ITATA… EMBOTELLADO EN ORIGEN

Publicado el 17 diciembre 2019 Por Mariana Martínez @reinaentrecopas

Los pequeños hacedores de vinos del Itata están despertando, ya saben que la unión hace la fuerza. Ahora, la pregunta es: cómo canalizar esa energía que sabemos mueve montañas.

¿Qué hacen estos tres vinos extranjeros en Itata? preguntaba yo en mi post sobre el evento que este fin de semana se llevó a cabo en Bularo, Valle del Itata. Hasta allí había llegado la Gobernadora del Itata Rossana Yañez y la Directora de ProChile Ñuble Ingrid Quezada, aunque todavía hoy no lo crea el organizador del encuentro David Poblete (hacedor de los vinos Gran Rojo).

Gobernadora del Itata Rossana Yañez fue parte de la actividad, incluso de la degustanción de los vinos. Necesario resulta que autoridades participen de estas actividades, y no sólo lleguen a dar discursos políticos de apertura. También que beban vino en actos públicos, porque el vino es alimento y debe ser bebida nacional.

Hubo entre los convocados, por cierto, quien se quejó de la presencia de políticos, porque el fin de la reunión sabían era íntimo, para avanzar en un sueño común: el de asociarse entre pequeños productores de vino con viñedos en la zona, para hacer grandes cosas en conjunto y desarrollar desde el origen el Valle. Este objetivo sólito, sin embargo, explicaba la importancia de la presencia de las autoridades locales, como bien lo explicara durante la presentaciones iniciales Quezada de ProChile (ente del gobierno que promueve exportaciones de productos chilenos). Porque la nueva Región del Ñuble se ganó el fondo más grande de todo el país destinado para Zonas de Rezago, con el fin único de impulsar los vinos hechos en el Ñuble. Fondos asignados que supimos llegarán en abril del 2020 y que para adjudicárselos, explicaría Quezada entre muchas herramientas de financiamiento, la asociatividad será clave.

 

Volvamos al inicio. ¿Que hacían pues aquellos tres vinos extranjeros este sábado 14 de diciembre en Itata? La idea de llevarlos y catarlos a ciegas junto una selección de vinos locales fue del sommelier Francisco Zúñiga (autor de la Guía VINAU), quien además fue el de la idea de invitar a las dos autoridades que respondieron el llamado, y a mi para hacer una introducción de la importancia de las D.O. en el mundo. Así fue como después de probar todos juntos, uno a uno, las mejores apuestas de los más de 10 productores que se dieron cita, probamos de igual manera, todos juntos chilenos y extranjeros, en tres series de vinos: una de blancos, una de Cinsault y una de Carignan. Aquí comparto el aprendizaje que nos dejó tremendo ejercicio y que nos habla hacía donde yo al menos creo que debe dirigirse el foco de esta revolución ciudadana del Itata.

 

 

PRIMERA RONDA / ¿LA CALIDAD NO LO ES TODO?

En la primera ronda probamos dos vinos locales Semillón 2019 Gran Rojo de Bularco y el Pipeño Blanco de la Viña Chekura, Mingaco de Moscatel de Alejandría. El italiano naranjo fue de DinaVolino ($20.000), de los mismos hacedores de Pisador País del Itata. El Semillón se mostró con una nariz parca, limpia en defectos, y con una gran boca, jugosa, algo fenólica y de muy rica acidez. El segundo Mingaco, todo lo contrario en sus aromas; impresionante: con notas muy complejas, a lima, maracuyá, durazno huesillo, todo acompañando con una boca voluptuosa, algo fenólica también, y de muy rica acidez. El tercero, el extranjero, fue una coctelera de defectos acompañados de frutas blancas, con notas a animales y a vinagre muy altas en nariz y boca (en exceso como las del País 2018 Pisador que se mostró en Seminario Descorchados la semana pasada y que obtuvo 94 puntos de parte del crítico Patricio Tapia); todo ello acompañado de una boca densa, potente, muy larga. La gran pregunta, con sentido, que surgió entre los catadores, fue algo así: «Muy parecidos a este vino italiano eran los vinos que hacíamos años atrás en el Itata, y que dejamos de hacer porque nos dijeron que no eran buenos vinos; que estaban llenos de defectos. Porqué ellos entonces sí pueden hacerlos y les va bien?» Una pregunta muy a lugar, sobre todo porque entre el gran grupo de vinos del Itata catados aquella misma noche ya no hay defectos de ningún tipo, sino vinos muy correctos, llenos de fruta, incluso con estilos mucho más frescos que años atrás.

