CHAO MADERA, BIENVENIDA LA ERA DE LA FRESCURA

Publicado el 03 julio 2018 Por Mariana Martínez @mymentrecopas

El estilo de vinos alcohólicos y con exceso de madera, que marcó por al menos un par de décadas el camino a seguir para obtener altos puntajes de la mano del norteamericano  Robert Parker  en mundo del vino, se acabó. En su más reciente informe sobre Argentina, para Wine Advocate, el español Luis Gutiérrez así lo deja bien claro. 

Una pequeña introducción, para disfrutar cómo las cosas cambian.  No recuerdo bien qué año era, pero estábamos en Chile, Hotel Sheraton, en una nueva cata de Vinos de la Cordillera, reunidos unos 80 profesionales del vino argentinos y chilenos, catando a ciegas 24 grandes vinos de ambos países (12 de cada cual). Una vez más, como la mayoría de los años, el ganador final fue Argentina, gracias a  sumar los más altos puntajes con sus  tintos súper maduros, súper cremosos y súper cargados de madera. Al final del evento, que  organizo hace más de 10 años  junto con el mendocino Enrique  Chrabolowsky, renuncié.

No  recuerdo bien cómo lo dije, sí que los argentinos creyeron  que enloquecí por la derrota, otros se ofendieron. Qué les quise decir, a los chilenos:  que estaba cansada de buscar vinos de este lado de la cordillera, cargados de madera y sombre maduros, para que se parecieran a los argentinos, y así tener alguna posibilidad de que nos fuera mejor.

Al igual – dicen que como los partos- al año siguiente, en Mendoza, se me había olvidado el enojo, pero no la razón, y decidí comenzar a elegir los vinos que me diera la gana, vinos que se salieran del estándar. Si no ganábamos por lo menos mostraríamos un nuevo Chile.  La fórmula dio resultado, y es que  aunque solemos seguir sin ganar – porque a la mayoría de los catadores chilenos les gustan más los vinos argentinos-,  por  general los vinos  que  ahora sobresalen  son, además de los híper suaves argentinos, cargados de madera, los chilenos diferentes,  más frescos,  por que tienen mejor acidez y menos madera.

Esta fórmula (más frescura y menos madera), claro, no la inventé yo; es una tendencia a nivel mundial que gana cada día más adeptos, unida a la aparición de los vinos naturales con más personalidad. Y así la dejó muy claro en su último informe para Wine Advocate sobre los vinos de Argentina el español Luis Gutiérrez (aquí resumido para WiP). Algo que resulta sumamente paradójico, ya que fue el mismo creador del Wine Advocate, el abogado  Robert Parker,  el que impuso como modelo de calidad, digno de sus altos puntales, a  los  vinos sobre maduros, con exceso de madera y acidez corregida. O, al menos, eso fue lo que mal  interpretaron todos quienes necesitaban de sus altas calificaciones para vender sus vinos; y como era de esperarse, terminaron cansando a un grupo de consumidores.

Esta nueva tendencia, ya la habíamos visto en Wine Advocate, de la mano de la norteamericana Lisa Perrotti-Brown, quien en febrero de este año le había dado tres 100 puntos a los más delicados y elegantes vinos de Burdeos, elaborados con la más elegante cepa Merlot, en lugar de la más corpulenta Cabernet Sauvignon.

La primera  gran señal sobre este fenómeno, que nos da Gutiérrez en el  recién publicado informe sobre Argentina vitivinícola, está en los años de cosecha de los dos vinos ganadores de los 100 puntos. Año 2016 el de bodega Catena, y 2013 de Aleanna El Enemigo.  Las dos cosechas que en su mismo informe, detalla,  son las más frescas de la última década, al menos en Mendoza, región de donde proviene cerca del 90% de los más de 1500 vinos catados esta vez. Y que como consecuencia – se lee luego en sus respectivas notas de cata- dejaron vinos con alcoholes más bajos y acidez natural más alta. En resumen vinos más frescos y equilibrados. También diría, sobre otros grandes vinos de la cosecha 2015, que no podía esperar para probar sus  nuevas versiones de la fría cosecha 2016.

En el informe # 237  de Wine Advocate, también podemos leer entre las notas de cata, como ha sido el cambio de dirección a nuevos viñedos, ahora en zonas más altas sobre el nivel del mar, con mayor frescura durante el día y la noche. Lo que le ha permitido a Mendoza, dar un salto cualitativo  gigantesco, en dirección a la frescura. También -muy importante- debido al carácter más  mineral, floral  y filoso de sus vinos,  que dan  estos nuevos viñedos plantados sobre suelos ahora con importante cantidad de calcio. Todo ello, sumado además, a  los nuevos recipientes de  fermentación y guarda, como los de cemento en forma de huevo; el menor uso de barricas nuevas de roble y la extracción más suave de taninos en vinos tintos; y con sus pieles en el caso de los vinos blancos.

