VUELTA DE TUERCA

El gran Cabernet Sauvignon Manso de Velasco celebró sus tres décadas con una vertical en el Club de la Unión. Rodrigo Ortega nos cuenta de un feliz retorno con su cosecha 2013, a su estilo de origen.

Manso de Velasco, el primer gran vino de la familia de vinos de Torres en Chile, es un maestro de la vieja escuela. Lleno de vericuetos maduros, carnosos, cálidos y potentes. Nada de medias tintas ni taninos tratando de parecer Pinot Noir. Al contrario, es un sobreviviente de aquella viticultura que mira al Cabernet Sauvignon como hace 20 años, cuando el consumidor exigía vinos rudos, serios, unidireccionales, con madera, fruta madura y chao’ nada más. Una época donde ni sonaba la palabra mineralidad, terroir o mapeo satelital.

Lo llamativo es que a pasar de tener este sello, su tensión en boca le ha permitido soportar el paso de los años y celebrar una vertical para su cumpleaños número 30.  Un clásico que homenajea a un ex gobernador español de la Colonia que abrió la ruta Concepción-Valdivia, pero que a su regreso a España fue desposeído de todos sus honores. Una historia que Miguel Torres padre intentó reivindicar y tratar de hacer algo por la figura de este hombre.

Podríamos definir a Manso de Velasco como un vino concentrado. Y en parte la explicación para esto es la edad de sus parras plantadas en 1902 y que hoy ya no les queda mucho vigor. Tienen racimos pequeñitos y granos muy concentrados. Su viñedo está enclavado en la precordillera de los Andes, con una fluctuación térmica feroz, desde 8° a 35°. Ahí Fernando Almeda, su enólogo, intenta seleccionar lo mejor de sus suelos franco-arenosos de origen aluvial y viticultura orgánica.

“Allá se ven los troncos aún retorcidos. Incluso vacíos por dentro. Pero tienen muy buena masa radicular, lo que ha permitido que aún haya vigor en las plantas. Por eso intentamos mantener ese pool clonal, ese origen. Incluso haciendo mugrones (plantar brotes de las viejas para obtener nuevas) para mantener esa genética que son las características de este vino”, nos comenta.

Esa misma genética se mantiene en los suelos. Los mismos desde hace 20 años. Almeda comenta que en general tienen un campo bien homogéneo que solo varía en la profundidad del canto rodado (aluvial). Con zonas donde es más superficial y otros suelos con más vigor y profundidad.

“La expresión de la planta cambia en relación a mayor o menor cantidad de elementos disponibles. Cuanto más piedras tiene, menor cantidad de elementos y minerales hay disponibles, lo que trae como consecuencia que la parra sea más restrictiva”, precisa.

Almeda nos comenta que a comienzos de los años 90 se cosechaba con un poquito menos de madurez, con un pH más bajo y menos extracción. La cosecha del 96 fue un reflejo de eso. Con la incipiente aparición de la ultra-madurez, estilo que sería dominante durante los próximos 10 años. Es decir, vinos más extra-activos, narices más frutales, fruta negra y notas de caza. Unos verdaderos físico-culturistas que aparecen con toda su fuerza en la cosecha 2006 y 2009.

“Tienen más concentración con maceraciones post fermentativas más largas (de casi un mes) y buscando cosechar más tarde. Taninos más redondos y concentrados. De hecho el viñedo pudo sacar muy poquito. Un poco menos de 40 mil botellas”, señala.

Ahora después de todas esas bombas su giro hacia frutas más elegantes y crujientes son el reflejo de la cosecha 2013 marcada por su carácter especiado. “Hoy estamos cosechando antes, con temperaturas de fermentaciones más bajas. A pesar de ser una cosecha calurosa”, precisa Almeda.

Lo que  ha cambiado con los años es la manera de cosechar. En los 90 era cuartel por cuartel. En los 2000, separaban las viejas parras de las no tan viejas. Y hoy, la cosecha es por vigor y expresión vegetativa. Traducido al chileno, significa que han hecho una vuelta de tuerca. Han vuelto al origen, después de pasar por la moda de la ultra madurez y toda la «Rollandización» de los vinos.

Un intento por caminar por senderos que vuelvan a la fruta original precordillerana de Manso de Velasco. Una alegre vuelta de tuerca que esperamos dure mucho tiempo. Para celebrar sus 30 años (1986-2016)  este mes llega al mercado ($47.990) en una caja especial aniversario con su cosecha 2012.

* Rodrigo Ortega es Periodista Especializado en Geología y Vinos. Editor de Kalycatas y productor de Seminarios Terroir.
Bodega / Productor: Miguel Torres
Nombre de línea / Marca: Manso de Velasco
Origen: Valle de Curicó
País: Chile
Cepa: Cabernet Sauvignon
Año cosecha: 2012
Enólogo: Fernando Almeda
Estilo: tinto
Categoría:
Maridaje / Armonía: Guardar al menos unos cinco años más o acompañar hoy junto a carnes rojas con hueso en cazuela o a la parrilla.
Ocasión descorche / Regalo: Descorche junto a un gran amigo que esté pasando por un mal momento económico. Recuérdele la historia de Manso de Velasco y que todo en la vida pasa, lo bueno y lo malo.
Donde encontrarlo: www.everwines.cl + supermercados Jumbo

1 Estrella: Muy probable es que no haya en este vino más que la intención de producir grandes volúmenes a bajo precio. Recomendamos comprar sólo si es una verdadera ganga y tienes por delante muchas bocas con sed que saciar.

2 Estrellas: Bueno vino, simple, aunque nada en él sobresaliente. Vale pena comprar si es que tiene rica fruta y su precio parece una buena oferta. Si fuera un vino caro,  de seguro muestra molestias no menores, como una fruta verde o sobremadura, exceso de madera, mucho amargor final o un tanino secante que nunca se suavizará.

3 Estrellas: Se las damos a un vino muy bueno, sabroso, con buenas intenciones y con un marcado carácter de su cepa o su origen. Sólo habrá un pero menor para llegar a esa perfección que buscan los expertos. Si su precio no es excesivo, no lo dejes pasar.

4 Estrellas. Tiene todo lo que uno esperaría por su precio, por su origen y por su autor; aunque incluso parezca ser un vino caro. Si es barato, compre por cajas. Desde su color hasta su sensación final en boca no tendrá ningún pero y será siempre una gran compra.

5 Estrellas. Es un vino sobresaliente, con el factor WiP, ese que nos hace decir Wow. Imperdible ya sea porque su origen es extremo, su producción limitada o su carácter diferenciador; porque te hará ver estrellas, sino es hoy, en al menos 10 años más. Su precio puede ser elevado y hasta podría tener algún detalle menor, pero todo lo anterior lo justifica. Si no valoras la imperfección ni la producción limitada, déjalo pasar.

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2 comentarios

  1. […] Durante esta semana cortita pero intensa dimos la bienvenida a nuestro equipo de colaboradores WiP a Rodrigo Ortega, periodista chileno especializado en vinos que además se ha tomado muy en serio la Geología. Esta, su primera vez en WiP,  nos describe el giro que ha tomado Manso de Velasco, el Gran Cabernet Sauvignon de Viña Miguel Torres  en sus 30 primeros años. […]

  2. […] del valle, a buscar podríamos decir el entusiasmo que éste ya no le puede dar más allá de su legendario Manso de Velasco.  Exquisitos Chardonnay de Limarí para su línea Cordillera, suelos de pizarras en Empedrados en […]

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