GARCÉS SILVA DEBUTA CON UN GRAN PAÍS

Publicado el 02 octubre 2020 Por Mariana Martínez @reinaentrecopas

¿Cómo fue que esta viña de la D.O. Leyda llegó a producir un País con uvas propias? Aquí les contamos la historia detrás de Catalino 2019.

Esta semana sorprendió en RRSS un nuevo vino de Viña Garcés Silva: Catalino País del Maule. Lo lógico era pensar, siguiendo la correntie actual, que esta bodega con viñedos en la D.O. Leyda y enfocada en la producción de vinos de clima frío, se hubiera tentado a despeinar explorando alguna otra zona o variedad «caliente» del Chile vitivinícola de hoy. Pero no, no es el caso. Así lo pudimos leer en la carta que llegó a la edición de WiP.cl junto a Catalino, su primer País, firmada por Matías Garcés Silva.

Catalino Tinto País del Maule, de Viña Garcés Silva, debuta con su cosecha 2019.

Matías ha gerenciado el proyecto desde sus inicios, y fue en la búsqueda por tener un campo propio que les permitiera hacer un gran Cabernet Sauvignon, pero de diferente perfil al del Maipo, el cómo llegaron al secano del Maule. Eso fue hace ya cerca de 10 años. ¿Por qué Cabernet Sauvignon si hay tanto, se preguntarán? Porque es la cepa que más produce Chile, y también la que más exporta.

La cosa es que en ese nuevo campo de 60 hectáreas que compraron en el precioso paisaje campestre del Coronel del Maule, la mitad estaba plantado con viejas parras de la cepa País. Al momento de la compra, esas viejas parras plantadas en cabeza y sin riego, estaban abandonadas, y probablemente su futuro era entonces incierto. Fue con la ayuda de un antiguo trabajador del campo Bernardo Yevenéz y confiados de su sabiduría, basada en los conocimientos aprendidos desde chico, de generación en generación, como poco a poco fueron rescatando ese viñedo con dos años  de abandono.

En ese camino siguieron respetaron el trabajo de Bernardo en el viñedo, fiel a la manera campesina, entre otras cosas, arando la tierra  con la ayuda de caballos. De allí que sea el mismo Catalino quien aparece retratado en la etiqueta de Catalino. Con la ayuda además de dos lugareños conocidos, el enólogo Diego Morales (BISOGNO), y Renán Cancino, impulsaron aquel proyecto de Cabernet Sauvignon dando un giro de 180 grados, en la búsqueda por conservar la rica cultura y tradición propia del Secano Maulino.

A largo plazo el sueño de la familia y de todo el equipo de la viña, cuenta Diego Rivera, consiste en restaurar la casa antigua que existían en el campo, con sus gruesas paredes de adobe y tejas de greda (seguramente del mismo lugar que les diera vida), y que se encuentra en la propiedad al lado de un tranque. Todo, para ojalá tener allí un lugar donde elaborar y guardar el vino. Y, ojalá, sueño yo en voz alta, darle a este vino el preciado titulo de embotellado en origen que tanta falta le hace al secano del Maule.

CATALINO 2019

Con las 30 hectáreas de viñedos de País plantadas alrededor de dos suaves lomajes en Coronel del Maule, el equipo de Garcés Silva comenzó a experimentar la vinificación de sus uvas el año 2014, para así paso a paso dar con el  vino que ya tenemos en la copa cosecha 2019. Para llegar a él, cuenta Diego Rivera (enólogo en jefe de la bodega desde el año 2017) eligieron junto al viticultor de la viña Ignacio Casali, un sector en las zonas más bajas de las lomas, donde hay un suelo más profundo y menos extremo en tiempos de sequía; un suelo muy rojo de arcilla y a la vez con pequeñas piedras redondas, el que identifican como colos, por su color. Este sector les daba los vinos más frescos y a la vez menos rústicos en sus carga tánica. Es así como Catalino 2019 ($10.500 aprox.) es precisamente un vino que mezcla el carácter de frutas rojas de deliciosa acidez, con un cuerpo medio a ligero y la fuerza de ese tanino rústico de la cepa en su paso por la boca, pero sin ser rústico en exceso. Una mezcla que me parece perfecta para seguir soñando con que este nuevo País podrá seguir mejorando en la botella. Para ver su evolución,  nada mejor que hacerse de una caja justo ahora que la tienda on-line de la viña lo ofrece en promoción de lanzamiento las 6 botellas a $55.200.

En cuanto a la vinificación, Rivera explica que en la bodega de Leyda, las uvas de Catalino se fermentaron en tanques de acero y el vino se guardó en barricas grandes y fudres de varios usos. Y si se lo preguntan, no, no han vinificado las 30 hectáreas de País. Sólo, han trabajado con una hectárea y media que les ha dado cerca de 4.000 botellas.

Si todavía no están tentados a disfrutar ahora este nuevo Catalino 2019 (nombre honor, por cierto, a la sabiduría y entereza de los viejos artesanos del campo chileno) mi sugerencia es descorcharlo fresco, idealmente entre 14 y 16º al lado de  la pichanga y los primeros picoteos que van saliendo de un asado.


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