TODOS POR ITATA, PATRIMONIO INMATERIAL DE LA HUMANIDAD

Publicado el 07 mayo 2018 Por Mariana Martínez @mymentrecopas

“Proteger un patrimonio es una decisión política,  implica respetar las cosas que no parecen importantes porque no son rentables”, dice el periodista y Coordinador del Centro Nacional de Patrimonio Inmaterial del nuevo Servicio Nacional del Patrimonio, Rodrigo Aravena.

La idea viene dando vueltas hace unos años y hoy es una necesidad del vino chileno que tiene carácter de urgencia. Hoy con la creación del  nuevo Ministerio de Cultura hay nuevas esperanzas de hacerlo realidad. Conversamos con Rodrigo Aravena (@rodrigo_aravena),  Coordinador del Centro Nacional de Patrimonio Inmaterial del Servicio Nacional del Patrimonio, quien ha tomado como bandera al Valle del Itata, para verlo convertido en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad UNESCO: el primero que tendría el vino de Chile. De cómo ha sido el  camino hasta acá  y qué implica el objetivo,  conversamos con él para www.WiP.cl

El nombre de Rodrigo Aravena, periodista con un Master en Patrimonio, a estas alturas ya podría resultarles conocido. Más recientemente ha sido protagonista en la prensa porque junto a Anabela Grunfeld y Karen Plath acaban de publicar una recopilación de crónicas de viajes gastronómicos, del poeta chileno Oreste Plath,  titulada Geografía Gastronómica de Chile. Y es que la misión de Aravena, desde su cargo como Coordinador del Centro Nacional de Patrimonio Inmaterial del Servicio Nacional del Patrimonio (antigua Dibam) tiene que ver directamente con eso, con el preservar el Patrimonio Inmaterial de Chile, lo que implica el saber hacer de las comunidades;  dentro del cual por supuesto la gastronomía  y también el vino chileno forman parte.

Aravena, ya había sido protagonista en los medios debido a otra de sus importantes publicaciones, también de la Dibam;  titulada Patrimonio Vitivinícola. Aproximaciones a la Cultura del Vino en Chile, cuya versión en español vio la luz el año 2015 y en inglés a fines recién del año pasado.

Chilean Wine-Growing Heritage, Approaches to Wine Culture (Dibam)

La importancia de Patrimonio Vitivinícola. Aproximaciones a la Cultura del Vino en Chile, agotado en sus dos versiones, se centró en recopilar para difundir, información de ese Chile vitivinícola que está más allá de Valle Central; ese patrimonio  inmaterial que hoy se está perdiendo y que urge hacer algo para rescatarlo, mucho más allá de tener solo buenas intenciones.

¿Como fue que la DIBAM, encarnada en Aravena y sus colaboradores, llegó a tomar este rol de promotor del Valle del Itata y su legado vitivínicola?

Todo partió, cuenta Aravena, con una misión que le encomendaron al llegar a la Dibam el año 2011. Entonces, le pidieron  hacer un diagnóstico de una biblioteca dedicada al mundo rural,  que se estaba utilizando  muy poco; era la  biblioteca de José María Arguedas,  la cual empezó a formar el chileno Rafael Barahona, profesor de geografía en los años 50, y quien en la época de la Reforma Agraria estuvo a cargo de los planes de capacitación campesina del INDAP. Al regresar a Chile, post dictadura, le fue muy difícil encontrar trabajo, por lo que con toda la documentación que traía se propuso formar una biblioteca del mundo rural, y en ella recopilar los grandes aportes que otros países habían hecho a la agricultura de Chile. Para ello pidió ayuda a sus amigos y contactos de todo el mundo.  «El vino, claro, era parte de importante del mundo rural. Uno de los hallazgos de Barahona, cuenta Aravena, fue haber dado con la que él decía era la parra más antigua de Chile, en Galvarino,  la que  milagrosamente se había salvado del conflicto de la Guerra de Arauco».  Barahona, murió en octubre del año 2010, cuenta Aravena, pero ya antes, había donado sus documentos a la Dibam.