Veamos algunos ejemplos del informe, que trascienden mucho más allá de la cepa tinta emblema de Mendoza, la Malbec; para chorrear incluso con esta tendencia, a los vinos que Gutiérrez considera los mejores de las cepas blancas más populares de Argentina, como las Chardonnay y Torrontel. Y por supuesto, salpica a los vinos del gran amigo de Robert Parker, el asesor francés Michel Rolland.

  • Partamos por los dos vinos con 100 puntos; dos vinos para él perfectos de años fríos. Aleanna Gran Enemigo  Cabernet Franc-Malbec  2013 Gualtallary Single Vineyard: «Tenía muchas ganas de probar este 2013, ya que todas las añadas anteriores han sido realmente excepcionales, pero quería ver cómo sería en un año más fresco». Sobre  Catena Zapata Adrianna Malbec Vineyard River Stones 2016 nos dice: «Al igual que los otros Malbecs de Adrianna Vineyard, el 2016 Adrianna Vineyard River Stones se embotelló un poco antes, y el tiempo en roble se acortó. Fue un año inusualmente  frío y lluvioso y no hizo falta el riego. El vino tiene una buena madurez y una acidez intensa, lo que la hace poderosa pero extremadamente fresca, con una columna vertebral de acidez que eleva el vino y lo hace extremadamente largo y persistente”. También llama la atención que en las notas de cata no mencionan notas de animales o salvajes, algo en lo que venía trabajando Vigil  una década  atrás – al criar brettanomyces intencionalmente en la bodega- en busca de un peligroso juego llamado «compleja» perfección.
  • Del Malbec Val de Flores 2014, de la Bodega Rolland (con apenas 91, el máximo  puntaje que le dio a todos los vinos catados de la bodega) dice: “Es un vino algo maduro, y con baja acidez… con una maceración en barricas menor a su cosecha 2013, lo que le hace más elegante y menos extractivo. ¿Podría esto mostrar un sutil cambio de estilo?» se pregunta.
  • Sobre DiamAndes Grande Reserve Chardonnay 2016, un vino con la asesoría de Rolland que solo tuvo 90 puntos, explica Gutiérrez: «se fermentó una parte en barricas de madera y otra en acero inoxidable, con levaduras nativas a baja temperatura. Tuvo luego fermentación maloláctica en barricas y guarda con sus lías por 12 meses… El vino es generoso en madera y especias, con buen balance y moderada acidez».
  • Sobre el clásico Malbec de Nieto Senetiner, el  Don Nicanor Single Vineyard Villa Blanca 2014, al que le puso flojos 92 puntos, dice el español: «es un Malbec de perfil clásico, en cuya fermentación, en busca de elegancia, hicieron pisoneos tempranos,  para así no extraer demasiados taninos. Con guarda en barricas de primer  y segundo uso…  buena madurez y buena extracción, con más madera, y  la boca envolvente de las parras viejas. Es muy balsámico, con muchas notas de ceniza de puros, humo, tostado y especias».
  • En tanto, del Cabernet Sauvignon 2012 de Carmelo Patti, al que le puso  94  puntos, dice: «guardado en la bodega hasta que estuvo listo, Patti está en  la búsqueda de un vino elegante, clásico y pulido, que aún tiene el carácter de la cepa, sin mostrar el efecto de la madera… Es armonioso, con alcohol moderado, y buena acidez».
  • Sobre la cosecha 2015, de Caro, el vino superior del Proyecto del mismo nombre (joint venture entre la famosa Catena + Rothschild Francia), al que le dio 94 dijo: «Aunque la cosecha 2015 fue más complicada para el Cabernet Sauvignon, tiene más porcentaje de Malbec, el que se ha ido  aumentando desde 2012 y ha movido su  perfil hacia más fruta roja y frescura; al mismo tiempo, han estado reduciendo la cantidad de roble nuevo usado».
  • Al Malbec La Cautiva 2016 de Michelini i Mufatto, con 95, mientras tanto, lo describió como «un Malbec con más aromas florales y personalidad tentadora; como si fuera de Borgoña (donde reinan los Pinot Noir delicados). Luego, destaca, el vino fue fermentado con sus racimos enteros, en tanques de concreto y madurado en barricas viejas».
  • Más allá del Malbec, sobre el Semillón Certezas 2016, también de Michelini i Mufatto, de viejas parras de Tupungato y con un 93+,  explicó: «es fermentado en huevos de cemento, con sus pieles, y guardado en barriles de 500 litros, sin trabajo de lías, ni protección de la oxidación hasta su embotellado. De allí esa personalidad oxidativa, que le recuerda a un blanco  tradicional de La Rioja española. Con taninos finos, propios de un suelo poco profundo, con muchas piedras aluviales cubiertas de calcáreo… Con una expresión similar a Gualtayari, pero más frío en algunos lados.