La respuesta debería dárselas quienes gustan beber este tipo de vinos, entre los cuales no me encuentro; lamento no tener tal sensibilidad e intelecto, y no lo digo con ironía. Pero desde mi vereda lo explicaría así: El tema de los vinos naturales (la causa de que se desaten los defectos cuando hay una extrema intensión de no proteger-manipular los vinos) es un gran tema, del cual hay un largo e interesante artículo que tradujimos en WIP.cl tiempo atrás y que se titula «¿Acaso el vino se ha vuelto malo?«. Y luego, claro, está además el nombre, la marca, el cuento detrás, y sí, la calidad de la fruta fabulosa que puede haber detrás del defecto (como es el caso de los vinos Pisador y DinaVolino). Porque no todo lo natural es malo, lo malo es pensar que beber algo muy parecido al vinagre puede ser agradable para todos. Y porque detrás de lo natural sí hay un concepto sumamente valioso: intervenir lo menos posible los viñedos y vinos para cuidar nuestra salud y la del planeta. 

La cosa es que si no eres nadie, nada vendes a menos que regales tus vinos a precios de commodity. Pero si eres conocido, puedes venden hielo a los esquimales; y si eres muy famoso, podrás vender ese hielo bien caro a quien sueñe con comprarlo. Y ahí está la importancia de tener en tu valle hoy a un Marcelo Retamal de Viña De Martino o a un Leo Erazo, enólogo de Alto las Hormigas en Argentina, quien por cierto ya habla de «crus» en Itata (con su Cinsault Tinajacura Amigo Piedra $50.000); al igual que lo hacen los franceses con sus mejores viñedos en la Borgoña. También, es importante tener a un Doctor en Terroir, como Pedro Parra, de reconocimiento mundial, con un proyecto propio llamado Pedro Parra y Familia y que tiene al Cinsault del Itata como su centro.

Si miramos atrás, no ser nadie en el mundo del vino, es lo que al fin de cuentas le ha pasado la cuenta a los vinos del Itata a lo largo de su historia; con uvas que se acostumbraron a perder su nombre entre garrafas o pipeños sin etiquetas, entre los graneles del valle central o bajo las marcas más baratas de las viñas grandes; o cierto, también vendiéndose aún hoy al lado del camino a precios de regalo.

De ahí hoy, la importancia de vinificar los vinos propios y con marcas propias bajo el gran paraguas de la D.O. Itata, que ya han logrado impulsar otros sin antepasados viñateros, con el favor de su bien ganada fama personal (debido a la gran calidad de sus vinos), y ahora potenciar el sello o etiqueta «embotellado en origen» como bandera. Porque lo hemos dicho ya varias veces en WiP.cl: la única manera de generar desarrollo y riqueza de verdad en una D.O. es que el turista vaya a ella en busca de ese origen que le emocionó en la copa. O, a la inversa, que el turista vaya a la zona y una vez allí se enamore de sus vinos y se los quiera llevar a casa cuando quiera beberlos.

Por eso mismo, mi aporte el sábado, antes de catar todos los vinos, fue explicar la existencia de las D.O. auténticas, me refiero a las que son AOC porque tienen reglas y se asocian 100% a un territorio. Por lo que prohíben, lo que sí permiten nuestras D.O. en Chile, y es que las uvas se mueva para ser embotellada como vino a otro lado, y a la vez  que se traigan uvas de otro lados. Un concepto muy libertino y conveniente, sin duda (tampoco lo digo con ironía) y que es más parecido al concepto internacional de Indicaciones Geográficas. También expliqué, a modo de contexto internacional por qué Leo Erazo habla ya hoy de crus en Itata, o hay quienes tienen en etiquetas de la palabra clos.

Francisco Zúñiga, sommelier autor de la Guía Vinaud, dedicada a promover los mejores vinos de pequeñas producciones.

