AMAYNA SYRAH 2015 DEL VALLE DE LEYDA
Hizo trampa, pero por lejos fue el más delicioso de la cata a ciegas que hicimos esta semana en busca del Mejor Syrah precio/calidad. Aquí les contamos por qué.
Nuestro elegido de la semana fue elegido también como el Mejor Syrah de la Cata que realizamos recién en estos días en busca del mejor Syrah Precio/Calidad. El vino no pertenecía a la categoría, ahí la trampa, pues vale $15.990, casi el doble del máximo en juego (Syrah bajo los $7.000). Pero lo incluimos porque es divertido poner vinos diferentes en competencias de catas a ciegas porque invitan a ver qué ocurre con ellos cuando nada se sabe. Queríamos saber cómo reaccionarían nuestros “SuscriptoresWiP. ¿Notarían realmente diferencias? Y la gran pregunta que se hacen todos. ¿Vale realmente la pena pagar más por él?
La respuesta al final de la cata fue sí. Realmente vale la pena. El Syrah Amayna 2015 está realmente delicioso; se para y destaca claramente por sobre los vinos de $7.000. Destaca su color profundo, violeta, compacto, pero a la vez ya a la vista denso, viscoso. Una densidad que se siente en boca, acompañada de una sensación cremosa, suave, realmente aterciopelada.
Pero vamos por parte. Después de mostrar un color muy atractivo, el Syrah Amayna 2015 ($15.990) atrae por sus aromas intensos a frutas negras, junto con notas cárnicas y minerales, tan propias de la cepa que crece en un clima frío el de Leyda. Apenas un 25% de guarda en barricas nuevas, durante 14 meses, ayuda a que destaquen sus aromas frutales. No le damos la perfección solo porque nos faltó un poco de acidez, sí, la famosa acidez que levanta la frescura a los Syrah.
La razón de la falta frescura en este Syrah Amayna de Garcés Silva bien podría estar en la cosecha, 2015, la cual nos explica su nuevo enólogo Diego Rivera, fue fría hasta enero, sin embargo luego muy cálida hasta el final, en abril, momento cuando se cosecha la Syrah.
Hace sentido que si así fue la cosa (mucho calor al final de la cosecha) se haya perdido gran parte de la acidez natural del jugo de sus uvas, y a la vez hace sentido que las mismas uvas hayan conseguido en sus pieles, donde están la mayoría de sus taninos, la madurez óptima, perfecta, que no sé si antes se había llegado lograr en este vino. Si algún día ambas cosas (acidez y suavidad) llegan a estar presentes, no me cabe duda de que será un vino perfecto.
Hace muy poco el Syrah Amayna 2015 ganó en el concurso Decanter el mayor premio que puede recibir un vino chileno, el premio a “Mejor vino chileno del Concurso”, lo que además, como es más que obvio, le llevó a ganarse también los premios a «Mejor Syrah de Chile» y «Mejor vino de Leyda» (San Antonio).
COMPARACIONES ODIOSAS/ FUERA DE LOS LÍMITES
Sabemos que las comparaciones son odiosas, pero es inevitable hacerlas sobre todo cuando ejemplifican tan bien lo que queremos decir. Les cuento. La semana anterior habíamos probado el nuevo y muy esperado Syrah Outer Limits 2016 de Viña Montes, hecho con uvas de la fría y pirula zona costera de Zapallar. Lástima que no aguantamos la tentación de esperarlo y no pudimos incorporar a la misma cata de mejores Syrah bajo $7.000 como señuelo. A este nuevo Syrah Outer Limits lo probamos solo, sin compañeros y lamentablemente nos decepcionó porque justamente le faltó esa suavidad en boca, cremosa, que tiene el Syrah Amayna. Que conste que al Amayna aún no lo habíamos probado, cierto. Si hubiera tenido al menos rica acidez, pero tampoco estaba allí. Solo nos quedó una sensación de mucha concentración de fruta, de fuerza, un gran logro para ub complicado año como el 2016. Y que es parte creemos del carácter de la variedad. Pero para ser Zapallar (Aconcagua Costa), y para su precio, y su debut, le pedíamos mucho más. También este Syrah del frío Zapallar nos dijo, ojo que esta cepa tinta aquí está al límite de condiciones para madurar cómodamente. Nos dice, ojo con la cosecha, 2016 que no fue igual a la 2015. Nos hace perfecto sentido con la descripción que hace Luis Gutiérrez en base a los datos de Marcelo Retamal, del difícil 2016.
Al Syrah Outer Limits de Montes lo acompañamos con un chorizo español, ese rojizo algo picante, el que logró levantar su gracia de manera deliciosa. Por otro lado la grasa del chorizo suavizó sus chúcaros taninos. La magia del maridaje, claro que sí.
Para acompañar Amayna Syrah 2015 no me rompería tanto la cabeza buscando un maridaje perfecto, es de esos vinos que por su armonía se llevará bien con casi cualquier cosa, lo importante es que el sabor del plato que lo acompañe no sea más intenso que el vino mismo. Ni tampoco demasiado suave, porque claramente la intensidad de la fruta de este vinazo borrará su sabor de la faz de la tierra.
Por cierto, si quieren saber más sobre maridajes entre vino y comida, los invitamos al Taller corto, de dos días, que dictaré en Verónica Blackburn el 25 de julio. Para los profesionales de la gastronomía, esoterismo y viñas, tenemos algo preparado mucho más intensivo junto con INACAP (pronto les contaremos más detalles).
1 Estrella: Muy probable es que no haya en este vino más que la intención de producir grandes volúmenes a bajo precio. Recomendamos comprar sólo si es una verdadera ganga y tienes por delante muchas bocas con sed que saciar.
2 Estrellas: Bueno vino, simple, aunque nada en él sobresaliente. Vale pena comprar si es que tiene rica fruta y su precio parece una buena oferta. Si fuera un vino caro, de seguro muestra molestias no menores, como una fruta verde o sobremadura, exceso de madera, mucho amargor final o un tanino secante que nunca se suavizará.
3 Estrellas: Se las damos a un vino muy bueno, sabroso, con buenas intenciones y con un marcado carácter de su cepa o su origen. Sólo habrá un pero menor para llegar a esa perfección que buscan los expertos. Si su precio no es excesivo, no lo dejes pasar.
4 Estrellas. Tiene todo lo que uno esperaría por su precio, por su origen y por su autor; aunque incluso parezca ser un vino caro. Si es barato, compre por cajas. Desde su color hasta su sensación final en boca no tendrá ningún pero y será siempre una gran compra.
5 Estrellas. Es un vino sobresaliente, con el factor WiP, ese que nos hace decir Wow. Imperdible ya sea porque su origen es extremo, su producción limitada o su carácter diferenciador; porque te hará ver estrellas, sino es hoy, en al menos 10 años más. Su precio puede ser elevado y hasta podría tener algún detalle menor, pero todo lo anterior lo justifica. Si no valoras la imperfección ni la producción limitada, déjalo pasar.