  • Claro que no todo el informe de Luis Gutierrez #237 es sobre Mendoza. Hay otro Semillón de Matías Riccitelli, el  Old Vines from Patagonia 2017 que obtuvo 94 punttos. De él dijo: «La tercera añada del Sémillon de la Patagonia, provenía de viñedos de más de 60 años de Allen, Río Negro, en la Patagonia. Sesenta por ciento del volumen fermentó en barricas de roble francés y el resto en huevos de concreto, donde ambos vinos se guardaron durante ocho meses antes de mezclarse. Tiene el carácter austero de la variedad, sutil y elegante, con aromas tímidos, gran acidez y frescura y todo lo que se necesita para mejorar en botella durante muchos años».
  • Buscando complejidad, y salirse del estándar, las mezclas de cosechas también le son válidas para lograr carácter. Al Zorzal Porfiado Pinot Noirot 3er Corte, sin cosecha (otro vinos de los Michellini) por ejemplo, le dio 95 puntos. En esta solera, dijo, que tiene vinos entre 2009 y 2015, y  40% del 2016, la búsqueda es por fineza y elegancia, más allá de la variedad, buscando más complejidad e identidad. El 60 % de las uvas viene de parras de más de 70 años de El Peral, a 1100 m.s.n.m. El resto, viene de viñedos jóvenes de Gualtallary…  La parte 2016 del vino, uno de los mejores años en Gualtallary, y especialmente para el Pinot, le vuelve impresionantemente vibrante.  Sabroso, largo y elegante, simplemente irresistible».¡Vaya que le gustó, aunque poco puntaje le puso!
  • El mayor puntaje (96) para el proyecto  Cobos, de Paul Hobbs ( destacado enólogo conocido por sus vinos de extrema madurez y suavidad), fue para su Malbec Chañares Estate 2015;  un vino que describió Gutiérrez, viene de un viñedo joven en Tununyan, con apenas más de 10 años aunque muestra una gran complejidad y profundidad. Este es un vino, dice, que marca una nueva era en la historia de Viña Cobos, con más peso de su origen, el valle del Uco, y menos intervención en la bodega; con más transparencia y frescura, también menos madera nueva… En su segunda cosecha, 2016 (sin salir al mercado), redujeron aún más la madera nueva, lo que ayuda -presume- a preservar mejor el carácter del vino. Incluso, con generosa madera, explica, se siente suficientemente serio y balanceado, sin dulzor». El cambio se debería a un nuevo enólogo en jefe, Andrés Vignoni y la hija de Hobbs en el equipo.
  • 97 puntos le puso Luis Gutierrez a Finca Piedra Infinita 2014 de Familia Zuccardi. “ Esto es el vino que le deben dar a una persona que preguntan qué viene después del Malbec: es la expresión de un lugar a través de la uva. No busques ninguna nota ahumada o tostada aquí, dice. El efecto del roble es realmente imperceptible en los aromas. Bravo!»
  •  Su mayor puntaje para un vino blanco, con 98 puntos, fue para el Catena Zapata White Stones Chardonnay 2016. «Mi favorito de los blancos de Adrianna, fue cosechado de un  año con bajos rendimientos, fresco y húmedo, un clima muy inusual en Mendoza. Es agudo, austero, mineral y largo… Tiene una combinación de notas minerales que transmiten una sensación grave con toques de flores, especias y hierbas que se muestran de una manera muy sutil. El paladar es tiza líquida, con sabores picantes y penetrantes, muy bien texturado. Es preciso, lineal, largo y nítido, de gran longitud y persistencia».
  • Una tendencia a lo fresco y mineral, tampoco se salvaron sus dos  mejores Torrontel,  ambos con 94 puntos. Uno, el Susana Balbo Barrel Fermented 2017, un vino, cuyo perfil, explica se separa de cualquier otro Torrontel que haya probado. «Fue producido con uvas cultivadas en Altamira, Valle de Uco con plantas de material traído de Salta por Susana Balbo. Estos vinos han ido ganando en precisión, y el roble no se muestra (solo el inicial 2012 mostró algo de roble). Tuve la oportunidad de beber una botella del 2015 que había desarrollado una agradable complejidad aromática, con notas de pólvora y silex que ya están al acecho en 2017 y podrían desarrollarse aún más con el tiempo en botella».
  • El Otro Semillón:  El Esteco Old Vines Torrontés 2017. «Al igual que todos los vinos de esta gama de El Esteco, se produce de la misma finca en que se producían los vinos hace dos o tres generaciones. En este caso, utilizaron fruta de un viñedo plantado en 1945. El vino es 13.5% de alcohol y tiene 6.75 gramos de acidez (tartárico) después de fermentar en huevos de concreto, donde se mantuvo en reposo durante seis meses. Es floral, elegante y matizado, insinuante y sutil. El paladar es fresco y muy equilibrado. Este tiene que ser uno de los mejores vinos de Torrontés en Argentina. ¡Bravo!

