QUE NOS DEJÓ… BOCAS MORADAS

Publicado el 06 septiembre 2018 Por Mariana Martínez @mymentrecopas

Las novedades de BOCAS MORADAS, con precios de feria que gritan por qué hay que ir a sus dos  próximas versiones antes  de fin de año.

El vapor salía por la boca. Podría haber sido una pesadilla estar al aire libre con tanto frío, pero para quienes nos gusta beber vinos frescos, fue el paraíso. Así degustamos los vinos de la feria Bocas Moradas el viernes pasado durante la tarde. Gozamos el recorrido, con la respectiva presentación de cada productor de vinos;   muy pronto entramos en calor.  Aquí nuestros favoritos e imperdibles que fueron novedad, para buscar en tiendas especializadas o venta directa. Sino, para tentarse y  esperar hasta las dos próximas versiones que serán, supimos, en octubre  y noviembre.

LAS NOVEDADES IMPERDIBLES

LOS  NUEVOS VINOS DE LAS HERMANAS SCHWADERER. Causan furor sus etiquetas y es que son realmente preciosas. Lo mejor es que el contenido también gusta, y mucho. Las etiquetas tienen la dirección artística de Marianne, la hermana que es diseñadora y a cargo de las ventas; los vinos son responsabilidad de Constanza, la enóloga. Genial dupla. De menos a más hay que comenzar con el Malbec 2017 del Maule, sin paso en madera; el vino es pura fruta roja, jugoso, amable, y liviano, con nada en exceso y todo en su justa medida como su precio $5.000 en la feria Bocas Moradas. Luego viene el Carignan 2017, también del Maule, liviano también de cuerpo, pero con mucha fruta más negra, también muy tenso aún. La nueva estrella de la casa es el Petit Verdot 2017, con la misma mano delicada en cuerpo que sus hermanos, y muy pero muy jugoso, el más cremoso en boca y fresco de los tres ( a $14.500 en feria los dos últimos). De las nuevas versiones de sus espumantes de País (de única fermentación) nos gustó más el blanco, de espuma juguetona, fresco, muy frutal en nariz, y muy rica acidez final. Más dulzón -con dos gramos más de azúcar- y tánico, aunque más amable,  es el Rosado, macerado con las pieles del País (ambos $6.000 en la feria).

LOS EXTRANJEROS. Un grupo de vinos emblema de países del Nuevo Mundo, estuvieron en Bocas Moradas esta vez, llamativamente a precios muy baratos. ¿La razón? Las diferentes viñas que los producen, incluida la chilena Anakena, son ahora parte del grupo Carlyle ; un mega grupo chino, que compró recién en junio pasado  todo el grupo de bodegas de Accolade (dueña ya entonces de Anakena). De esta oportunidad hay que probar sí o sí el Sauvignon Blanc de Marlborough (Nueva Zelandia), a $7.400 ($5.500 en la feria), fiel reflejo de la fama que le dio esta cepa blanca a la isla de Oceanía; con notas a frutos verdes, muy jugoso y divina acidez, también dulzón, sabroso,  en su final.  Del mismo grupo de vinos, otro imperdible es el Prosecco Da Luca a solo $ 6.390 en la feria. Muy cerca de ellos estaba un nuevo proyecto de importación dedicado a vinos españoles de pequeños productores que ya son de culto, solo para la venta, no para degustar. ¿Interesados? Mi Cava se llama el proyecto y detrás están varios amigos de la industria del vino que prefieren ser anónimos. Así se crea el mito comprende. Contacto: +569 8 209 7345

LA GRAN PAREJA CARTER MOLLENHAUER. Esta pareja de enólogos, que acaban de tener divinos trillizos, presentaron en Bocas Moradas las nuevas versiones de sus dos primeros hijos hechos con uvas: las joyitas Carignan Ciénga del Name y Petit Verdot Los Despachos. El Carignan 2016 ($15.000),  a $12.000 en la feria, es  de la zona costera del Maule (a los pies del cerro Name) conducido en cabeza: es un tinto guardado 100% en barricas usadas, que muestra el año frío en un frío lugar; con una nariz expresiva, con notas a ciruelas negras, banana, té negro y  aceitunas negras, en boca es muy jugoso, con cuerpo medio, muy vivaz. El Petit Verdot 2015 ($19.000), a $14.000 en feria, viene de una espaldera de Cauquenes, de un año más cálido, que también se refleja en el vino que tiene más de todo: más fuerza, más fruta negra, más grafito; también es más goloso. ¿Novedades? Se vienen con 2018, nos contó Edgar Carter,  un Semillón de Guariligüe y un País de Quirihue. A esperarlos.

EL NUEVO ESCÁNDALO. Cosas pasan y así Mauricio Veloso, enólogo del pequeño proyecto Escándalo, se mudó de barrio para hacer su Carignan. Así fue como dejó el Maule y se fue a comprar uvas en Colchagua. El cambio es radical y no por las uvas, sino por la limpieza del vino, ya no hay allí rastro de Brett; ahora este Escándalo que es etiqueta azul ($10.000 en  la feria), no naranja, es pura fruta negra; aunque tiene un 3% de co-fermentación con la cepa blanca Viognier.  El final tiene un dejo amargo, nada grave comparado con su dejo animal de antes. ¡Bravo! Queremos más. Felicitaciones por el cambio.

