OTRO GRAN BLANCO DE FRANCISCO BAETTIG

Publicado el 21 agosto 2020 Por Mariana Martínez @reinaentrecopas

Son todos Parientes, pero Los Primos lideran la pirámide de calidad del nuevo proyecto personal del enólogo de Viña Errázuriz. Con diez años ya de trabajo a cuestas, llegan al mercado justo en 2020 desde la D.O. Traiguén, en el Valle del Malleco.

Que el autor del Mejor Vino WiP del 2018, el Chardonnay Pizarras 2017 de Viña Errázuriz, esté causando furor con su nuevo proyecto personal en Malleco no es sorpresa. Para explicarlo, recordemos dos hechos relevantes. Primero, Francisco Baettig ha sido por casi dos décadas el enólogo en jefe de Viña Errázuiz, referente de grandes vinos de la viticultura chilena.

Luego, está el lugar: la D.O. Traiguén, en el Valle del Malleco. La que ha brillado desde la primera cosecha (2.000) con su tremendo Chardonnay Sol de Sol, elaborado por Felipe de Solminihac en el campo de su suegro para Viña Aquitania. Desde entonces, paso a paso, con nuevos llegados desde el centro del país, ésta se ha posicionado como una zona para grandes vinos de cepas que gustan de climas fríos. También, como la tierra prometida por tener suficiente agua de lluvia en plenos tiempos de Calentamiento  Global.

Un dato no menor es que la D.O. Traiguén está en las etiquetas de los 4 vinos, del mismo tamaño que la marca. Lo que nos habla de una intención de hablar del lugar antes que de la variedad.

Sumar talento y lugar ya es explosivo, pero falta algo que contarles todavía: Baettig no está solo en este proyecto, aunque se llame Vinos Baettig a secas. Su socio, desde que tuvieron incluso la idea de hacer un proyecto juntos, es Carlos de Carlos, su compañero por varios años en Viña Errázuriz.

Carlos de Carlos es otro crack del vino pero en sus ventas para los mercados de exportación, y hoy aunque vive en Chile, trabaja con otro grande más: el winemaker norteamericano Paul Hobbs, también con bodega y vinos en Argentina. Todo eso quiere decir que este par sabía bien el truco de cómo vender, y a precios muy por sobre la media.

¿Quieren saber el truco? Se lo contamos; ellos lo hacen. Conseguir distribuidores antes siquiera de empezar a hacer los vinos. Suena raro, sobretodo para vinos con sentido de lugar, pero es una fórmula conocida dentro de la industria del vino. Especialmente, cuando se ha partido al revés. Hecho ya este trabajo, el resto para los Vinos Baettig ha sido casi pan comido. Vamos pues de vuelta a Malleco.

EL ORIGEN, TRAIGUÉN

Francisco Baettig en los viñedos del campo Los Suizos, en la D.O. Traiguén, Región Sur del vino de Chile.

Francisco Baettig nos cuenta que querían un campo para plantar todo desde cero en el Sur, en clima frío, para hacer vinos de Chardonnay y Pinot Noir, dos cepas que le gustan mucho a ambos.  Así dieron, por casualidad, con el campo del hijo de un viejo amigo de su familia. Familia Baettig, por cierto, llegada a Chile desde Suiza; de allí que al campo elegido le pusieron Los Suizos. La antigua relación con el primo Gastón Schuwirth, dio origen además a la sociedad agrícola que vende las uvas del viñedo plantado en 2013 a terceros. Pero esa, es otra historia. Vamos ahora a los Vinos Baettig (50-50% Baettig / de Carlos), los que justo este año 2.020, al cumplir casi una década de trabajo, salieron al mercado tal como era planeado.

Un pequeño paréntesis para hablar del suelo, antes de seguir con los vinos. Baettig habla de suelos de origen volcánico, con arcillas de buena calidad, que no entregan demasiado vigor a las plantas, y que son capaces de retener el agua de lluvia (entre los 800 y 1.000 mm caídos al año). Lo que permite que el riego no sea necesario y las plantas crezcan sanas y en equilibrio. Por eso, la etiqueta luce una nueva categoría, la que seguro veremos replicar en el futuro: «Viticultura de Secano Volcánico».

Carlos de Carlos y Francisco Baettig (socios 50%-50% en Vinos Baettig) en el Fito del campo Los Suizos.

