Publicación: 24 noviembre 2017

IIVO, LO NUEVO DE COLCHAGUA

Nueva  Incubadora de Innovación  del Vino y la Oliva abierta a la comunidad,  fue inaugurada esta semana entre Población y Marchigüe.

Sorprendidos quedamos con el nuevo proyecto en Colchagua de Miguel González, dueño de viña Estampa, entre otras empresas del rubro agrícola. Sabíamos hace rato que algo se traía entre manos. Su equipo enológico estaba feliz con una bodeguita nueva  llena de tanques pequeños de acero para hacer microvinificaciones, y lo estaban pasando genial experimentando. Pero este martes cuando llegamos hasta allí lo que vimos fue mucho más que eso. Un cartel que  decía: «Bienvenidos a la Incubadora de Proyectos de Innovación del vino y la oliva, abierta a la comunidad».

Los olivos están en todos lados en Colchagua, y con razón. Dicen que donde hay olivos se puede producir buen vino, y aquí están los dos de la mano. Incluso hay muchos enólogos y gente que trabaja en el rubro enoturístico que hasta ahora no tenían ningún lugar abierto al público donde poder hacer ni vino, ni aceite de oliva extra virgen.  Ahora IIVO lo va a hacer.

Tienen la más moderna tecnológía en su pequeña almazara, por lo que quien guste pagar por el servicio podrá hacerlo. Esa misma idea tiene el IIVO  destinado al vino: quien quiera y pague puede llevar su uva para vinificarla y guardarla allí hasta fin del año de la cosecha. También puede comprarle las uvas a la misma Viña Estampa y acompañarlos a cosechar.

El proyecto cuenta con una enóloga a cargo del 100%, Tibisay Baesler, quien nos mostró las instalaciones que cuentan con laboratorio de análisis, sala de análisis sensorial (a ciegas), sala de vinificación y sala de guarda. Seguro para los menos expertos lo que más  llamará la atención son los recipientes de vinificación: los hay de acero grandes y pequeñitos (hasta de 225 litro, capacidad de una barrica),  de cemento y de una mezcla de cemento con arcilla que parecen grandes ánforas o huevos de cemento invertidos.  Camilo Viani, enólogo de viña Sutil, ya está haciendo aquí uno de sus vinos personales Fato a Mano.

La idea es que lleguen más como Viani y como cualquiera. Aunque sacando cuentas con un experto en costos, el modelo no está pensado para hacer vinos para vender a precio conveniente. Sino para experimentar y sacarse el gusto por hacer tu propio vino. Eso porque cuesta unos $600 pesos la maquila (servicio de vinificación) del kilo de uvas y deben ser al menos unos 400 kilos. A eso hay que sumar el valor de la uva, los impuestos (IVA +ILA) y el costo de embotellado y etiqueta. Luego el costo del distribuidor, que suele ser el 40% más para que llegue al mercado. ¿Quién dijo que hacer vino a pequeña escala era rentable?

IIVO promete además ser un lugar para ir a compartir y reunirse, junto a un rico café y también buen pan, otro de los proyectos empresariales de Miguel González; el que tiene que ver en este caso con producir harinas, y alimentos en general,  que no tengan alergénicos.  Entonces IIVO tendrá panadero, y también wifi para que la comunidad que los visita pueda conectarse. Y está claro, no solo a Internet, sino también con el mundo del vino y de los olivos. Gran proyecto, sin duda,  para copiar y pegar.

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6 comentarios

  1. Carlos Ortiz Sepulveda dijo:

    Fabuloso. Éxito Tibisay.

  2. Carlos Ortiz Sepulveda dijo:

    Siempre. adelante
    .Siga triunfando

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