«DISCULPE, USTED NO ME PUEDE ENTENDER»

Publicado el 20 agosto 2019 Por Mariana Martínez @reinaentrecopas

Conversamos con Nuvia Ortiz San Martín, una de los 5.000 productores de uva y vino entre Biobío y Ñuble, quien a sus 70 años manifestó en la ruta del Itata la semana pasada. Hoy entregará carta a Presidente Sebastián Piñera con dos peticiones bien claras.

Nuvia Ortiz San Martin es dueña de un viñedo de dos hectáreas de Cepa País en cabeza y sin riego en la comuna de San Nicolás, el que ha ido heredando de sus bisabuelos. En el campo donde está hoy su casa, lejos de la vega con sus viejas parras de País, ella plantó una hectárea y media de Cabernet Sauvignon y ha ido construyendo poco a poco una pequeña bodega de vinos. A sus 70 años, tiene toda una vida debajo de una parra.

Nuvia es Presidenta de los Viñateros de la comuna de San Nicolás, y Directora de Asociación Gremial del Valle del Itata. Su Cabernet lo plantó hace unos 18 años, para innovar ante la crisis de precios que había entonces. “Cuando chica, me cuenta al teléfono desde su casa, nos educamos y vivíamos una vida más holgada. Más de adulta, desde hace unos 20 años, ya la cosa se ha echado a perder demasiado. Cada vez es más crítico”.

Nuvia estuvo en la manifestación de la semana pasada en la ruta del Itata, pidiendo un bono de rescate por pérdidas ante los precios bajos de las uvas y vinos; también pidiendo medidas para transparentar la determinación de precios de uva y vino.De la manifestación, dice, no quiero acordarme. Yo siento que fui porque es parte de mi trabajo, porque represento a los pequeños y debemos estar al frente. Pero fue algo horrible… Al principio todo bien, se nos autorizó y pedimos hablar con las autoridades regionales para que se acercaran, y que llegara la prensa. Todo era en forma pacífica… somos gente pacífica, de campo, y de repente me llega esta cosa, yo no sabía cómo eran las bombas lacrimógenas. Tengo problemas de salud, en los pulmones, vi humo y pensé que me iba a morir. Alguien me sacó de ahí…»

Con respecto del accidente fatal en la vía aquel día, Nuvia dice que no tenían nada que ver. “Estábamos a 3 km de distancia. Si soy conductor y veo neblina debo controlar la velocidad. Por favor que no nos culpen. Y agrega: “De dónde sacamos plata para que nos escuchen, para llegar a la prensa, no tenemos… Dicen que tenemos sobre stock de vino, pero lo hacen para hacer bajar los precios… Lo sabemos porque hay personas cercanas que sí se manejan en el asunto, saben de estadísticas y comercio; ellos nos hacen informes… Yo no soy una profesional, pero sí me manejo como productora, sufrimos de heladas, de incendios, del calor… Siento que engañan a los campesinos. Con eso nos matan…»

«No tenemos quién nos defienda, tenemos autoridades que les dan el apoyo a los grandes, y veo que los legisladores no se la juegan. Cuando hubo problemas con cianuro en las uvas corrieron a subvencionar. Pedimos que nos subvencionen una parte para poder comer y pagar deudas. Aquí en el sector hay hambre, la mayoría son gente de 50 años para arriba. Yo voy a cumplir luego 70 años y con una pensión mínima de $100.000 pesos mensuales no puedo vivir. De acuerdo a mis representados, queremos seguir con nuestras viñas y queremos que haya algo que controle y se pueda luchar por un precio justo, que refleje el trabajo. Queremos algo de ganancias, no queremos que todos los años haya este problema. Hemos trabajado tanto con petitorios, con la Comisión de Agricultura en Valparaíso, en Santiago, y la realidad es no nos quieren escuchar, y nosotros necesitamos de urgencia ayuda…»

Aunque cuando hablé por teléfono aún ella no lo sabía, hoy 20 de agosto, Nuvia tendrá la oportunidad en Chillán, de presentar por mano al Presidente de la República  Sebastián Piñera, una carta con las dos peticiones claras que tiene junto a sus representados. Son las mismas que hicieron a la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados el pasado 22 de julio. Leer acá carta de petitorio.