La cantidad de información sobre todos los temas agrícolas de biblioteca de José María Arguedas (nombre en honor a un antropólogo peruano muy amigo de Barahona) era inmensa, dice el periodista, pero la gente no iba. Para saber el por qué, se preguntaron qué buscaban los pocos que sí iban. “Ahí nos dimos cuenta, explica Aravena, que buscaban documentos sobre el vino. La verdad, no sabíamos que estaba tan bien organizada. Así fue como la gente que venía empezó a mostrarnos cuál era su valor”. Incluso, cuenta Aravena, estuvo documentándose para su libro sobre el vino chileno José del Pozo, también Philippo Pszczolkowski, quien trajo a Mario Fregoni el año 1997  (quien a su vez también depositó su publicación aquí y redactó el prefacio del libro  Patrimonio Vitivinícola. Aproximaciones a la Cultura del Vino en Chile.  Por supuesto, también pasó por allí, el gran historiador del vino chileno Rodrigo Alvarado, quien dejó en la biblioteca los manuscritos de los libros que había escrito.

Paradójicamente cuenta Aravena, la biblioteca José María Arguedas se cerró y sus archivos pasaron a formar parte de la Biblioteca Nacional, pero gracias al valor que descubrieron que tenía se convirtió en el gran centro de documentación del vino del Chile. Con esa base, luego se propuso a la directora del Dibam, Magdalena Krebs, empezar a trabajar en una línea especial de viticultura tradicional.

Lo que partió siendo un proyecto de incentivación a la lectura, resume Aravena, se convirtió en un proyecto cultural.  Aun no hablábamos de patrimonio vitivinícola, dice Aravena, era el año 2012.

Le preguntamos a Aravena sobre la segunda edición de Historia del vino chileno de José del Pozo, ya que en la primera su foco fue el gran auge del Valle Central a partir del siglo XIX. Aravena explica que efectivamente, en la segunda edición,  del Pozo mira un poco más al sur, pero que todavía lo hace con una visión muy central, basada en las grandes marcas, con cepas francesas que se modernizaron antes. «Nosotros, agrega Aravena, tenemos la visión de que lo más valioso del patrimonio del vino chileno, está en las comunidades más chicas, sin descartar lo otro», aclara. 

«Para promover el vino chileno, agrega Aravena, es indiscutible el aporte que hace Concha Toro y las grandes viñas, pero hay que llegar a un nivel donde puedan convivir todos, grandes y chicos. Es un desafío cultural y político también, dice, porque cuando se toma la decisión de privilegiar grandes ejes de desarrollo, es una decisión política, de políticas de Estado, de políticas públicas».

«Te voy a dar un dato, agrega Aravena, que no tiene que ver con Chile: en todos los países donde se han hecho acciones de rescate de patrimonio vivo relevantes, ya sea para mantener el tango Argentina, o la religiosidad popular en Colombia, o el habano de Cuba, todo ese patrimonio inmaterial, se han tomado decisiones políticas para priorizar la cultura como un eje importante de desarrollo de los pueblos primero,  y de los países después. Tanto así, explica, que en Colombia se hizo un cambio de Constitución que puso a la cultura en el eje número uno, y no era la cultura del Teatro Municipal, ni mucho menos, sino la cultura del barrio, y a partir de eso empezaron a detectar que había cosas importantes para poder propiciar la Paz. Como el Carnaval de Barranquilla, por ejemplo, que es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, y que lleva 25 años en una zona de conflicto.  En todo ese tiempo no ha tenido ni un solo muerto, no ha habido conflicto, no suele haber detenidos».

Aravena explica que proteger un patrimonio es una decisión política en el sentido de que hay que poner la cultura como eje y eso implica respetar las cosas que no parecen importantes, porque no son rentables. Pero hay que preservarlas porque también pueden ser rentables, y porque es la manera de poder tener cultura.

Cerro Verde en el Valle del Itata.

La pregunta entonces,  ¿qué debería hacer Chile como política de Estado para proteger este patrimonio vitivinícola y generar cambios?

Si de verdad queremos generar cambios…  Lo que hemos estado haciendo hasta ahora son dos cosas, explica Aravena:  por un lado hay una mesa de trabajo que se instaló el año pasado en Quirihue, porque primero tenemos que delimitar este patrimonio. Chile es tan amplio, tan diverso -parte en Codpa y termina en Chile Chico- que no podemos hacerlo todo. Por otro lado, agrega, cuando, uno va al Itata, en Quirihue, ve 25 campesinos que se dedican a hacer vinos y cada uno trabaja a su manera».

«Entonces lo segundo, es que tenemos que ponernos objetivos comunes: el Ministerio de Cultura, Imagen de Chile, ProChile, y en eso hemos estado. El año pasado hicimos un seminario en el Itata con la tónica de que las misma comunidades están demandando ser Patrimonio de la Humanidad. Entonces para poder hacer eso hay que coordinar todas las intervenciones que han hecho en  el mismo territorio y ponernos de acuerdo».

