CHILE PROFUNDO EN ITATA. 2DA PARTE.

Publicado el 06 diciembre 2017 Por Mariana Martínez @mymentrecopas

Tres proyectos de mujeres emprendedoras del Itata nos llevó a conocer la segunda jornada de Catad’Or Ancestral. María Isabel Labra, Lucía Torres y Doña Vilma son las protagonistas.

Si el sábado bajamos en dirección a San Rosendo, en el valle del Biobío, el domingo tomamos rumbo al Norte y hacia la costa. Destino Guariligue, un pequeño y florido poblado en medio de las suaves lomas de la Cordillera de la Costa. La primera parada fue para almorzar en casa de Doña Vilma. Ella, con buena mano para la cocina,  es la mamá de Hermán Diaz Muñóz, uno de los jóvenes promesas del Itata, quienes están por primera vez embotellando las uvas de los campos de sus familias. Y lo están  haciendo  bajo una genial marca común llamada Vinos de Patio. Junto a los vinos de Vinos de Patio y el mismo Hermán y familia, Doña Vilma recibió el batallón completo del jurado Catad’Or Ancestral con deliciosa borgoña (tinto local y frutillas), navajuelas de mar frescas, chanchito al horno, ensalada chilena y leche asada. No lo digo por sacar pica, sino para contarles que Doña Vilma ya está recibiendo visitas previa reserva. Y si van por aquellos lados no pueden dejar de llamarla; incluso  si van en el verano seguro les presta la piscina.  Guariligue es destino obligado si van en busca del Itata profundo.

Muy cerca de allí, camino esta vez hacia la cordillera en Cancha Los Botones (por aquello de que antiguamente se dejan botones como promesas), está la casa de la señorita María Isabel Labra, como bien llaman en la zona a  las mujeres solteras y sin hijos. El dato es trascendente en esta visita porque Isabel regresó para hacerse cargo sola del campo de sus padres ya de adulta. Lo primero que dice cuando nos recibe es que es cuarta generación de viñateros del Itata, y que todo lo que vemos a nuestro alrededor lo ha cultivado y construido ella solita, con sus manos. Llegó hace 18 años y ese trabajo se nota: en la casa impecable hecha de adobe, en los frutales, en sus hamacas tejidas, en el panel solar que le aporta energía, y por supuesto en la hectárea de viñedos de País de más de cien años que recuperó para hacer su propio vino. Se trata de un espumante que vio la luz primero como Bruttal y que debutó en Catad’Or Ancestral como su nuevo nombre Sol Violeta y se ganó una medalla de oro. La primera medalla de oro de Isabel. Y vaya emoción que le produzco cuando se lo contamos apenas llegamos a verla.  El nombre Sol Violeta, lo  soñó para su hija si algún día la tuviera. Es un espumante delicadamente rosado, bien seco, muy refrescante, un gran País rosado. Su próximo reto, construir con apoyo de  fondos del Estado – que ya están aprobados-  una pequeña bodega para vinificar. El lugar donde estará  ya luce incluso aplanado al lado de su casa. Sí, Isabel Labra, es de las que camina sino es que corre en Itata (según  entrevista reciente Andrés Castillo director del INDAP regional).

Avanzando por caminos de tierra del Itata Profundo, llegamos hasta uno de los varios miradores  del sector llamado Cerro Verde, donde la señorita Lucía Torres tiene sus viñedos principalmente de Moscatel de Alejandría. La mayoría de sus seis hectáreas de viejas parras están cabeza, son bajitas, al ras del suelo. Por lo mismo ella está experimentando con apoyo de INDAP con unas hileras para conducirlas en espalderas y ver si es posible mejorar la sanidad de las uvas. Cuando uno le pregunta cuál es su viñedo, ella señala llena de orgullo y dice «hasta allá abajo». Todo el Cerro Verde parece ser de ella y su familia. Lucía es el empuje del proyecto, y se ha convertido en la pequeña productora símbolo del valle, con su fantástico Moscatel Bruttal ahora llamado Alma Verde. También tiene un Moscatel tranquilo llamado Lomas Infinitas con preciosa nueva etiqueta. Esta vez Lucía no ganó medallas pero ya tiene un reconocimiento seguro mucho más importante, estar en la carta del que fuera el mejor restaurante de los 50 Best del Mundo, el Celler de Can Roca. Claro que una visita a Cerro Verde y a Lucía son otro imperdible  del Itata profundo.

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3 comentarios

  1. […] gran hallazgo, al que le hará fantástico la botella, ha sido el espumante Rosado Sol Violeta de María Isabel Labra, en Itata, y que descubrimos gracias al concurso Catad’Or Ancestral. Lo que nos lleva pensar que […]

  2. […] Louis Antoine Louit, Schwaderer, Villaseñor, Robba & Rossi, MOretta Wines, Casas de Bucalemu y Moscatel de Lucía Torres. Además habrá  de una estación de […]

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