Le comento a Nuvia del Plan Ñuble presentado por ODEPA de S19.000 millones. No sabía de éste. Me pide que se lo lea punto a punto, sin palabras complicadas.Mire –dice Nuvia ante mi lectura del punto uno– la verdad es que a los campesinos no le llegan estas platas, se diluyen en el camino. Generalmente están estos fondos todos los años, hay semanarios para fomento y en ellos hablan las mismas cosas. Pero uno se endeuda…»

«Así es que lo vemos como un fomento exclusivo para la gran industria, porque hace rato aprendimos a hacer buena uva, una uva por la que no nos van a pagar bien. Y si hacemos vino tampoco se paga, porque no sacamos los gastos… Sin ser educada, sé sumar y restar, y  me doy cuenta que nos estamos hundiendo…»

Una de las medidas concretas del Plan Ñuble, le explico, promete implementar sistemas de riego. Quiero saber qué opina de ello. Nuvia responde: «No tenemos derechos de agua, los derechos de aguas están ya inscritos por todos los grandes, las aguas profundas están inscritas, no pueden inscribirse. Si nos dan agua será para hacer huertas pequeñas».

¿Les interesaría que cumplan lo que prometen?: «Por supuesto que somos felices de tener derechos de agua, pero no para que los grandes vengan después a vendernos el agua para plantar y hasta para bañaros».

Los cultivos de esta zona sabemos en su mayoría son de secano, comenzarían a regar?: Han sido siempre cultivo de secano, dice Nuvia, pero me gusta el riego. Yo regué mi viña de Cabernet, me conseguí plantas en el Norte, por Curicó, y me las traje. Las planté, pedí apoyo en INDAP a través Ricardo Halabi. Me querían eliminar del fomento porque era conflictiva. Pero luego pude hablar y me dieron solución. Saqué entre 20 y 30 kilos de uvas por hectárea. Ahora ya no riego, pero los 3 primeros o 4 años sí. Saqué agua de una vertiente que había en el campo. Con mi hermano hicimos un hoyo en la arena y con un tarro lo encajamos y seguimos llenando un estanque. Regamos por goteo, pero esa agua no es mía, es de un estero del río Lonquén«.

Nuvia me explica que podría haber ampliado su viñedo de Cabernet pero no pudo: Plantamos para ser proveedores de una empresa que iba a exportar vinos, la idea era plantar el doble de Cabernet pero esta empresa quebró, por eso me  quedé con apenas una 1.5 hectárea… Pienso que debemos unirnos, y tener una gran bodega con infraestructura y con todos asociados para poder exportar, pero igual la gran industria nos va a quebrar, como quebró a los otros. También COVICA (Cooperativa de Cauquenes) quebró, con una capacidad para más de 20 millones de litros. Los quebraron porque el costo real de producir un litro de vino es de $420 pesos y pagan mucho menos. Igual pasa con el precio de las uvas. Hay que regular el tema de los precios, si a los grandes le va bien, a nosotros nos va bien, si les va mal a nosotros también, es lo lógico«.

Y agrega: «Sería feliz de tener aguas inscritas para poder regar, para plantar 2 hectáreas de nogales, aunque yo no me quiero tampoco salir del rubro. Estoy pensando, dice, en otros productores que pueden complementar. No podemos arrancar estas viñas, hay muchos países que ya arrancaron, es un patrimonio, que se debe cuidar, y quién se lleva los claveles…»

Sabe usted, le pregunto a Nuvia, que Chile exporta sus vinos a muy bajos precios, son de los más bajos del mundo; y cada año la preocupación de la industria es cómo subir ese valor. Nuvia queda en silencio. Claramente no lo sabía, pero sí sabe de las millonarias ganancias anuales de la empresa Concha y Toro. Me lo comenta y agrega: “entre  $250  y $300 pesos nos pagan por el vino de Cabernet, $150 por el kilo de uvas; $70 por el kilo de Cepa País ($90 con factura)  y además rebajan la factura, y arreglan precios, porque no quieren pagar IVA… Yo vendo uva, hoy está malo el precio y por eso hago mi vino. He sacado 3 medallas con mi Cabernet, pero de qué sirven, tiene que haber un canal de comercialización, y cuando lo hacen los ocupan los más grandes. Hace muchos años que trabajo con INDAP, en cada proyecto no aporto el límite, pongo siempre más. Me dicen 15 y pongo 20, me dicen 20 y pongo 30. Con vender unas pocas botellas en una feria no da. Hay gente que ha ido a las ferias y no venden nada. ¿Quiénes venden más? Los que tienen mejor stand, los que tienen mejor posición… Yo tengo mi pequeña bodega, pero eso a mi no me ha bastado. He dejado mi salud, muchas cosas he dejado, y me siento cansada de llegar a los 70 años en esta situación…»