Se trata de preguntarnos: ¿El objetivo es ser patrimonio de la humanidad? Ok, cómo lo vamos a ser. Qué va a ser el patrimonio: va a ser un monumento, la forma de vida de los campesinos, van a ser sus prácticas tradicionales, va a ser que no hubo recambio de cepas por la filoxera. Cuál es valor único e irrepetible que pueda haber para la UNESCO.

Aravena explica que en paralelo a que la DIBAM se está incorporado como Servicio Nacional del Patrimonio para poder aportar a la Mesa Nacional del Vino, donde participan los gremios y también el Ministerio de Agricultura, además se están coordinando  mesas locales en Itata, donde están sus doce comunas, con los representantes de las cámaras de comercio, sus organizaciones campesinas, las Viñateras Bravas, para poder llegar a un acuerdo y poder decir qué vamos a hacer. «La idea argumenta, es  fortalecer sus capacidades,  porque es una comunidad que lleva 300 años haciendo lo mismo, que ha tenido todo tipo de presión, con una reforma agraria de por medio, con presión de forestales. Si siguen allí, dice, es porque algo saben. Lo que hay que identificar para sensibilizar, es que es lo que ellos hacen bien, y eso se asocia a partir de su propio lenguaje, cuál es su patrimonio, qué es patrimonio para ellos.

La pregunta al revés que también se podría hacer,  y se la preguntamos a Aravena, es qué  han hecho mal para que los viñedos del Itata se estén arrancando, para que no les paguen un buen precio por sus uvas… Qué hacer para que no se nos vaya este patrimonio de las manos.  Entonces, surge otra pregunta, ¿no es acaso que todos estos patrimonios inmateriales se están tratando de recuperar porque justamente están en peligro de extinción?

Aravena explica, que hubo una convención internacional de patrimonio que reconoció lugares en Chile, en 1972, fueron Rapa Nui, Sewel, luego Valparaíso. Pero en el año 2003 UNESCO nos dice que tenemos que hacer otra convención que proteja lo inmaterial, y ahí entra el saber hacer, las comunidades. Y se da este foco porque se están perdiendo, porque hay una homogeneización a través de los medios, que tiende a decir ésta es la forma correcta de hacerlo, que esto es lo rentable, … Y eso es lo que ha pasado en Itata históricamente, y lo dice del Pozo en su libro, desde que Diego Portales decide la centralización, Itata tiene ese estigma y se vende poco por lo mismo, es una pega de análisis para la psicología social… Es muy importante la decisión de Portales en el siglo  XIX  de centralizar Chile,  agrega Aravena, y por eso el proceso de modernización del vino chileno se da solo en  la zona central, en Maipo y en Colchagua. Todo el vino del Maule al sur era vino de pobre, tenía que venderse en el lugar, nadie lo iba a buscar».

Aravena explica que ahora que la Cultura es Ministerio, administración que partió el 1ero de marzo (con la Subsecretaría de las Culturas y las Artes, la Subsecretaría del Patrimonio Cultural y el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural) es una buena oportunidad para poder hacer este desarrollo que hasta hace un par de años atrás era distinto. “La Dibam podía ir y tocar la puerta al Gobierno, pero qué hacía la Dibam hablando de vinos, igual es raro… Había que explicarlo todo, dice Aravena.

Ahora existe la institucionalidad para poder echar a andar un plan serio de puesta en valor de la cultura del vino tradicional en Chile. La Ministra va a estar sentada ahora en la misma mesa con el Presidente».

«El trabajo que queremos hacer, argumenta Aravena, es de pausa, es de entender a la gente. Porque  vas una vez y te muestran el vino que ellos creen que te va a gustar, luego lo que a ellos les gusta, y finalmente sacan lo más valioso, el  aguardiente. Las mujeres hacen el vino, y los hombres trabajan en el campo….  En Colombia, explica,  se tardaron 12 años en hacer su estudio para establecer las bases de su Patrimonio Inmaterial, en coordinar a las comunidades y hacer la propuesta. Cuando ellos vinieron a Chile el  año 2012, nos dijeron «ustedes se van a demorar 7 años» porque ya teníamos algo adelantado, pero entre medio faltó esta fortaleza que nos va a dar ahora el Ministerio de Cultura…

«La cultura es tremendamente política, y tiene que haber una priorización y vamos a hacer eso, con este modelo de convivencia de los grandes con los más chicos», dice Aravena.

