de este vino les hablamos cuando vimos las novedades de Colchagua Singular. Sus autores son Juan Pablo Lepin y Raúl Narváez (socio de FANOA, otro tinto presente en Vinos con Alma). El vino  ($10.000) nace en Malleco, de viñedos viejos de Moscatel, hoy bajo el cuidado de reos de una cárcel de Angol. Este blanco 2018 es muy floral,  con notas a pera de agua, muy jugoso y de divina acidez.

VIÑA JARDÚA. Carlos Jadúa y su primo están detrás de este proyecto, que nació de las ganas de retomar sus raíces, y hacer vino tal como lo hacia su abuelo sirio llegado a Chile en 1940. Ellos hacen varios vinos, algunos con uvas propias, otros con uvas  compradas a terceros. Nuestro favorito fue su Cinsault Reinicio 2016 ($9.000) de Ranquil, sin nada de guarda en madera, muy frutal, muy fresco. Otro gran avance en calidad para las nuevas generaciones del Itata.

MASSOC FRERES. Este es el nuevo proyecto de Francois Massoc y su familia, y por eso estan allí personajes detrás de cada vino. Entre su trío de deliciosos vinos: La Pituca Rosé 2016 del Itata, un rosado como ningún otro chileno que haya probado hasta ahora. Con fuerza de tinto, vinoso, glicérico, y fresco a la vez (difícil $15.000, difícil superarlo). Luego, dos País, uno sin y otro con madera. El Pelao 2016 ($14.000) es el primero, más listo para beber hoy, lleno de fruta roja, desnudo, vivaz. El Macanudo 2016 más grande, más intenso, más vino, vestido con la guarda en madera, más glicérico, pero también más intenso, más profundo, un País para guardar y guardar ($19.000).

 

CLOS DES FOUS by Cussen, Leyton, Parra y  Massoc. Francois Massoc sí,  también está detrás  estos vinos, cuya familia pareciera no deja de crecer. Nuestros favoritos hoy la línea Pour Ma Goeule 2016, la más económica, llena de vinos simples para saciar la sed. Entre los blancos el Riesling   2016 ($9.900). También, un paso más arriba el Riesling Latuffa 2016 de Traiguén ($17.500) , nacido con uvas de sus propios viñedo; vaya fuerza, a pesar de la  cantidad de madera, y es que si hay algo que marca la identidad de los blancos de este grupo del club de los  «tontos» es la fuerza de sus frutas, capaces de aguantar  muuuucha madera. El mejor ejemplo es el nuevo Clos des Fous Chardonnay  Dulcinea 2015  con guarda de tres años en barricas, hecho con uvas de sus campos en Traiguén;  lleno de mandarina, madera y miel en nariz, lleno de mandarina también en boca, jugoso y con filo a la vez, y por supuesto, de divina acidez. Entre los tintos, nuestro favorito de siempre, el Pinot Noir que viene de Aconcagua Costa, en su cosecha 2015. Pucanal Arenaria se llama y hoy tiene mucha fruta pero sobre todo la sobriedad y fuerza de taninos que buscan tener, sin ser secantes, sin ser amables, sin ser aburridos.

 

 

 

 

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3 comentarios

  1. Hola Mariana,
    eché de menos los comentarios de Roberto Henriquez, Huaso de Sauzal y Maturana Wines.

    • Como lo dije, yo también, pero el cuerpo no da. Demasiados vinos una sola boca para probar. Ojalá nuestro equipo pueda crecer, por un lado. Por otro, que haya instancias para que los profesionales puedan catar antes de la feria. Ojalá tener un listado de todos los vinos, aunque es injusto ir directo a los favoritos, como hacen los que vienen de fuera x pocos días. Estas ferias permiten descubrir a los nuevos.

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