Su voz se quiebra, le digo que la entiendo. Nuvia me responde:Tendrá que pasar por esta situación para entenderme. Me disculpa, usted no puede entenderme… He trabajado mi viña, he podado a todo sol, bajo la lluvia, estoy enferma. No se lo digo para causar lástima… Por eso digo que el fomento es para ayudar a la gran industria, la comercialización es el gran problema. Hay un puñado que ha logrado salir, pero somos más de 6.000… Es una situación complicada, agrega, muy difícil. Las autoridades nos dicen que nos van a ayudar, pero nosotros queremos un precio justo, queremos trabajar como corresponde. Ya ha habido demasiado dinero que se ha botado…»

Otro de los puntos del Plan Ñuble implica habilitación de bodegas, entre otras iniciativas, le digo a Nuvia. Ella me recuerda que para esta cosecha propusieron al Gobierno que les comprara la uva y las vinificaran en  la Cooperativa COVICA.Mire qué solución más bonita, pero el gobierno hizo oídos sordos, explica. Se hacían dos cosas de un viaje. Propusimos algo, para por lo menos sacar los gastos. Hoy se está perdiendo esa tremenda infraestructura…»

Para Nuvia si se acaban los productores de uva, se acaba de toda la cadena.

Primero, dice, salvaguardemos a los viñateros, y luego a las cooperativas, aquí tenemos que ganar todos, es una cadena… Mis hermanos me dicen por qué no arrancas la viña. Me da pena, para qué vamos a ir los viñateros a la ciudad, en que nos ganamos la vida, acá podemos vivir en el aire libre, todo tiene su cuota de sacrificio… tampoco queremos enriquecernos. Empecemos corrigiendo este tremendo problema. La gente este año no ha podado, y hay que azufrar, abonar, hay que hacer muchas cosas. Yo debo tomar un trabajador, pero cómo le pago…»

Otra de las propuestas del gobierno, le comento, tiene que ver con los centros de acopio. Al respecto Nuvia dice:Es un gran tema los centros de acopio, la gran industria trabaja con su gente, a las cooperativas y a los pequeños los dejan para lo último. Aquí trabajo con Viña Miguel Torres, empiezan a comprar y dan precios 20 días antes. A nosotros nos dan los precios 20 días después. Los grados se van sumando y perdemos kilos esperando; luego tenemos el clima, viene la lluvia y la uva se nos pudre. Me da la impresión de que está todo estudiado, y los legisladores no quieren ser parte de nuestro petitorio«.

¿Qué están pidiendo específicamente?: «Estamos pidiendo un bono de subsidio para pérdidas. Son $600 mil por hectárea para pagar deudas. Y que congelen las deudas que tenemos con INDAP. Dar subsidio a pérdidas es urgente y el tema de los precios, para que la cosa vaya caminando».

¿Cuál es el miedo que tienen por las deudas de INDAP?: «Muchas personas nos vimos en la obligación de repactar las deudas, y a esas deudas le recargan todo el interés de diez años y se suman a las cuotas. Yo lo firmé, lógico, pero ahora cómo lo pago. Si no lo hubiera hecho tendría problemas judiciales. No tenemos plata para tomar un abogado… Yo no vine a hablar de mi, pero este es el problema de la gran mayoría… Si supiera todo el tiempo que se pierde en reuniones, los viajes, nosotros no tenemos viáticos, todo el día sin comer; tenemos que caminar 2 o 3 kilómetros para tomar una micro… Ustedes no lo han vivido. Uno de valiente está en esto…»

Nuvia vuelve a escucharse con la voz quebrada del otro lado del teléfono, hace una pausa y continúa: «Es bueno que la gente se quede en los campos, no emigraría si fuera más rentable… He sido toda la vida activa, ahora estoy enferma y me va a impedir trabajar, pero uno tiene que seguir igual hasta donde pueda. Mi hija se fue a la ciudad, nos vamos quedando solos. Es normal. No puedo exigir a mis hijos que carguen con mi vida, ellos no la pidieron, yo la elegí. A lo mejor no ha sido tan buena tampoco… Ellos trabajan hoy por sus hijos; no están interesados en el campo. Es muy duro, me dicen: no queremos verla sufrir, porque no arranca su viña. Para mí es como que me quieren arrancar el alma. Mis padres, mis abuelos, fueron gente que tuvo bienes, campos grandes, fundos, y de apoco se fue perdiendo, y esto es un recuerdo que quiero mucho».

