El nuevo vino súper premium de Viña Carmen muestra el lado más femenino hasta ahora del Cabernet Sauvignon de Alto Jahuel.

Delanz parece haber llegado sin gloria al mercado y en un ambiente de pocas buenas nuevas. Era justo a inicios del año escolar y justo antes de que el COVID se declarara Pandemia. Así fue como no pudimos probarlo hasta ahora. Llegó por delivery, como tantos otros vinos en estos días y con el precio de cuarentena ($20.151 en la nueva tienda on-line del grupo Santa Rita/  precio referencia $24.900). De presencia bien femenina, aunque de hombros anchos más que de marcadas caderas, Delanz es una mezcla bien original, hay que decir. Elaborada por la joven enóloga Emily Faulconer.

Aunque la cepa tinta Cabernet es tanto como el 76% de su todo, la magia en él, es que la Cabernet Franc aporta un 16%, mientras las otras dos primas Petit Verdot y Petite Sirah (las que no tienen  nada de parientes, en realidad), suman apenas un 8% del total. ¿Son acaso las «primas», las que le logran dar a este Cabernet de Alto Jahuel su destaca elegancia? Yo diría que no. Porque aquí hay algo más.

Por un lado está la guarda del vino en barricas y fudres por 18 meses; recipientes que de seguro por la nitidez de la fruta no son nuevos. Pero además, más allá de la mano de la enóloga, a quien sabemos le gusta la fruta turgente para hacer sus vinos; aquí para mí está el factor cosecha 2018. Una cosecha perfecta; normal en volumen pero mucho más fresca en clima que las que le rodean, como 2017 y 2019.

Emily Faulconer, Enóloga Jefe de Viña Carmen, comentaba sobre este nuevo vino para la nota de prensa: “Aquí encontramos una combinación perfecta de estructura, persistencia y delicadeza, con la singularidad de los viñedos andinos de Alto Jahuel, preservando sobre todo la frescura y el equilibrio”. Certeras palabras, pero me quedan cortas. Luego me diría por WhatsApp: «Busca interpretar el viñedo de Alto Jahuel«. Pues no sólo sus uvas provienen de suelos aluviales del valle, sino también de las laderas y de aquel viejo parrón de Petite Sirah que da vida al gran vino de la vecina Viña Santa Rita, Bougainville«.

En su paso por la boca manda la elegancia y sutileza, luego, al final, ataca su fruta negra fresca, de rica acidez, y así, como de la nada, aparece su fuerza. No es tan común, por cierto, tanta delicadeza en una mezcla tinta; tampoco en un Cabernet del Maipo Andes. Lindo vino, el Cabernet más delicadamente femenino que hayamos probado hasta ahora del valle.  Por cierto, es otro tinto para disfrutar de a poco en esta cuarentena. Verán como se va abriendo y mutando a algo más grande, con el paso de las horas, de los días.

¿El nombre Delanz? La historia que nos llegó desde el departamento de marketing es que Carmen De Lanz, fue la esposa del fundador de Viña Carmen (en 1850), Christián Lanz. Suena algo fuera de época, cierto; aunque podría haber sido peor; por ejemplo sumarle el «Santa»; lo que no se hizo; eso sí fue adelantado para la época. De verdad me hubiera encantado saber más de la señora De Lanz; de seguro hay allí una buena historia.

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