EL REGRESO DE ZARANDAJuan Ignacio Acuña mostró feliz su nuevo vino, más allá de sus ya tradicionales Moscatel y País  2017 ($11.000 único precio); se trata de un Cinsault 2017  de Itata que es fiel reflejo de lo que fue el año en la zona, humo, calor, nervios y es una delicia. Con mucha fruta negra, muy sabroso.

 

WEICHAFE EL MAGNIFICO. Literalmente refrescado debutó el proyecto Weichafe de Roberto Millán y Rodrigo Venegas, con su cosecha 2018 de Sauvignon Blanc y Chardonnay. ¿Por dónde empezar? El Sauvignon Blanc 2018 de la zona muy fría de Las Dichas, en Casablanca, muy  frutal, cítrico, de una boca filosa y jugosa a la vez, seco seco.; delicioso. la primicia, Chardonnay  2018 (de Tapihue,  una de las zonas más cálidas de Casablanca)  como pocos: pura fruta blanca fresca, piña, filoso, cítrico en boca, y todo con razón,  no tiene nada de maloláctica ni nada de madera. El Pinot Noir 2015 de Las Dichas también, también sin madera, otra delicia más: liviano, suave, con mucha fruta roja, fresca. Una ganga los Weichafe a $5.000 en  la feria ($8.000 precio normal en tiendas).

 

EL LADO DE PATRIMONIAL DE LAURENT. Si bien estarían al día siguiente, como algunos otros en Chanchos Deslenguados, esta pequeña bodega de Lorena y Damien (francés) del Maipo, presentó sus nuevas adquisiciones: un Culpable Pinot Noir 2017 del Itata, reflejo de su año cálido y con incendios y un Polémico País del Secano Interior 2018, reflejo de su año fresco, liviano, muy frutal, en su final rústico, pero amable a la vez: un gran acierto (ambos $7.900 en la feria).

 

KOYLE PRESENTE. No son pequeños productores, hay que decirlo, mucho menos recién llegados al vino  (tampoco lo es Anakena) pero el nuevo proyecto de la familia Undurraga, si fue un gran aporte a la feria. Primero,  con dos vinos que no hay que dejar pasar del pequeño productor de uvas de Bularco (Itata), Don Cande. Imperdible su Muscat 2017 seco, jugoso, para beber por litros, y su Cinsault 2016 (ambos a $8.900, precio feria $6.000).  Y aunque es una cepa tradicional, y también lo es su forma de vinificar, su Carmenère 2015 Royale fue uno de los grandes  tintos de la feria ($14.900, precio feria $9.000).

 

LA PRIMERA VEZ DE ANTIYAL. Tampoco es pequeña, comparada con los pequeños productores de hoy, aunque así partió en el garage de la casa; tampoco son nuevos en  llegar;  Antiyal tiene su club de fans ganado por décadas de trabajo biodinámico, apasionado; aunque era su primera vez en la feria Bocas Moradas. Un broche de oro para la degustación. Allí estuvieron de la mano del hijo mayor de Marina Ashton y Alvaro Espinoza, con toda su artillería (desde los $15.000);  ya no solo con el gran Antiyal ($42.000), magnífico en su cosecha  2015. Hablamos de su espumante Media Noche, un proyecto de Álvaro junto a Hernan Amenabar (ex Undurraga) con uvas de Casablanca ($21.000, a $15.000 en la feria); el  Cabernet  Sauvignon Purafé o su hermano de línea delicioso Syrah -Garnacha 2016;  o la mezcla también en base a Syrah Kuyén 2016, otra maravilla tinta  llena de fruta negra ($25.000). Y ni qué decir el Antiyal Carmenère 100% ($45.000) una joya del Maipo Andes, biodinámica por además.

 

LOS DEBUTANTES EN EL VINO

Dos proyectos se presentaron en Bocas Moradas por primera vez. Ambos con tibias primicias,  algo normal si no hay experiencia previa. Por un lado, conocimos a Monte María de la zona Del Monte (Maipo), por otro, a  Magyard  de Curicó. Del primero supimos que Iván Silva y su señora, partieron con la cosecha 2013 comprando uvas del parrón de un vecino, mientras crecía su propio viñedo en espalderas. El cambio se siente con sus primeros vinos hechos de uvas propias recién el 2015. De los cuatro vinos probados preferimos su Carmenère 2015, guardado en barricas de segundo uso, sutilmente amargo en su final, pero de cuerpo medio, sabroso. Sin pretensiones, lo que se agradece para un joven viñedo y nuevos viñadores.

Por otro lado, Magyard (húngaro en húngaro)  de Harold Pinter (de familia húngara), es un proyecto que nace en la zona de Tutukén, camino a la costa de Curicó. Al igual que Monte María tiene plantado cepas tintas tradicionales, y su primera cosecha es la 2015. Nuestro favorito entre sus primicias fue el Kunko 1,  su Gran Reserva ensamblaje tinto con Carmenère, Cabernet Franc y Malbec: el más barato de la serie ($7.900, precio  único), con notas herbales, a eucaliptos, pero con más equilibrio entre su fruta roja y tensión. @magyrarwineschile

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Un comentario

  1. Alejandro gonzalez dijo:

    Kunko 1
    Lo probe y es realmente superior

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