Es cierto, nada de lo que cuenta Nuvia he vivido yo. La despido y doy gracias por su tiempo al teléfono un día sábado, y prometo ir a verla la próxima vez que viaje a Itata. Espero entonces que esté aún allí junto a sus viñedos; espero que hoy le vaya bien. 

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9 comentarios

  1. Uufff… Que historia! Gracias por subir esto Mariana, una voz para los sin voz!

  2. Peter Mc Rostrie dijo:

    Hola Nuvia,
    el vino es muy complejo para lograr ser sustentable.

    Ve mi conversacion sobre VIGNO en mi pagina http://www.masteringwine.cl y mis comentarios en instagram mastering wine. Comparto mis reflexiones

    De mis aprendizajes con pequeños productores de España y de Italia la sustentabilidad económica es muy difícil lograr solo con parras (uvas) y vinos. Hay que pensar en modelos de negocios que puedan considerar las opciones desde evaluar un bed and breakfast, catas de vinos, restaurante , compartir instalaciones de vinificación y bodegaje (maquilar),vender un alto porcentaje de sus vinos (y quizás otros productos del Itata)desde su local , tener muy buena uva y cuidarla con pasión y tecnología, tener una www que le permita acceder a un mundo global, aunar esfuerzos con vecinos ya sea en forma de alianzas o legalmente.

    El mundo digital ofrece grandes oportunidades .

    El enoturismo crece muy rapido globalmente y el valle de Itata esta en la boca de muchos apasionados del viejo mundo , de Brasil y de los Estados Unidos. Todos ellos quieren vivir una experiencia muy distinta a la de los viñedos franceses o de Napa Valley. Itata puede ser una gran opción. Los apasionados de los vinos queremos alojarnos entre los viñedos del Itata, compartir con la gente local y no dormir en un hotel de varios pisos en Conce o Chillan rodeados de concreto y ruidos de autos

    Obviamente habrá muchas otras opciones que irán apareciendo en el camino, haciendo camino al andar

    Pero solo uvas y/o vinos me parece a mi que es una opción muy poco viable para un pequeño productor de uvas o vinos en cualquier parte del mundo (salvo el caso muy excepcional de dueños de pequeños viñedos 1er Cru o Grand Cru en Borgoña)

    Yo probablemente iré a Itata proxima semana y ahí podemos entablar una buena conversación en torno a una copa de vino
    Peter McRostie

  3. Christian Holvoet dijo:

    Excelente querida Profesora Mariana! Lo que habla la sra es lo que ocurre en mi tierra! Muchas gracias por compartir la experiencia real del Día a día de los pequeños productores del valle del Itata!
    Próxima vez que venga por estas tierras vamos a ver a la sra! Wip Wip Hurra! 1 abrazo!

  4. Fernanda Valenzuela dijo:

    Muy buena nota. Remueve y provoca. Gracias Mariana

  5. Mariana, muy buen reportaje.
    Te aseguro que Itata, Cauquenes, etc llegarán a ser grandes zonas vitivinícolas en Chile….
    Un abrazo.

  6. Felicitaciones por el reportaje, rescatable lo de la Sra. Nuvia en dos dimensiones, primero como cultora de una tradición ancestral y que aún perdura en el tiempo , y la otra, en su destacable labor de dirigente social en el comité de viñateros de San Nicolas y de la Asociación Gremial de Viñateros del Itata. La forma descarnada y romántica como expone la situación de miles de viticultores que se encuentran en una crisis sin precedente, nos hace detenerlos y pensar en el «Estado Subsidiario»; por qué éste, operara solo en el mundo empresarial y no para los pequeños propietarios cuando se ven afectados por catástrofes naturales o por distorsión del mercado. Ella lo grafica muy bien en el caso de las llamadas uvas envenenadas.

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