ENTRE PARIENTES

Los Primos (ya saben el porqué del nombre) es la categoría más alta de los Vinos Baettig, y curiosamente, son los dos primeros vinos que hicieron con las dos únicas cepas que hay en el viñedo de 15 hectáreas. Curiosamente, digo, porque se suele comenzar al revés: de menos a más. Pero en este caso, ya con la cosecha 2017 (la segunda, pero que primero embotellaron) ya sabían qué cuarteles les daba lo mejor. El precio de cada uno quedó definido en $55.000.

Luego, para la cosecha 2018 nació la línea Los Parientes ($25.000), con también dos vinos; uno para cada cepa. En WiP.cl tuvimos la oportunidad de probar uno de cada línea, gracias a sus distribuidores en Chile Grandes Terruños.

Los Primos Selección de Parcelas (relación más cercana que con cualquier otro pariente) explica Baettig «buscan ser vinos con más estructura y complejidad, más capas, más potencial de guarda. Nacen de la selección de sólo algunas parcelas: las que dan vinos más estructurados y tal vez austeros. Son vinos que se van abriendo más despacio». La línea de Los Parientes, en tanto, agrega Baettig, se hace con las uvas que no fueron a Los Primos, para hacer vinos que deben ser más frescos, más intensos y frutales.

Datos técnicos de la vinificación, para los interesados: Todos se fermentan con levaduras nativas, a partir de uvas cosechadas a mano; pensando en 13º de grados de alcohol potencial. Particularidades: para el Pinot utilizan entre 10 y 20% de racimo completo y para los Chardonnay 100% de la fermentación es en barricas francesas. Tamaño de barricas: de 400 litros para los Chardonnay y de 300 litros para los Pinot. ¿Barricas 100% nuevas? No. Los Primos tienen más, entre un 25 y 40%. Tiempos: entre 12 y 13 meses para Los Parientes; entre 14 y 16 para Los Primos.

Chardonnay y Pinot Noir, las dos variedades plantadas para el proyecto Vinos Baettig en el campo Los Suizos en Traiguén.

Para celebrar el Día del Pinot Noir descorchamos Los Parientes 2.019, y sólo podemos decir que fue el mejor Pinot que hemos probado de este año. Cierto, tampoco han sido muchos. Pero bueno, nos vivió la emoción de probar esa fruta roja, fresca con fuerza pero a la vez delicada, que sólo da esta cepa cuando encuentra el lugar correcto. Sí, nos volvió a emocionar.

Luego, como era natural, porque es como lo hacen en Borgoña (la cuna de ambas variedades) descorchamos Los Primos Selección de Parcelas Chardonnay 2018. Sin sorpresas… volvimos a sentir esa acidez tensa, electrificante que sentimos en aquel Chardonnay Pizarras 2017. Sumen, eso sí, el fresco año 2.018 y el factor Sur. Para quedarse ahí en su copa dando vueltas mucho rato y volver incluso por varios días después y encontrarlo inmutable.

Sin duda el Pinot Los Parientes es una delicia, pero, sea o no por el precio superior, o porque la cosecha 2018 es excepcional, el vino que me ha dejado entusiasmada con este nuevo proyecto es el Chardonnay Los Primos.

¿Cómo lograr hacer tan buenos Chardonnay? Una variedad que particularmente tengo dentro de mi lista de «cepas internacionales», no de mis favoritas. A los que nos responde entre risas de rubor Baettig: «El lugar te da vinos con tensión y acidez rica. El material vegetal es bueno. El viñedo es equilibrado. Uso una barrica nueva, que para mi es la mejor que existe, Taransaud, porque respeta mucho el vino. La fermentación es natural; sin mover mucho el vino, por eso no hay oxidaciones. Además, uso poco sulfuroso, lo que creo se usa en exceso en Chile y deja vinos más apagados y sucios».

Todo dicho. Lo mejor del proyecto aunque les parezca que los vinos son caros es que no lo son en su relación precio/calidad. Por el contrario, son un gran ejemplo de cómo por apenas US$50 y la mitad, Chile produce vinos que emocionan y hablan de un lugar.

Los Vinos Baettig están a la venta en la tienda on-line de Grandes Terruños pinchando aquí


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