¿Quiéren saber qué dijo de su  mejor País o Criolla Chica? Con 91 puntos,  Tacuil Tinto de Criolla 2017. «Después de hacer algunos experimentos como vino rosado, finalmente produjeron un Tinto de Criolla  2017, una interpretación muy bebible y fresca… El vino tiene solo 13% de alcohol con 6.8 gramos de acidez / ácido tartárico. Tiene el carácter salvaje y funky que esperaba aquí… Hay una chispa en el paladar, vibrante y con sabores agudos. Ojalá produjeran un poco más … Solo hicieron  600 botellas».

Y cuál fue su mejor Sauvignon Blanc? Con 94 puntos, La Giostra del Vino Saltimbanco 2016, producido con uvas de El Peral (Tupungato) de un viñedo originalmente plantado en 2007 con Cabernet Sauvignon y luego injertado en Sauvignon Blanc en 2012. Esto es de un lugar fresco, y 2016 fue una cosecha fresca y húmeda que entregó vinos frescos y elegantes. La fermentación terminó en barricas de roble, donde el vino maduró durante 12 meses, y se embotelló sin maloláctica. Mejora con el tiempo en la copa, se abre más mineral,  con notas similares a cenizas, y menos a fruta.

El segundo mejor Sauvignon Blanc para Gutiérrez, con 93 punto es de Passionate Wines Montesco Agua de Roca 2013. Uno de los primeros blancos radicales de Matias Michellini, e incomprendido por los paladares más tradicionales.  Con este comentario sobre el vino, que no necesita más explicaciones, despedimos la nota y los vinos de la era Parker. ¿Quieren apoyar la causa? Ya lo saben, deben suscribirse a Wine Advocate: «Montesco Agua de Roca 2013 tiene un contenido alcohólico de solo 9.5% y una acidez muy alta. Es un blanco pedregoso y mezquino, con notas de pólvora y un paladar efervescente con acidez cítrica, mineralidad y algunos matices de tipo diésel. Está evolucionando a un ritmo glacial, y se ubica entre los blancos más inusuales de Argentina. Este vino era casi imposible de beber desde el principio, pero el tiempo ha suavizado sus aristas. No está a la venta ahora, pero pueden tener botellas en la misma bodegas, o eventualmente lo encontrarán en algunos restaurantes. Es un blanco para la comida. Un dato más: «Lamentablemente, no habrá 2018 de este vino, ya que el viñedo fue golpeado por el granizo».

 

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7 comentarios

  1. Personalmente no soy tan fanatico de la madera… o mejor dicho, no me gusta un vino mas o menos por tener o no madera… Me gusta lo que me gusta, algunos (quizas la mayoria) vinos mas frescos y frutosos, intensos a veces, suaves a veces… otras veces resulta que me gusta uno que tiene madera…

    Creo que el problema son las predisposiciones… decir me gusta con madera entonces si no le siento madera es malo… o viceverza… tambien pasa con los vinos naturales, predisponerce a que un vino es bueno por ser natural o malo porque es natural…

  2. […] como dijera Luis Gutiérrez -quien para mí y muchos es el más creíble de los críticos de vinos en la actualidad; en una […]

  3. […] para un vino que antes era  mucha fuerza acompañada de la madera mucho más presente. Claro, la tendencia! Entonces surge la pregunta: ¿están ustedes dispuestos a pagar lo mismo de siempre, e incluso un […]

  4. […] de taninos amables -producto sin duda- ahora, de su larga guarda. También Don Maximiano 2006 (de la era Parker , con 14.5ºA), hiper maduro, ya sin nervio; y para cerrar, la añada vigente de Don Maximiano, la 2016, fresco y […]

  5. […] CHAO MADERA, BIENVENIDA LA ERA DE LA FRESCURA […]

  6. […] escritor de Wine Advocate, Luis Gutiérrez, sentado, junto a Patricio Flaño y Marcelo Retamal (cava subterránea de Viñedos […]

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