Publicación: 02 enero 2018

SI ALGUNA VEZ LO PENSASTE… ¡ES CIERTO!

Según un estudio de la Universidad de Maastricht, el consumo de vino, o cualquier otra bebida fermentada,  podría ayudar a mejorar la pronunciación y la escritura de un segundo idioma.

El estudio publicado en el Journal of Pharmacology, ha demostrado que una pequeña cantidad de alcohol de una bebida  fermentada (como vino,  cerveza o sidra) mejora las capacidades cognitivas y con ello las habilidades lingüísticas.

A priori, según informó el sitio web www.vinetur.com aunque parecería lo contrario, ya que intuitivamente tendemos a pensar que el alcohol nos puede afectar a la memoria y alterar funciones motoras. Pero, de igual modo como una copa de vino al día es saludable y tres o cuatro puede dañar seriamente la salud, la clave del estudio está en la cantidad ingerida.

Para esta investigación, un equipo de científicos del Reino Unido, Alemania y los Países Bajos seleccionaron a 50 alemanes nativos que se encuentran realizando estudios en la Universidad de Maastricht, en los Países Bajos. Cada participante había aprendido a leer, escribir y hablar en holandés.

Se pidió a los participantes que mantuvieran una conversación privada de dos minutos en este segundo idioma con un entrevistador, la cuál fue grabada. Antes de la charla, a una mitad de los participantes se les dio un poco de agua para beber, mientras que a los otros se les dio una bebida alcohólica. Las medidas exactas de la bebida se personalizaron en función del peso, del género y el cuerpo de cada participante para evitar desequilibrios.

Inmediatamente después de cada conversación, los participantes tuvieron que autoevaluarse, calificando su propia actuación basada en el vocabulario, la pronunciación, la selección de palabras, la comprensión, la fluidez y la calidad general. Por otro lado las conversaciones también fueron juzgadas en los mismos parámetros por oradores holandeses nativos, a los que no se les informó que algunos habían consumido alcohol.

En cuanto a la «autoevaluación» el consumo de alcohol al parecer no tuvo efectos apreciables entre ambos grupos de bebedores. Sin embargo, cuando fueron evaluados los resultados fueron aplastantes: los que habían consumido una pequeña cantidad de alcohol obtenían mejores resultados que los que habían bebido agua, especialmente cuando se trataba de pronunciación.

Pero por qué un poco de alcohol ayuda con esta tarea en particular, si es que  gracias a los resultados de autoevaluación sabemos que los participantes que consumieron alcohol no se sintieron necesariamente más seguros que aquellos que no lo hicieron. Es por ello que los autores del estudio han planteado la hipótesis de que las propiedades reductoras de la tensión arterial del alcohol pueden ayudar a aliviar la ansiedad del lenguaje, que se asocia con sentimientos de inquietud y temor o miedo a utilizar otro idioma. Debido a los sorprendentes resultados, la Universidad continuará desarrollando este estudio.

 

Fuente: Vinetur.com

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