«Yo creo, dice Aravena,  que pasaron 4 años de un Gobierno progresista que tenía la oportunidad de trabajar en esa dirección, de promover este tipo de modelo, pero no teníamos la estructura institucional, ahora veo la oportunidad. Esté es un Gobierno distinto. Veo oportunidades para desarrollar el enoturismo…

«Si el gobierno promoviera seriamente esta postulación del Itata a Patrimonio de la UNESCO el proceso se  disparía. Y habría que generar toda una infraestructura para que tuviera todo el desarrollo que se espera;  que hubiera más turismo, más venta de vinos en el mismo lugar, acortar las brechas de comercialización. Implica, que los productores ya ni  van a tener que salir a vender porque vendrían a comprar. El problema, agrega, Aravena, es que la gente que visita Chile no viene por más de dos días a  ver  las viñas, se baja en Santiago y va cerca. Si queremos Patrimonio de la Humanidad  en Itata necesitamos cambios estructurales, partiendo por ejemplo por un aeropuerto internacional».

«Porque lo otro, que es tanto más importante, agrega Aravena, es la gestión del mismo Estado, junto con la capacidad de gestión de la comunidad. El año aspado hicimos en un hotel de Quirihue el seminario de patrimonio, pero no había dónde alojarse, y no hay cómo llegar. Lo otro, explica, es que Itata es la única región vitivinícola de Chile que no tiene ningún monumento histórico. La casa de Concha y Toro es monumento nacional;  la capilla de Santa Rita, las bodegas de Santa Carolina son monumentos históricos. En Itata  Cucha Cucha podría ser uno, pero hay que conversar el tema, así se hace patrimonio, participativo».

Aravena concluye que durante el primer semestre del 2018  van a presentar dos cosas desde el nuevo Servicio  Nacional del Patrimonio. Una tiene que ver con el modelo de gestión de Patrimonio Vitivinícola del Valle del Itata, lo que implica objetivos comunes, qué vamos a hacer. Luego, en definir  los recursos, de dónde van a salir, quién se hace responsable, e implica un trabajo fuerte con promover la sostenibildiad de ese patrimonio, porque finalmente la propia comunidad se puede hacer responsable de sus propio patrimonio».


Atentos a un nuevo concurso en nuestro Face Book Wine Independent Press para participar por dos ediciones en inglés del  libro Patrimonio Vitivinícola. Aproximaciones a la Cultura del Vino en Chile.

 

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4 comentarios

  1. María Isabel Labra Carrasco dijo:

    Todo sería posible, sí las forestales se fueran lejos de las tierras capaces de producir sin riego como nuestras Parras centenarias. Y finalmente que solamente respeten lo que dice la ley. Varios metros de las zonas productivas

  2. Consuelo Perez del Campo dijo:

    Fundo La Palma en Guarilihue deberia ser Monumento Nacional.ademas estan las Parras mas antiguas .

  3. […] hacer un trabajo detallado para poner en valor su cultura, son zonas hermanas profundas. Sé que Rodrigo Aravena está haciendo muchas actividades, y hemos coincido, hecho cosas en conjunto; lo que él hace para […]

  4. JUSTO NEIRA AGUILERA dijo:

    Opino muy humilde que como una de las variantes productivas que podemos tener aca en Guarilihue es enfocarce mucho mas en el ENOTURISMO CON UN DESARROLLO VIAL Y PROTEGER NUESTRAS BODEGAS CENTENARIAS RESCATANDO NUESTRO PATRIMONIO HSTORICO COMO:CIMIENTOS HISTORICO DEL FUNDO LA MAGDALENA DONDE LLEGARON LOS JESUITAS Y SE PLANTARON LAS PRIMERAS CEPAS PAIS.LOS GRANDES BODEGONES EN TINAJACURA.FUNDO LA PALMA EN DONDE LOS JESUITAS PLANTARON LAS PRIMERAS CEPAS MOSCATEL. ACOMPAÑADO CON UN BUEN ANLISIS HSTORICO Y ASI EMPESAR A REFORSAR LA IDEA DE TENER UN PATRIMONIO INMATERIAL DE LA HUMANIDAD,EN EL CUAL ESTEN COMPROMETIDOS TODOS LOS VECINOS ANTIGUOS DEL VALLE DEL ITATA ACOMPAÑADOS POR SUS MUNICIPALIDADES

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