SEGUNDA RONDA / LA CHISPA DETONANTE 

Los tres vinos siguientes fueron de la cepa Cinsault. El primero de Luis Lagos, el Nügün 2018 de Itata, un vino que como estilo diferenciador busca la guarda en barricas y que este año mostró gran frescura, muy bien lograda junto a su fruta roja y tanino levemente rústico. Luego, el Cinsault Mingaco 2018 de Viña Chekura, otra joya del Itata, destacado por su paso por la boca, que la llena con  frutas negras, dulces; es denso, casi licoroso, de muy rica acidez en su final y tanino firme. Para cerrar, el extranjero, que pasó para unos pocos como local: el Beaujolais AOC Grand Cru Morgon 2016 ($20.000), con el número de teléfono de su productor en la etiqueta frontal (vaya  idea): otro tinto éste, de la cepa Gamay, también con muchas frutas negras, aunque más austero y más rústico en sus taninos que los dos anteriores.

Ahora, por qué un Beaujolais en la serie? (Sabiendo que la cepa Gamay da vinos más bien ligeros y rústicos, como la Cinsualt). Francisco explicaría la historia detrás de los Beaujolais Nouveao, una historia de marketing exitoso que logra aún vender al año millones de cajas de un vino celebrado con una cepa menor a un precio muy accesible. Yo agregaría además, hoy a precios peligrosamente bajos y una vez al año, ya que en estos días tal vez ya su evento de lanzamiento, cada tercer jueves de noviembre no tiene el glamour de sus inicios, más en Asia. ¿Qué aprender de esta idea? El factor chispa, esa buena idea que detona una bola de fuego cada vez más grande. También, por otro lado, el cómo no dejarse atrapar por lo fácil de vender y ofrecer mal vino en lugar de bueno, bonito y barato. Finalmente, aprovechar la fama de BBB para subir en categoría a los mejores del lugar, y tal como lo hicieron los Grand Cru de Beaujolais al separarse de la masa y ofrecer claridad todavía a precios muy convenientes. Y todo ¿por qué? Porque Beaujolais no era una zona de prestigio, como Burdeos o Borgoña, ni lo es la cepa Gamay, y así ambas (D.O. y cepa) estaban relegado al olvido. Les suena parecida la historia…

TERCERA RONDA / UN BUEN EJEMPLO CHILENSIS

La tercera ronda de vinos fueron de la variedad Cariñena o Carignan. El primero de Undurraga línea TH 2016 del Maule; un Carignan que fue identificado y alabado por la fuerza de su fruta, en acidez, cuerpo, estructura y gran color. El segundo, una mezcla de Garnacha y Cariñena del Priorato, España, Terroir Históric ($28.000) cosecha 2017, más delicado en su cuerpo y fuerza, aunque en la misma sintonía. Y para cerrar el Carignan de Lomas de Llahuén del Itata 2016, más fresco y nervioso que los dos anteriores. La conversación aquí giró en torno a VIGNO, el mejor ejemplo de asociatividad, junto con MOVI, que podemos decir existe hoy en Chile si hablamos de vinos.

 

Desde mi mirada, la patita floja de VIGNO (marca que ha tenido la cobertura que jamás tuvo el Maule, ni Cauquenes, ni la Carignan) es que si un turista quiere ir a conocer su origen no encontrará pueblo, valle, o lugar con su nombre, y no habrá entre sus viñedos más de tres o cuatro de sus hacedores que puedan recibirte en su bodega o casa como turista; pues la gran mayoría compra la uva y la vinifica en otro valle o región. El desarrollo de la marca (que no es una D.O. conocida por la ley), entonces queda limitada en la compra de uva a los campesinos de un territorio delimitado a un precio más que justo, pero no chorrea a la base de la pirámide local. Me explico: nada le llega a la señora Rosita que vende la tortilla de rescoldo, el mote con huesillo, o al hostal que está al lado de la bodega donde se hace el vino, al restaurante, al kiosko, ni al que arrienda bicicletas… La gran ventaja de los pequeños viñateros del Itata es esa y deben aprovecharla. Sea con Cinsault, con Moscatel, con País, sea con vinos convencionales a precios accesibles, vinos naturales, naranjos, en tinajas, o de grand crus…

Bodega de vinificación y guarda de los vinos Gran Rojo, escenario del evento en Bularco, Valle del Itata.

Delicioso por cierto el cóctel que ofrecieron los chicos de @itata_expediciones con arrollados y queso cabeza de la zona. Productores presentes: Viña Germán, @vinoGranRojo, Mingaco, Nügün (Vinos de Patio), Trifulca, Tres C, Zaranda, @vinaLaUribe, @castellonvina, @Gus.riffo, @jorge.cotal

Los tres vinos extranjeros están a la venta a través EDW en FaceBook. Los de los productores locales aún cuesta encontrarlos a la venta en Santiago o regiones.

 

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